Esencias Mágicas [Completa]

127.La Naturaleza Del Ser Humano

Sin embargo, en medio del caos, hubo voces de razón. Algunos ciudadanos se unieron para defender a los mágicos, argumentando que eran los únicos que luchaban contra las criaturas que amenazaban sus vidas. 

"Roderick dio su vida para protegernos. ¿No deberíamos, al menos, escuchar a los mágicos?" escribieron en foros en línea de Reddit.

La división entre la población crecía. Mientras algunos abogaban por una colaboración con los mágicos, la mayoría se dejaba llevar por el miedo y la incertidumbre, viendo a los mágicos como chivos expiatorios en medio de su pánico.

"¡Nos han mentido todo este tiempo! ¡Los mágicos siempre han estado entre nosotros!" afirmaban algunos, mientras otros respondían con desprecio: 

"¡Son solo historias de fantasía! No dejemos que nos asusten."

Las calles de las ciudades comenzaron a llenarse de protestas, con personas exigiendo respuestas de sus gobiernos, mientras otros clamaban por el linchamiento de los mágicos que se atrevían a mostrar su cara. Las tensiones crecían, y con cada mensaje viral, la atmósfera se volvía más peligrosa. Los ciudadanos, cada vez más polarizados, se preparaban para una guerra que parecía inminente.

La noticia del sacrificio de Roderick Folks se convertiría en una leyenda, pero también sería el catalizador de una nueva era de división, miedo y violencia, en la que la humanidad se vería obligada a enfrentar su propia naturaleza oscura. En este mundo, el verdadero enemigo no era solo lo que emergía de las torres, sino también lo que anidaba en los corazones de los hombres.

A medida que la noticia de la existencia de los mágicos se propagaba como un incendio forestal, las calles de las ciudades se convirtieron en el escenario de intensas protestas. Algunos grupos se reunían en plazas públicas, levantando pancartas con lemas como "¡No a los Mágicos!" y "¡Protejamos a la Humanidad!" Otros, en cambio, tomaban el camino de la violencia, desatando su furia contra cualquier ser que pudiera ser percibido como mágico.

Las manifestaciones pacíficas a menudo se tornaban caóticas. Las voces que clamaban por unidad y comprensión eran ahogadas por los gritos de aquellos que, guiados por el miedo y la ignorancia, deseaban exterminar a quienes consideraban una amenaza. El ambiente se llenaba de tensión, y el aire se volvía pesado, como si presagiara la tormenta que se avecinaba.

En un rincón de la ciudad, un grupo de Darkfrost, observaba impotente cómo se desataban las agresiones. Uno de ellos, un joven llamado Eryx, sintió un profundo impulso de ayudar a una familia de humanos no mágicos que había quedado atrapada en medio de la revuelta. Los gríseos, atemorizados por la creciente violencia a su alrededor, se hallaban rodeados de una multitud furiosa que gritaba y exigía la cabeza de los mágicos.

—¡Vengan, huyamos! ¡Ellos son la razón por la que estamos en peligro! —exclamó el padre de la familia, un hombre de rostro pálido y ojos aterrorizados, mientras su esposa sujetaba a sus hijos con fuerza.

—¡No! ¡Yo no soy su enemigo! —gritó Eryx, elevando sus manos, creando un campo de hielo que interponía entre la familia y la multitud. La niebla helada se formó rápidamente, y los gritos de la multitud comenzaron a amainar momentáneamente.

Sin embargo, el pánico de la familia era palpable. El padre, con la respiración entrecortada, miró al Darkfrost como si fuera un monstruo, y retrocedió instintivamente. 

—¡Apártate de nosotros! ¡Eres uno de ellos! —su voz temblaba, y los ojos de los niños, llenos de terror, reflejaban una visión que jamás podrían olvidar.

Eryx sintió una punzada en el corazón— Estoy aquí para protegerlos. No dejen que el miedo les nuble el juicio. ¡Vuelvan! El frío que emanaba de su cuerpo se hacía cada vez más intenso, intentando crear un espacio seguro. Pero la familia, en su horror, no escuchó. En su mente, los mágicos eran la raíz de la desgracia, no los salvadores que querían ser.