72.La Posibilidad De Recaer

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Un día, mientras entrenaba intensamente, Thalos se acercó a él.

—Richard, muestra lo que has aprendido —ordenó.

Richard cerró los ojos y dejó que sus miedos y dolores emergieran, sintiendo cómo la energía oscura fluía a través de él, se veía en sus ojos en llamas negras, zambullido en las sombras, poderosa, pero estable. Abrió los ojos, y la energía se manifestó en una explosión controlada que iluminó el patio del templo. Thalos observó con atención, con su expresión impenetrable.

—Has progresado mucho —admitió finalmente—. Pero recuerda, siempre habrá un riesgo. Debes seguir vigilante y no permitir que la oscuridad te controle, habrá momentos en los que querrás usar más poder y no estarás listo para ello.

Algunos monjes que observaban intercambiaron miradas de reconocimiento. Aunque aún había dudas sobre el control absoluto de Richard sobre la energía oscura, era evidente que su determinación y habilidad habían crecido significativamente.

—¡Bien hecho, Richard! —exclamó uno de los monjes, una mujer llamada Selene—. Tu progreso es evidente. Estoy empezando a creer que realmente puedes dominar esta energía.

Richard sonrió, agradecido por el apoyo. Sin embargo, Thalos, aunque más respetuoso, aún mantenía una distancia crítica.

—No es suficiente ser fuerte, Richard —dijo Thalos—. Debes ser sabio. La energía oscura es traicionera. Confío en que seguirás aprendiendo y mejorando.

Esa noche, Richard reflexionó sobre lo que había aprendido. Sabía que aún tenía mucho camino por recorrer, pero sentía una nueva confianza. Se dio cuenta de que la aceptación parcial de los monjes no era solo un reconocimiento de su habilidad, sino un recordatorio constante de la necesidad de mantenerse vigilante y humilde.

Sus siluetas tenían momentos donde se exaltaban, y terminaban dando vueltas y gritándose mutuamente, pero cada vez era menos, la paciencia y la empatía por los diferentes bandos brindaba conocimiento a los diversos planteamientos de su vida.

Las semanas siguientes se centraron en perfeccionar su control y en profundizar su conexión con la energía oscura. Richard aprendió a identificar los momentos en los que su energía comenzaba a volverse inestable y desarrolló técnicas para reequilibrarla. Cada paso que daba lo acercaba más a su objetivo de alcanzar el Gris Definitivo.

A medida que los meses número nueve a diez llegaban a su fin, Richard sintió que había alcanzado un nuevo nivel de comprensión y control. Aunque todavía quedaban desafíos por delante, la combinación de la historia del templo, la sabiduría de Elára y la disciplina de Thalos le había proporcionado las herramientas necesarias para seguir adelante.

Una noche, mientras meditaba en su habitación, Richard recordó las palabras de Thalos.

—Debes ser sabio.

Sabía que la verdadera sabiduría vendría no solo del conocimiento y la fuerza, sino también de la continua reflexión y adaptación. Con esta nueva perspectiva, se preparó para enfrentar los desafíos futuros, sabiendo que cada prueba lo acercaba más a su meta.

Se adentraba en el periodo de perfeccionamiento, sus entrenamientos se volvieron más intensos y colaborativos. Thalos y Elára habían decidido que ya era hora de que Richard trabajara codo a codo con los otros monjes, compartiendo y aprendiendo de sus habilidades.

Un amanecer, Thalos lo reunió con un grupo de monjes en el patio principal del templo. El ambiente estaba cargado de expectación y seriedad. Thalos, con su voz autoritaria, anunció:

—Hoy, entrenarán juntos. La fuerza de un verdadero redimido no solo radica en su capacidad individual, sino en su habilidad para integrarse y fortalecer a los demás.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora