Eldric suspiró, su mirada se perdía en los estantes de la biblioteca catedral. Había vivido siglos, había visto cosas que los demás apenas podían imaginar. Sabía más sobre los Tenebris que cualquiera en esa sala, y sabía que la respuesta a esa pregunta no era simple.
—Es una pregunta difícil, pequeña onironauta —respondió Eldric con calma—. Los Tenebris, en su esencia, son manifestaciones de la desesperación, del vacío y del caos. Se alimentan de la oscuridad que los rodea, de los miedos, las pérdidas y los sueños rotos. Pero, incluso en la oscuridad más profunda, a veces hay una pequeña chispa de luz. Una chispa que, si se cultiva, puede traer la redención.
Vitaly parpadeó, procesando las palabras de Eldric.
—¿Entonces... crees que sí? —preguntó, su voz llena de esperanza, pero también de duda.
Eldric miró a la niña, su expresión fue suave, pero firme.
—Lo que creo, mi niña, es que no todo está perdido mientras exista alguien dispuesto a intentar —dijo el anciano—. Los Tenebris, al igual que nosotros, son el resultado de decisiones, de elecciones que los han llevado por el camino que recorren. Pero para salvarlos, alguien tendría que estar dispuesto a sacrificar mucho, tal vez más de lo que cualquiera de nosotros puede imaginar. Y ese sacrificio, pequeña Vitaly, no siempre es justo, ni fácil. Deberías preguntarte... —hizo una pausa, mirando profundamente a los ojos de la niña—, ¿estarías dispuesta a hacer ese sacrificio? Porque si los Tenebris pueden ser salvados, no será sin un alto costo.
La sala se quedó en silencio.
Ronald y Richard, ambos profundamente abrumados por las palabras de Eldric, se dieron cuenta de que lo que estaba en juego era mucho más grande de lo que jamás habían imaginado. Salvar a los Tenebris significaría desafiar no solo la oscuridad externa, sino también la interna. Significaría sacrificarse por seres que, en esencia, representaban lo opuesto a la luz que defendían.
Vitaly, por su parte, bajó la mirada, inquieta. No tenía una respuesta clara, pero la pregunta de Eldric la había dejado reflexionando. Sabía que su poder como onirinauta iba más allá de solo visitar sueños. Lo sentía en su interior, pero el miedo a usar todo su potencial la había contenido durante tanto tiempo. Si los Tenebris podían ser salvados, ¿sería ella la clave para lograrlo?
Eldric, como si hubiera leído sus pensamientos, agregó en un tono suave.
—A veces, lo que más nos aterra es también nuestra mayor fuente de poder, Vitaly. Lo que hacemos con ese poder... es lo que define quiénes somos realmente.
Ronald y Richard intercambiaron una mirada, sintiendo el peso de las palabras de Eldric, pero también reconociendo que tal vez, solo tal vez, esa joven niña frente a ellos tenía un papel mucho más importante en la lucha contra la oscuridad de lo que habían creído.
La misión para enfrentar a los Tenebris, y quizás incluso salvarlos, acababa de tomar un giro inesperado.
El sitio era, para sorpresa de todos, una habitación pequeña en la que solo cabía gente menor a un metro de alto, así que Richard y Ronald tuvieron que agacharse para entrar en la estrecha habitación, en las paredes aledañas había unos pergaminos que, nuevamente para sorpresa de todos, se esperaría que estuvieran empolvados ya que eran legítimos de hace más de quince siglos, pero estaban limpios, bajo la sospecha de que habían sido leídos recientemente.
Resultaba que, en la época del siglo V, cuando los gríseos vivían la caída del imperio romano y el inicio del reconocimiento a uno de los líderes más temidos de la historia, Atila el Huno; las tierras mágicas recién entraban en reconocimiento con las demás razas mágicas no humanas.
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Esencias Mágicas [Completa]
FantasySumérgete en un mundo donde los hilos del destino están tejidos con hechizos ancestrales y secretos oscuros. En 'Esencias Mágicas', la magia cobra vida de manera asombrosa, entrelazando las líneas entre el bien y el mal. En un reino donde la magia e...