No tenía muchas chispas así que tuvo que pedir autorización de Bleysi por última vez, era un chico completamente desorientado, ni si quiera sabía que en la ciudad usaban una moneda distinta a la del resto del mundo.
Pyronia supo salir adelante pese a sus adversidades, todo se lo deben al alcalde y fundador del sistema basto de minas que tienen debajo de la ciudad, si por fuera o desde el cielo la ciudad parece enorme, por abajo, en lo subterráneo tienen una segunda ciudad que le dicen de una manera simple, la Pyronia profunda, que es donde coexisten diferentes razas animales humanoides con el resto de los habitantes.
Richard salió con Cloud y unas cuantas chispas que le regalaron por petición de Bleysi, y lo regresó a su collar, levantó la mirada y observó toda la calle aledaña del edificio de los Ember.
La banqueta era muy limitada, pero podías caminar realmente, pero el problema no era el caminar en la banqueta, lo malo era el querer cruzar, ya que no había ningún momento en el que pudieras pasar al otro lado de la calle, el pavimento era perfeccionado de una mezcla de obsidiana y brea, junto con las técnicas térmicas que los de Pyronia aplicaban hacían que siempre estuviera impecable, el sistema de transito era simple: prioridad según el tamaño de tu vehículo, a no ser que un deslizador individual le dé el paso a un autobús; el autobús tenía la obligación de brindarlo ya que la velocidad de los deslizadores era muy alta y el tiempo de espera no sería problema, además de que los Ember siempre procuraron establecer esta cultura de tránsito en la ciudad.
El sistema de transporte para los habitantes brindaba diferentes opciones: bicicletas, motonetas, deslizadores, hasta camiones, tranvías, autobuses, y coches familiares. Parecía que no había opción para usar los pies en esta ciudad, ya que tenían la seguridad de que todo habitante de Pyronia, mínimo, portaba un deslizador, todos estos vehículos eran motorizados y servían con combustión controlada por fuego.
Clara mente el muchacho no tenía conocimiento absoluto sobre la ciudad y evidentemente todos los habitantes que pasaban a su lado confirmaban que era un turista, pero a pesar de ello, no lo abordaban para ayudarlo.
No se movió de su lugar hasta que un chico se le acercó.
- Apuesto treinta chispas a que no eres de estas lumbres.
Richard volteó la mirada y vio a un joven con una chaqueta de cuero café oscuro, lentes entintados, cabello negro largo a los hombros, liso, mordisqueaba un palillo de dientes, tenía unos vaqueros azules y unas botas militares negras. El chico se le acerca más y asoma su mirada por encima de sus lentes, sus ojos eran color miel, levanta las cejas y mete sus manos a la chaqueta.
- Y aparte de turista, mudo. Verás, yo puedo ayudarte a moverte y conocer un poco el lugar, no cobro mucho.
Richy lo miró a los ojos, sabía que algo tramaba, pero decidió aceptar su ayuda.
- Suena bien, me vendría de perlas tu ayuda.
- Me llamo Blast, Blast Risksen.
- ¿No se supone que eres un Bloodfire?
- ¿Qué? ¿te refieres a nuestra elementália?
- ¿¡Elementália!?
- Así es, los de Pyronia son de la elementália Bloodfire, evidentemente también tenemos nuestros apellidos familiares, sólo que cuando estamos fuera de nuestras zonas elementálias no usamos el apellido familiar.
Richard entró en shock intentando asimilar esa información, nunca en todos estos años había pasado por su cabeza que todos los humanos del mundo mágico podrían tener apellidos familiares.
- Creo que tengo mucho más que aprender... que solo hechizos -pensó en voz alta.
- ¿Vienes del mundo de los Griseo?
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Esencias Mágicas [Completa]
FantasiSumérgete en un mundo donde los hilos del destino están tejidos con hechizos ancestrales y secretos oscuros. En 'Esencias Mágicas', la magia cobra vida de manera asombrosa, entrelazando las líneas entre el bien y el mal. En un reino donde la magia e...