Capítulo 59: Del odio al amor.

692 68 8
                                    

59: Del odio al amor.

¿Qué pasa con Zane? No, no, pregunta incorrecta. ¡¿Qué pasa entre Rikki y Zane?! ¡Eso es lo que YO quiero saber!
¿Por qué están aquí, los dos solos?, ¿cuánto tiempo han estado aquí?, ¿desde que me fui enojada y los dejé a mitad del pasillo?, ¿Iban a besarse hace un segundo?

Miraba a mi amiga, estupefacta, y estoy segura de que en toda mi cara se podían ver todas las preguntas que pasaban por mi cabeza y que era incapaz de formular, pues me había quedado de piedra nada más ver a Rikki a un palmo de distancia de la cara de Zane, a punto de... de juntar sus labios... Y la palabra clave es A PUNTO, porque cabe mencionar; nuestra, inoportuna, aparición arruinó el momento para ellos dos. El momento... ¡se iban a besar! Oh, por todos los cielos ¡Iban a besarse!

Rikki, Zane y "besar" en la misma oración, era algo irreal, impensable, imposible.

Pero Rikki ignoró mi mención a su nombre porque al parecer era más importante enfocarse en la discusión que se estaba llevando a cabo entre mi padre y Zane, como para notar mis ojos clavados en ella con insistencia. No que no fuese importante pero yo había hecho un descubrimiento que dejaba todo lo que estaba pasando (el enojo de mi padre) en un segundo plano.

- ¡Espero toda la tarde mis notas, no vienen al seminario y los empleados del hotel me muestran esto! -explotó entonces papá, hecho una furia adelantándose para estamparle la factura, ya arrugada, en la cara a Zane, de tanto que la apretó en el puño que formó al estar apretando su mano.

-Queríamos llamar la atención de alguien. -espetó Zane, mientras él y Rikki regresaban adentro.

Zane miraba a papá directamente a los ojos con agresividad, y supe de inmediato a qué se refería con "llamar la atención"; es decir, SU atención. Y vaya que lo hizo, aunque no solo consiguió la atención de papá, tenía también la mía. Justo entonces, me fue imposible pasar por alto que Rikki estaba usando su chaqueta.

- ¿Qué demonios? -no pude evitar soltar, habiéndome recuperado del asombro inicial, solo para ser golpeada por una nueva realidad.

Kayla: 0.

Realidad: 02.

Pero todos me ignoraron, por supuesto. Porque Zane tenía algunas cosas que reclamar; se veía en toda su cara, Rikki no parecía tener intención alguna de apartarse de su lado y a pesar de haberlos encontrado en una situación un tanto comprometedora, a papá solo le importaba una sola cosa. Y solo una.

- ¿Arruinando mis notas? -Él mismo.

-Eso no fue así. -Rikki habló mientras daba un paso adelante, defendiendo a Zane.

Yo simplemente no podía creerlo y mis ojos iban de Rikki a Zane, y viceversa. ¿Esto era real? A saber; pero ¿qué otra explicación podía haber? Mi imaginación no era tan grande como para crear un escenario donde Rikki, la chica que hasta donde yo tenía entendido ODIABA a mi hermano con todas sus fuerzas, lo está defendiendo.

E iban a besarse, recordó una voz en mi cabeza.

Papá miró a Rikki de arriba abajo pero no había indiferencia en sus ojos como antes; la miraba como si fuese el ser más insignificante en el que sus ojos se hubieran posado, como si no valiera nada. Rikki también lo notó, pero no retrocedió; se mantuvo firme y con la mirada bien en alto.

-No hablaba contigo y no mientas. -Espetó, fulminándola con la mirada y no pude evitar fruncir el ceño.

Como no había público presente ni alguno de sus amigos o inversores que pudieran verlo, se dejó de falsedades y estaba mostrando sus verdaderos colores.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora