Esencias Mágicas [Completa]

106.Aprendiendo El Ritmo

Saliendo de esa zona incómoda en la que acababa de brindar toda la ventaja, se dio cuenta que estaba en la última posición de la carrera.

—Oye, Tom, ¿Cómo crees que estén las apuestas a favor del novato?

—¿Qué? ¿Acaso consideras que alguien en su sano juicio apostaría a favor de él? ¡En estos momentos seguro debe tener la apuesta en uno a veintinueve mil chispas!

Los comentaristas completamente desconocedores de Todder, pero con su experiencia en estas carreras habían atinado a las apuestas de Todd. Esos cálculos daban a entender que ninguno de los espectadores confiaba en el novato.

—¿Estas listo?

—Aún no, me mantendré detrás de Tafty la siguiente vuelta, pero voy a analizar los obstáculos.

—Confío en ti, bro.

Le preguntaba Chester, desde los pits, listos y aguardando cuando sucediera el inicio de la última vuelta.

Todder apretó el volante, dirigiéndose a la última sección de la pista, una línea recta que conducía a la meta, donde podría descargar toda su energía después de darlo todo en la última vuelta. Su plan era muy bueno.

La multitud apenas prestaba atención a su progreso, concentrados en los líderes de la carrera. Sin embargo, los comentaristas, veteranos en analizar cada detalle de la Corsa della Furia, comenzaron a notar algo curioso sobre él.

—Atención, parece que Todder no está luchando por adelantar a nadie en este momento, —dijo uno de los comentaristas, ajustando sus auriculares—. Pero miren su comportamiento... está estudiando el terreno, como si tramara algo para la siguiente vuelta.

—Tienes razón, Clyde, no lo había notado, ¿Crees que nos sorprenda?

El circuito era traicionero, y Todder sabía que no podía competir con los demás simplemente con velocidad pura. Había algo más en juego. Pasando por los Géiseres Volcánicos, Todder observaba con detenimiento cada explosión de vapor. La primera vuelta lo había tomado por sorpresa, pero ahora notaba el patrón de las erupciones. En lugar de acelerar a ciegas, mantenía un ritmo constante, esperando la pausa entre los géiseres antes de impulsarse al pasar por ellos. Aunque no avanzaba mucho en posiciones, su tiempo mejoraba considerablemente.

—Miren cómo está anticipando el vapor. Está controlando su velocidad con precisión, —añadió Tom un poco esperanzado de la anticipación que Todd estaba preparando—. Este chico no está tan perdido como parece.

Cuando llegó a las Curvas en S, Todder recordaba cómo había fallado antes, al frenar demasiado o derrapar por el impulso. Esta vez, no se apresuró. Observaba con calma cómo las curvas se sucedían una tras otra, ajustando su velocidad antes de cada giro y trazando una línea más suave. Su movimiento ya no era torpe, sino más fluido. Si bien no era perfecto, se podía ver claramente que su aprendizaje estaba empezando a dar frutos.

—¡Ahí está! Está aprendiendo el ritmo de las curvas, —exclamó, Clyde, el público le prestó más atención al chico después de ver lo intrigados que estaban los comentaristas—. Está claro que no intenta ganar la segunda vuelta, pero está dominando el circuito poco a poco.

Luego llegó a la sección más difícil: el Laberinto de Mesetas. Reaper Fueled ya lo había superado con acrobacias impecables, pero Todder, con su vehículo más pesado a comparación, había tenido problemas para aterrizar correctamente en la primera vuelta. Ahora, sin embargo, su enfoque había cambiado. No intentaba hacer saltos dramáticos; en su lugar, se tomaba el tiempo para alinearse con las mesetas, asegurándose de que cada aterrizaje fuera seguro y no costara tiempo innecesario en la carrera. Aunque no realizaba los saltos más espectaculares, su técnica se había vuelto más precisa.