Capítulo 44: Pequeñas Mentirosas.

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¡VOLVÍ!

Después de Ochenta y Cinco años (¿así es el meme? lol)

Como siempre: ¡lamento la tardanza!, trataré de actualizar lo más pronto posible lo que será de aquí al año que viene (¡es broma!, aunque es lo que suele pasar, perdón) y de corazón espero que disfruten leer el episodio tanto como yo disfruto escribiéndolos y leyendo sus comentarios, los cuales algunos me hacen reír y otros me animan un montón a seguir escribiendo.

¡Gracias por todo el apoyo sus comentarios y sus votos!

No sabía si alguien por aquí lee estas notas del final de mis capítulos pero por si acaso la puse aquí arriba.

Les pregunto lectores y lectoras: ¿Les gusta cómo voy llevando la historia? ¿Preferirían que cambiara algo de la trama o la relación de los personajes o... lo que sea, o que adelantara algún evento en particular? Estoy abierta a toda clase de sugerencias sobre la historia y los personajes y a críticas, constructivas porfis.

En fin, espero verlos en los comentarios. ¡A leer!

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Capítulo44: Pequeñas Mentirosas.

— ¿Por qué?

— ¿Es él, verdad? —contuve la respiración, y ni siquiera parpadeé—. Alguien diga algo, ahora o... cuando sea —yo no respondí, los demás tampoco. Creo que hablo por todos cuando digo que en esa situación era un poco difícil pensar en qué hacer o qué decir—. Qué incómodo —Emma llevó un dedo hasta sus labios, indicándonos hacer silencio. La miré con incredulidad—. Qué raro, me da la impresión que quieren hacerme pensar que no hay nadie —sí, creo que ese es el plan de Emma—. Eso es imposible. Los escuché hablar hace un segundo. ¿Pasa algo malo con el tofu?

—No debe estar aquí —lo sé—. ¡Le dejé un mensaje! —no lo he olvidado—. ¿La policía está afuera?

Emma estaba demasiado ocupada entrando en pánico, como para notar que no se oía la sirena de ninguna patrulla. A diferencia de ella, yo era capaz de pensar con la mente clara y todavía no daba por perdida esta batalla.

—Creo que vino solo.

La conversación fue interrumpida por el sonido de una alarma o algo similar. No pude distinguir lo qué era, pero Emma sí... lo supe al ver su cara de angustia.

—No... ¡Me arrestaran!

—Ohm... para que quede claro, vine solo. No traje a la policía ni nada —bueno saberlo—. ¿Debería?

— ¡No, no! Por favor.

—Bien...

—Emma ¡Shh! o tendremos que preocuparnos por algo más que la policía. —digo, si continuaba con el escándalo, los vecinos podrían hacer más que solo preguntarse qué era lo que pasaba y terminarían por llamar a la policía, eso como mínimo atraería la atención de más de un curioso. Esa es una atención que solo podría traer más problemas.

Emma no dio indicios de haberme escuchado sino que en su lugar se distrajo mirando a otro lado. ¿Y qué era lo que le había llamado tanto la atención? Rikki, lanzando un mantel sobre Miriam, sin utilizar algo llamado delicadeza.

Oh, buena idea.

—Esto debería servir —notó que la mirábamos y dijo: —. ¿Tienen una mejor idea?

—La verdad, no.

— ¿Hola? Sigo aquí. No me he ido a ninguna parte —casi olvido que Nic seguía esperando afuera. Casi—. ¿Está todo bien?

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora