56.Escape

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El viento helado soplaba suavemente en el balcón de la posada en el pueblo de Glaciora, mientras la luna llena arrojaba su luz plateada sobre la nieve que cubría el paisaje. Richard estaba recostado en la barandilla, su mente estaba llena de toda su variedad de pensamientos, la reciente batalla y la inminente amenaza de Gladius. Junto a él, Gaspar, el hombre mayor, con una mirada profunda, observaba el cielo estrellado. Este viejo era un hechicero anónimo que había vivido en Glaciora durante años, sin necesidad de convivir con la gente, demostraba tener mucho conocimiento sobre la magia Tenebris.

-Parece que tienes muchas cosas en mente, muchacho -dijo Gaspar, rompiendo el silencio. Su voz era calmada, con un toque de sabiduría que solo los años podían otorgar.

Richard asintió, sin apartar la vista del horizonte. -Sí, tengo demasiado en qué pensar. La magia oscura es poderosa, pero también peligrosa. Y necesito aprender a controlarla.

Gaspar lo miró con interés. -La magia Tenebris es, en efecto, muy poderosa. Pero no es el poder en sí el que corrompe, sino la incapacidad del usuario para controlar sus propias emociones. La determinación, la fuerza de voluntad, el coraje, el control de las emociones y el valor son esenciales para dominarla.

-Lo sé, pero... -Richard hizo una pausa, luchando por encontrar las palabras adecuadas-. Siento que tengo demasiadas emociones que no puedo controlar. A veces, la rabia y la frustración se apoderan de mí, y temo que eso me hará vulnerable.

Gaspar asintió comprensivamente. -Es natural tener esas emociones. Todos las tenemos. La clave está en cómo las manejamos. La magia Tenebris se alimenta de nuestras emociones, tanto positivas como negativas. Si no las controlas, te controlarán a ti, por eso mismo es tan complicado. Los primeros, los tenebris ansestrales, solo se enfocaban en brindar caos, y destrucción, ya que lo único que habitaba en sus corazones era odio, rabia, avaricia, pena y egoísmo.

Richard se volvió hacia Gaspar, buscando desesperadamente algún consejo. -¿Cómo puedo controlarlas? ¿Cómo puedo evitar que me consuman?

Gaspar tomó un momento antes de responder, y puso su mirada fija en Richard. -Primero, debes aceptar tus emociones. No intentes reprimirlas ni ignorarlas. Reconócelas y entiende por qué las sientes. La rabia, por ejemplo, a menudo proviene del miedo o la impotencia. Una vez que entiendas el origen de tus emociones, puedes empezar a trabajar en ellas.

Richard asintió lentamente, absorbiendo las palabras de Gaspar. -¿Y después de aceptarlas?

-Después de aceptarlas, debes aprender a canalizarlas. Usa tu determinación y fuerza de voluntad para transformar esas emociones en energía positiva. Cuando sientas rabia, piensa en lo que estás tratando de proteger o lograr. Cuando sientas miedo, recuerda tus objetivos y el valor que necesitas para alcanzarlos. Controlar tus emociones no significa eliminarlas, sino dirigirlas hacia un propósito mayor.

Richard se quedó en silencio, reflexionando sobre las palabras de Gaspar. Parecían tan simples, pero sabía que ponerlas en práctica sería un desafío.

-También hay técnicas que puedes practicar -continuó Gaspar-. La meditación es una herramienta poderosa. Te ayuda a calmar tu mente y a centrarte. La respiración profunda puede ayudarte a mantener la calma en momentos de tensión. Y, por supuesto, el entrenamiento constante. La disciplina es fundamental.

-Meditar, respirar, entrenar... -repitió Richard, asimilando cada consejo.

Gaspar sonrió levemente. -Exactamente. No hay atajos en este camino. Requiere tiempo, esfuerzo y paciencia. Pero si eres constante, verás los resultados.

Richard se volvió nuevamente hacia el paisaje, sintiendo una nueva sensación de esperanza y determinación. Sabía que el camino sería difícil, pero con los consejos de Gaspar, sentía que podía enfrentarlo.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora