61.Movimientos De Inercia

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Además de los desafíos físicos, Lía también se enfrentaba a la aceptación social en Glaciora. Algunos habitantes la miraban con compasión, otros con curiosidad, como si su parche fuera una ventana a su sufrimiento interno. Lía, sin embargo, se mantenía distante, usando su inteligencia emocional para manipular las percepciones y mantener su autoridad.

Una mañana, mientras caminaba por el mercado de Glaciora, sintió las miradas furtivas de los transeúntes. Susurraban a sus espaldas, y aunque no podía escuchar claramente sus palabras, el tono era inconfundible. Con su porte erguido y su mirada desafiante, Lía se acercó a uno de los puestos, comprando suministros para la reconstrucción de la biblioteca.

El vendedor, un hombre de mediana edad con una expresión de aprensión, trató de evitar su mirada. Lía, sin embargo, lo miró directamente a los ojos y habló con voz firme.

—Necesito estos materiales para la biblioteca. ¿Tienes suficiente en stock?

El hombre tragó saliva y asintió rápidamente, sintiendo la intensidad en la voz de Lía. —Sí, señorita Lía. Lo que necesites, te lo proporcionaremos.

Lía asintió, dejando claro que, a pesar de su pérdida, seguía siendo una fuerza a tener en cuenta. Su comunicación asertiva le permitía manejar cualquier situación con precisión, y pronto, la gente de Glaciora comenzó a verla no solo como una víctima de la batalla, sino como una líder implacable.

Con el tiempo, los habitantes de Glaciora aprendieron a respetar y admirar a Lía por su valentía y determinación. Ella utilizaba cada oportunidad para demostrar que su pérdida no la definía, sino que la fortalecía. Su disciplina y frialdad, combinadas con su capacidad para manipular las percepciones, la mantenían en una posición de autoridad.

Día tras día, Lía continuó entrenándose, adaptándose a su nueva realidad y demostrando que, incluso en la adversidad, podía superar cualquier desafío. Su compromiso con la restauración de la biblioteca y su liderazgo en la comunidad eran testimonio de su resiliencia y determinación indomable. A pesar de los momentos de duda y frustración, Lía se mantenía firme en su camino, sabiendo que su fuerza interior era su mayor arma.

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Glaciora estaba comenzando a encontrar su equilibrio nuevamente después del ataque de Gladius, pero una serie de desapariciones en los pueblos aledaños aumentó la incertidumbre de las personas en Glaciora, con el miedo de la posibilidad de que comenzaran a desaparecer personas en la ciudad capital.

Dapne estaba hasta el cuello de pendientes y ya le estaba exigiendo mucho a Lía, como para pedirle que se encimara al lomo esa nueva tarea. Sin embargo, tan pronto como ella se enteró, viendo pancartas y panfletos de personas desaparecidas sintió el apuro de querer ayudar.

—Desde luego que lo haré, Dapne. Dejaré a cargo tareas específicas a los Icebrook para que no se note siquiera mi ausencia en los futuros días.

La maestra Darkfrost permitió, y decidió ayudar a la construcción de la biblioteca, ya que estaba herida por la misma explosión todavía.

Tomó prestado uno de los caballos pura sangre mas hermosos y capaz de viajar en los climas fríos y montañosos. Llamado Obelisco.

La chica emprendió viaje con su mochila de viaje con reservas y una carta que le brindaba permiso de salir, entrar e involucrarse en el caso de las personas desaparecidas, y así brindar tranquilidad a los campesinos.

Lía avanzaba hacia Glaciem, el primer pueblo, el frío mordía su piel mientras las montañas nevadas se alzaban imponentes en el horizonte. El aire cortante silbaba entre las casas de piedra y madera del pequeño pueblo. A cada paso, algo no encajaba; las calles, que deberían estar al menos transitadas por viajeros o aldeanos, estaban casi desiertas. Una sensación de vacío y soledad invadía el ambiente.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora