100.El Fireclaw

5 0 0
                                    

Todder sonrió incómodo, sabiendo que Bleysi tenía razón en cuanto a su historial. Había pasado por la jefatura más veces de las que le gustaría admitir. Lía, sin embargo, no perdió la calma y dio un paso adelante, intercediendo por su hermano.

—Lo tengo bajo control, Bleysi. No te preocupes —dijo Lía con voz relajada, mientras cruzaba los brazos y sonreía con calma—. Esta vez está aquí para algo legal, y además, no está solo.

Orión, no queriendo perder la oportunidad de meter otro comentario, añadió desde su posición junto a Lía.

—Además, estuvimos hablando sobre cómo terminará esto... Cuando Todder pierda el control y se queme, ¡al menos tendrá una calva perfecta! El destino ya está escrito. Miau.

Lía soltó una pequeña risa, tratando de ocultarla tras su mano.

—¡Ya basta con lo de la calva, Orión! —dijo Lía, esta vez en tono más firme, aunque claramente disfrutaba del humor del gato—. No sé cuánto más puedes aguantar con ese chiste.

Todder, entre molesto y divertido, sacudió la cabeza.

—No voy a tener una calva. No... ¡No importa cuántas veces lo digas!

Bleysi dejó escapar una carcajada fuerte que resonó en la jefatura, llamando la atención de algunos de los oficiales cercanos. Parecía disfrutar la interacción entre Todder, Lía y Orión.

—Está bien, Todder. —Bleysi bajó un poco la voz y se inclinó hacia él—. Te voy a dar una oportunidad. Pero solo una. No quiero ver ningún comportamiento imprudente en la carrera, ¿entendido?

Todder asintió, agradecido y sorprendido de que Bleysi le estuviera dando esa oportunidad. Aunque su relación con las autoridades de Pyronia nunca había sido la mejor, sabía que Lía había jugado un papel importante en eso.

—Entendido, general. No la defraudaré.

Bleysi sonrió, más relajada ahora, y se volvió hacia el oficial en el mostrador.

—Inscríbelo. Que participe.

El oficial, aunque claramente sorprendido, obedeció sin hacer más preguntas, anotando el nombre de Todder en la lista de competidores. Lía le dio una palmada en la espalda a su hermano, mientras Orión simplemente sonrió con suficiencia.

—Bueno, Todder, parece que te han dado luz verde —Lía dijo con una sonrisa confiada—. Ahora solo queda que no te incendies antes de llegar a la meta.

—¡Ya basta con eso! —Todder resopló, pero la verdad es que, aunque se quejaba, había algo en toda esa situación que lo hacía sentir más seguro. Sabía que, pase lo que pase, no estaba solo.

La inscripción estaba completa. Ahora solo quedaba esperar los días previos a la gran carrera. La Corsa della Furia estaba a la vuelta de la esquina, y Todder estaba listo para demostrar su valía... y, si Orión seguía con sus chistes, evitar quedarse sin pelo en el proceso.

. . .


Después de eso, los tres se dirigieron al taller de Chester, ubicado en una de las zonas industriales de Pyronia, no muy lejos de las minas. El aire estaba cargado del olor metálico y el sonido constante de martillos y herramientas. El taller de Chester era un lugar caótico, pero funcional, con piezas de vehículos desperdigadas por todos lados, engranajes y tanques de combustión apilados en las esquinas, y herramientas mágicas de fuego chisporroteando cada tanto.

Al entrar, lo primero que llamó la atención de los tres fue el vehículo que Chester y su equipo estaban ensamblando en el centro del taller. A primera vista, parecía un auto de carreras sacado directamente de los juguetes de la infancia de Todder. Era un monoplaza: solo tenía sitio para el conductor y estaba completamente diseñado para maximizar la velocidad. La carrocería del vehículo era baja y agresiva, hecha de un metal oscuro con un brillo rojizo, similar al cobre quemado. Tenía un frente largo y aerodinámico, diseñado para cortar el viento a velocidades infernales. En el capó, había runas talladas que brillaban con un fuego interno, canalizando la magia Bloodfire que le daría la potencia necesaria. Los bordes del vehículo estaban decorados con detalles que asemejaban llamas sutiles, hechas a mano por Chester, y las ruedas eran grandes y robustas, capaces de rodar por cualquier terreno, desde el asfalto más suave hasta las rocas irregulares de Dimterra.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora