Esencias Mágicas [Completa]

108.La Llamarada De La Muerte

Justo cuando el dracónido terminó de hablar y voltear atrás, mentalizándose de que el sabor a victoria lo tenía en la punta de su lengua, quedó impactado al ver al Fireclaw justo al lado de él. El vehículo de Todd estaba envuelto en llamas, en la cabina del piloto no se lograba distinguir quién lo conducía, solo se contemplaba un torrente de fuego en espiral que se introducía en los tubos del volante para hacer todo su proceso y dejar una estela de fuego detrás. Las llantas estaban envueltas de fuego, el color negro rojizo del carro se tornó un rojo infernal que cortaba el aire y lo desintegraba, era lava pura, hierro derretido, pero sus materiales estaban perfeccionados para resistir esas temperaturas.

Chester se perdió de la ignición porque parpadeó justo en ese momento, el Fireclaw era una bola de fuego de gran velocidad. Lía quedó sorprendida y Orión gritó un gran "miau" al ver el balazo de impulso que tuvo el hermano de Lía.

En la cabina del Fireclaw estaba Todder incendiado en llamas, comenzó a usar su técnica más poderosa: La llamarada de la muerte.

Todder lleva en su piel una serie de glifos tatuados que se extienden por su torso, brazos y espalda. Estos glifos no son simples marcas decorativas; son sellos antiguos y arcanos que están diseñados para canalizar el fuego desde su alma misma, atrapado dentro de su ser, y liberar todo su poder a la superficie.

Para activar la técnica, Todder debe derramar su propia sangre sobre los glifos, lo cual desencadena un proceso que transforma su cuerpo de manera devastadora. Con una herida estratégica y controlada, normalmente infligida sobre su pecho, la sangre fluye sobre los glifos, activándolos uno por uno. A medida que la sangre toca los símbolos, estos comienzan a brillar con una intensidad roja anaranjada, como si fueran brasas a punto de estallar en llamas.

El dolor físico es abrumador, pero Todder ha entrenado para soportarlo. El ritual no solo requiere control físico, sino también un esfuerzo mental enorme, ya que la conexión con los glifos desata una reacción interna en su cuerpo que activa una corriente de fuego latente que reside en lo más profundo de su ser.

Una vez que los glifos están completamente activados, el cuerpo de Todder se convierte en el centro de una reacción que literalmente hace que el fuego emerja desde cada uno de sus poros. Su piel empieza a resplandecer como si el fuego mismo estuviera intentando escapar de su carne, y el calor a su alrededor comienza a ser insoportable.

Sus músculos se tensan, y su respiración se vuelve entrecortada mientras el fuego comienza a consumirlo desde dentro. Los primeros indicios visibles son pequeñas lenguas de fuego que brotan de su piel de forma intermitente, pero en cuestión de segundos, estas flamas crecen hasta cubrirlo completamente, envolviéndolo en un aura de fuego puro. Todder se convierte, literalmente, en una antorcha humana.

La temperatura a su alrededor aumenta drásticamente, creando una zona de calor extremo que puede derretir metales, evaporar agua al instante y encender cualquier material combustible en las cercanías. El fuego que emana de su cuerpo no es ordinario; es un fuego arcano, que responde a la voluntad de Todder y que puede expandirse, intensificarse y, lo más aterrador, arrasar todo a su paso.

Cada vez que Todder utiliza la Llamarada de la Muerte, no solo desata una energía inimaginable; también consume una parte de su vida. Los glifos, al ser activados por su sangre, conectan directamente con su vitalidad, drenando su fuerza vital para alimentar las llamas que lo rodean. Cada segundo que pasa en este estado lo acerca más a la muerte, y aunque el poder es inmenso, Todder es consciente de que el uso prolongado lo matará.

El rostro de Todder permanece estoico durante la transformación, pero detrás de esa máscara de determinación, hay un entendimiento sombrío: cada vez que utiliza la Llamarada de la Muerte, se acerca más al final de su vida. No es una técnica que pueda usar más de unas pocas veces antes de que lo consuma por completo.