91.No Somos Iguales

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En las afueras de la bodega frente a la barricada de los agentes del concejo, se estacionó un coche limusina, el chofer abrió la ventana dando señal de ser un trabajador de los Voltair, la familia de Ugaldy. La puerta se abrió y dejó salir a una chica, con una chamarra azul que descubría una blusa color lila, con el símbolo de Century City, unos pantalones de mezclilla azules y unos tenis planos de lona color rojo, era Neusi, que tenía sospechas de su padre, y tras echar una investigación breve, pero eficaz lograron conseguir la ubicación de una bodega muy sospechosa que era destinatario de mercancía "confiscada", desde hace años.

La otra puerta se abrió y dejó salir una chica con unos zapatos escolares, una falda a las rodillas color verde y un uniforme de la academia de esgrima de Century City, con el cabello recogido y sus lentes de descanso, era French, su hermana que también querían saber lo que guardaban en el lugar, y por qué tenía como descripción "clasificado" su reporte de inventario, ya que su padre nunca había utilizado dicho concepto en sus documentos.

Los guardias inmediatamente las reconocieron, y avisaron en cuatro palabras a Ugaldy, "Sus hijas están aquí", a lo que el hombre responde alarmado y preocupado "¡¡NO LAS DEJES ENTRAR O TE DESPIDO!!".

El hombre tragó saliva y se aflojó un poco el cuello de su camisa formal. A lo lejos vio que las chicas se acercaban y comenzó a rodar el hámster para crear sus cuartadas.

—Buenas noches, señoritas Voltair, ¿a qué se debe su visita?

French, confiada del acceso, habló.

—Padre solicita una revisión de rutina rápida y nos mandó para supervisar, no tomará mucho tiempo.

Las manos del guardia temblaron con fuerza, él sabía perfectamente que lo que ellas decían era mentira, pero si las cuestionaba se metería en problemas levantando sospechas, sin embargo ese tiempo para el era completamente eterno, ideando alguna excusa para evitar su acceso.

—Me temo que no se podrá esta noche, señoritas.

—¿Cómo? —preguntó French, indignada.

—Tenemos una plaga de langostas silvestres que fueron atraídas por la madera de las cajas, así que el lugar esta en cuarentena bajo los efectos de la fumigación —entonces, tomó valor y las observó a los ojos para no demostrar desconfianza—. ni siquiera nosotros podemos entrar, el señor Ugaldy esta informado de la situación, una disculpa por las inconveniencias.

Le había salido perfecto, podría ser un gran actor exitoso. Brindó una sonrisa servicial a las chicas, pero sintió un gran golpe en el pecho al escuchar la respuesta de la hermana mayor a continuación.

—No se preocupe, estamos al tanto de la situación, precisamente por el ataque de las langostas estamos en urgencia de inventario, tenemos magia y nos podremos cuidar del insecticida de la plaga. La agradecemos su preocupación, ábranos la cerca.

El guardia había sido contrapunteado de la forma más fácil en su propio juego, el dedo estaba acercándose lentamente a la palanca de la cerca, y comenzó a sudar, sería despedido, y peor aún talvez encarcelado por saber las cosas ultra confidenciales que había en esa bodega.

—No... —brindó una voz titubeante, deseosa de negarles su argumento, tragó saliva nuevamente y se humedeció los labios—. No puedo dejarlas pasar.

Las chicas inmediatamente comprendieron la situación, sabían que su padre lo había amenazado con algo. Neusi tomó la palabra asomándose a la ventanilla.

—Cuando todo esto termine nos aseguraremos de que todo esté bien con usted y toda la gente involucrada aquí. No tiene por qué preocuparse. 

El señor vio el destello de confianza que Neusi emitía, era imposible no ceder a su bondad, volteó a la palanca y la accionó, antes de dirigirles una palabra, un gran estruendo se sintió en el suelo que venía de abajo de la estructura de la bodega, las chicas decidieron correr e investigar qué había sucedido.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora