6.El Agua Aclara Las Ideas

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La mamá de Richard estaba en la entrada de su casa, salió con una bolsa de tela para su mandado, llevaba un sombrero de paja un poco grande y lentes, no le gustaba el sol.

Por la ventana del frente Lía y richy la vieron irse cuando poco a poco salían con miedo a que regresara por algo típico de que se le olvidaron las llaves o cosas parecidas, si ella se enteraba que había faltado a la preparatoria le aguardaba un escarmiento que ni el fin de las eras sería suficiente para saldarlo.

Richard salió caminando para cruzar la calle, y Lía despreocupada caminaba anchamente en la calle.

— Lía, joder, sé más sutil —la chica escuchó y se rascó la barbilla confirmando que lo ignoró.

— Por cierto, ¿por qué no estás estudiando? sólo estás en tu casa —la chica lo escuchó y respondió sin pensar.

— En Rusia terminé mis estudios de magia, la cultura popular no es necesaria en mi familia —simplemente dio pauta para más preguntas.

Y abriendo la puerta le continuó sacando información, no quería dejarle nada a lo obvio ya que la magia no está hecha para escépticos.

— Entonces tus tíos son... hechiceros... ¿Igual que tú? —caminaban por el pasillo, rumbo a las escaleras.

— Por supuesto, sólo que ellos no hacen mucha de su magia porque es muy situacional, usamos fuego, lo controlan todo a distancia, pero consiguiendo alcanzarlos se vuelven vulnerables —distancia, esa palabra resonó en su cabeza y no pudo evitar decir.

—¿Te refieres a que se arrojan fuego?

—Sep, no solo llamaradas, también de diferentes estilos. El límite es tu entrenamiento, tu  imaginación y tu esencia mágica. Aplica para todo.

Subieron las escaleras y entraron al cuarto, el álbum estaba arriba de su cama.

— Fácil, ahí está, es raro... yo lo había guardado.

Lo tomaron y se pusieron a analizarlo en el escritorio de su cuarto, en el mueble estaban retratos de su mamá y sus respectivas graduaciones, el jardín de niños, la escuela, secundaria, cada vez se distinguía un chico más feliz y después de la escuela, la secundaria reveló un chico con rostro neutral.

Decidieron mover el álbum, en el escritorio también había un estuche con muchos lápices de colores, una lámpara que no tardaron en encender y una jarra con agua que siempre tenía hielo y un par de vasos, aunque su hijo no estuviese, ella se cercioraba que siempre tuviera agua fresca, dicen que aclara las mentes. Lía observó la jarra, dio una lamida a su labio inferior y agregó.

—Tomaré un poco de agua de tu jarra, si no te molesta, no eh tomado nada, desde que llegaste no pude desayunar.

—Adelante, no hay problema —lo decía Richy mientras colocaba el libro en el centro del escritorio.

La joven colocó el vaso al lado del álbum de fotos después de darle un gran sorbo.

El chico levantó la pasta y comenzó con las primeras fotos— Lía ayúdame, tú sabes más de estas cosas mágicas, talvez él esté en un lugar conocido o usando algo relacionado —los dos continuaron hojeando las fotos pero no hallaban nada más que un apuesto hombre, bien vestido, de lentes y feliz de viajar por el mundo, al cabo de unos 20 minutos terminaron de ver las fotos, Lía estaba sirviéndose agua en el vaso y Richard cerró el álbum de golpe.

—¡Mi padre no fue mágico! es imposible que yo lo sea —el escritorio vibró por el golpe e hizo que el vaso se derramara sobre el libro, empapándolo de la pasta. Richard se exaltó y pronto se apresuró a quitar el álbum, Lía volteo los ojos y por si Richy le echaría la culpa estaba pensando en un contra comentario.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora