82.Vitaly Y Danity

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Los Magicsy eran una comunidad única entre los humanos, destacándose por su habilidad para establecer relaciones armoniosas con una variedad de especies no humanas. Esta relación era una pieza fundamental para mantener el equilibrio en la sociedad mágica, ya que la extensa lista de seres mágicos con conciencia requería un delicado manejo y control por parte del consejo mágico. Este consejo entendía la importancia de mantener acuerdos, trueques, negocios y tratados en la elementália de los Magicsy, donde la diplomacia y el entendimiento mutuo eran la norma.

La convivencia con seres mágicos no humanos traía consigo una serie de beneficios que facilitaban la vida en la elementália de los Magicsy. Los acuerdos comerciales con criaturas que poseían habilidades únicas permitían un intercambio continuo de recursos y conocimientos. Por ejemplo, los elfos expertos en curación colaboraban con los sanadores Magicsy, mientras que los enanos, con su destreza en la forja, proporcionaban herramientas y armas mágicas de gran calidad.

Otras elementálias también mantenían buenas relaciones con ciertas especies mágicas. Los Bloodfire, habitantes de Pyronia profunda y Dimterra, encontraban utilidad en las especies como reptiles, roedores, dragonianos y algunos mamíferos. La industria minera de estas regiones requería habilidades y adaptaciones específicas que solo estas criaturas podían ofrecer. Los reptiles, con su resistencia al calor extremo, eran esenciales para explorar y trabajar en las minas volcánicas. Los dragonianos, con su fuerza y resistencia, desempeñaban roles clave en la extracción de minerales preciosos y la construcción de infraestructuras subterráneas.

En la superficie, los roedores y algunos mamíferos actuaban como mensajeros y exploradores, aprovechando su agilidad y tamaño para moverse rápidamente a través de los túneles y cavernas. La simbiosis entre los Bloodfire y estas criaturas mágicas creaba un ecosistema eficiente y bien organizado, donde cada especie contribuía al bienestar común.A pesar de estas relaciones beneficiosas, la coexistencia no estaba exenta de desafíos. Las tensiones entre diferentes comunidades mágicas y humanas a veces complicaban los acuerdos. 

La necesidad de un control y supervisión adecuados por parte del consejo mágico era crucial para evitar conflictos y asegurar que todas las partes respetaran los tratados establecidos.

La reputación de los Magicsy como mediadores y pacificadores se extendía más allá de su propia elementália. Su capacidad para negociar y resolver disputas los hacía valiosos aliados en cualquier cuestión internacional. Los demás gobernadores de las elementálias, aunque a veces envidiosos de esta habilidad, comprendían la importancia de mantener una relación cordial con los Magicsy para asegurar la estabilidad y prosperidad en todo el reino mágico. Sin embargo, con la especie que los Magicsy tenían mayor confianza debido a sus tratados y diferentes negocios eran las hadas. Estas criaturas, anatómicamente distintas del ser humano común, se caracterizaban por su tamaño variable y su apariencia única. Las había de diversas dimensiones y niveles de naturaleza, es decir, en su apariencia primitiva. Aunque al final, muchas de ellas optaban por utilizar magia ilusoria para adoptar una forma más similar a la humana, evitando así problemas de aceptación y facilitando las interacciones y negociaciones con los humanos.

Las hadas, con sus cuerpos pequeños y ligeros, tenían una ventaja significativa en su capacidad para moverse con rapidez y discreción. Esto les permitía ser excelentes mensajeras y espías, así como intermediarias en tratos delicados. En las negociaciones, el tamaño de las hadas importaba considerablemente, ya que su capacidad de parecerse a los humanos les permitía integrarse y ser aceptadas de manera más natural en la sociedad humana. Esta habilidad de transformación mágica les daba una flexibilidad que las hacía extremadamente valiosas en el ámbito diplomático y comercial.

Después de los sátiros y los duendes, las hadas eran conocidas por su vasto conocimiento y conexión profunda con la diosa Silva, la deidad de la naturaleza. Esta conexión les otorgaba una sabiduría y comprensión innata de los ciclos naturales, las plantas y los animales, lo que las convertía en aliadas invaluables para los Magicsy, especialmente en asuntos relacionados con la preservación del medio ambiente y la magia natural.

El trato con las hadas no solo se limitaba a lo comercial y diplomático, sino que también incluía aspectos culturales y educativos. Muchas hadas, con su larga vida y vasto conocimiento, actuaban como maestras y consejeras para los jóvenes Magicsy, enseñándoles sobre la historia mágica, las propiedades curativas de diversas plantas y las técnicas avanzadas de magia ilusoria. Esta transferencia de conocimiento era esencial para mantener viva la rica herencia cultural y mágica de los Magicsy.

En los eventos importantes y ceremonias, la presencia de las hadas era común. Con su magia luminosa y sus cantos melodiosos, añadían un toque de encanto y misticismo, creando atmósferas únicas que reflejaban la profunda conexión entre los seres mágicos y la naturaleza. Estos eventos servían para fortalecer los lazos entre las comunidades y recordar la importancia de la cooperación y la armonía.

Posterior a esto, rara vez las hadas establecían relaciones de amistad con los humanos, ya que para ellas los beneficios prácticos de estas relaciones eran más importantes que cualquier otra cosa. Las hadas valoraban su autonomía y el equilibrio de su propio mundo, por lo que preferían mantener sus tratos con los humanos en un ámbito estrictamente comercial o diplomático. Sin embargo, había remotos casos en los que una hada y una niña humana llegaban a forjar una amistad genuina. Estas raras relaciones eran el resultado de circunstancias excepcionales y una profunda conexión personal que transcendía las diferencias entre sus mundos.

En uno de estos casos excepcionales, un hada llamada Danity estableció una amistad con una niña humana llamada Vitaly. La razón principal de esta conexión fue un malentendido inicial. Danity, durante uno de sus paseos exploratorios por el bosque cercano a su hogar, encontró a Vitaly jugando sola. Por su tamaño pequeño y frágil, Danity confundió a la niña con una de las suyas. Las hadas, aunque desconfiadas por naturaleza, tenían un instinto protector hacia sus semejantes, y Dani no fue la excepción. Se acercó a Vitaly con la intención de ofrecer ayuda.

—¿Estás perdida? —preguntó Danity con una voz suave, casi cantarina.

Vitaly, sorprendida pero fascinada por la belleza y el brillo de Danity, respondió—. No, solo estoy jugando. 

Danity notó la ausencia de alas en la espalda de Vitaly y rápidamente se dio cuenta de su error. Sin embargo, en lugar de retirarse, su curiosidad se incrementó. La inocencia y el encanto natural de Vitaly habían hecho mella en Danity. En poco tiempo, Vitaly y Danity comenzaron a compartir historias y juegos, creando una conexión que iba más allá de sus diferencias. Con el paso del tiempo, esta amistad se profundizó. Vitaly, al ser una niña humana con magia, traía una perspectiva fresca y emocionante para Danity. A través de sus ojos, Danity descubrió un mundo lleno de simplicidad y maravillas que las hadas a menudo pasaban por alto. Vitaly, por otro lado, se vio inmersa en el misticismo y la magia del mundo de las hadas. Juntas, compartieron secretos y sueños, y la desconfianza inicial se transformó en una camaradería inquebrantable.

—Tu mundo es tan distinto del mío —dijo Vitaly un día, mientras ambas se sentaban junto a un arroyo cristalino—. Pero me encanta cada parte de él.

—Y el tuyo tiene una belleza única, —respondió Dani, sus ojos brillaban con sinceridad—. Hay tanto que podemos aprender una de la otra.

A pesar de la reticencia natural de las hadas para entablar relaciones profundas con los humanos, esta amistad se mantuvo fuerte debido a la autenticidad y pureza de su conexión. Danity y Vitaly se convirtieron en un puente entre sus dos mundos, demostrando que, aunque rara vez ocurriera, la verdadera amistad podía trascender cualquier barrera.

La noticia de su amistad se difundió lentamente entre los demás seres mágicos y humanos. Aunque hubo escepticismo y algunas críticas, muchos se sintieron inspirados por su historia. Algunos seres mágicos comenzaron a ver a los humanos bajo una luz diferente, mientras que algunos humanos empezaron a comprender y respetar más a las hadas y su forma de vida. Esta relación también tuvo un impacto positivo en las negociaciones y tratados entre los Magicsy y las hadas. La historia de Danity y Vitaly se convirtió en un símbolo de lo que era posible cuando se dejaban de lado los prejuicios y se abría el corazón a nuevas experiencias. En última instancia, su amistad demostró que, aunque las hadas raramente buscaban relaciones de amistad con los humanos, cuando surgían, podían ser increíblemente significativas y beneficiosas para ambos mundos.

Desde que la niña tenía cinco años se conocían y eran casi hermanas, ya que crecieron frecuentándose diario, puesto que sus familias vivían en el mismo lugar de forma cercana. Los seedwoods tenían toda una isla gigantesca que pertenecía a su elementália y se seccionaba en dos partes. 

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora