Capítulo 83: El regreso.

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Gracias a -xwolfstrk por la imagen.
¡Me encanta!

83: El regreso.

Cuando vi aquel endeble pero letal pedazo de papel con mi nombre escrito en él,  en manos de mi padre, me tensé. Papá me contempló con dureza durante breves segundos antes de que sus ojos oscuros se deslizaran por la hoja.

Rayos. De ser posible preferiría omitir este evento ¿qué no todo el mundo, con excepción de Emma y quizás Lewis, lo preferirían así?, pero… no es como si tuviese elección en primer lugar. Llegó la hora de enfrentarme a él y no hay nada que hacer al respecto. Punto.

Me gustaría contar con más tiempo pues podría haberlo hecho mejor de lo que lo hice, lo sé. Pero ya está hecho. Y después de todo, no se puede escapar a lo inevitable, ¿cierto? A lo que llaman destino.

Era desalentador pero no había nada que pudiera hacer para evitar que los de secundaria recibieran sus calificaciones. ¡El temor de cualquiera con notas basura como la mía!

Lentamente, poco a poco, toda la angustia que experimenté se me pasó como el desinflar de un globo o como el derretir de un glaciar, pues… a medida que oía a papá recitar mis notas finales… descubrimos que no eran una completa basura, como sospeché un poco que lo serían. ¡Fue mejor de lo que esperaba! Y todo mi éxito académico fue gracias a las tutorías de Emma y Lewis. ¡Gracias, chicos! ¡Sus esfuerzos por ayudarme no resultaron en vano!

El rostro de papá era inexpresivo cuando terminó de escudriñar mi boleta de calificaciones, apenas una pequeña mueca muy cercana a una sonrisa apareció en sus labios. No es que no supiera sonreír (vive de ser un ser sociable, dado su rama de trabajo) pero no es muy expresivo con sus emociones; no las buenas, al menos.

No me quedó más remedio que tomar su silencio y su mueca como una buena señal, como siempre. Eso estaba bien. No es como si esperara un abrazo, una felicitación, o algo… no.

Quizá por el impacto de esta noticia (mis calificaciones no siendo basura) papá olvidó (o pasó por alto) exigirme, como hacía al menos dos veces a la semana, renunciar a mi trabajo de medio tiempo en el Juice Net.

No es que lo extrañara; después de todo, estaba decidida a no renunciar a un trabajo que me gustaba, solo porque a mi padre la avergonzaba que una Bennett fuese una empleada de un establecimiento de comida. El más popular establecimiento de comida y bebida, ¡por cierto!

Sin embargo, al estar libre de las obligaciones de la escuela, y con poco tiempo de haber recibido nuestras calificaciones, papá no tardó en encontrar algo qué hacer: nos puso a cargo de organizar una cena. Sí, quería arrastrarnos a Zane y a mí una continuación de aquel infernal almuerzo.

O al menos así lo fue durante los primeros días de mis vacaciones, hasta que a mi padre le surgió algo en el trabajo y tuvo que posponer la reunión. Papá  no habla mucho sobre su trabajo, pero imagino que tiene que ver con negocios o terrenos. Y debía ser algo muy importante, pues el invitado de honor era un chef que se mudó a la mansión contigua hace una semana y con el que papá se llevó tan bien que el primer día de conocerlo decidió que lo invitaría a cenar.

Pero ahora… ¡ahora tenía tanto tiempo libre a mi disposición! Excepto cuando debía ir a mi empleo, claro está. Pero aparte de eso, tenía tanto tiempo libre en mis manos como para ir a cualquier lugar que deseara (no era broma; tenía una cola que era capaz de llevarme hasta Canadá si albergaba la suficiente voluntad para recorrer toda esa distancia). Pero no albergaba tanta pasión. Al menos no, ahora.

Por mí estaba perfecto con pasar el rato con Emma, Cleo y Rikki como siempre hacíamos.

Las vacaciones de verano comenzaron hace menos de una semana y durante ese corto periodo de tiempo (cinco días que se fueron como una exhalación, en mi opinión) recorrimos toda la Costa Dorada (a pie y por el agua); fuimos a mirar tiendas, comimos helado, vimos una película, visitamos el Parque Marino, la playa y nadamos mucho, mucho, muchísimo y como no teníamos escuela al día siguiente incluso nos atrevimos a nadar a medianoche, lo que era perfecto ¡nadie nos vería! Y también visitamos la Isla Mako.

H2O, sirenas del mar; La Otra SirenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora