Esencias Mágicas [Completa]

68.Obligatoriamente Voluntario

Después de haber conocido a Meredith, el muchacho decidió quedarse hasta saber que significaba el gris definitivo, habían pasado veinte semanas. Los dos no hablaban de casi nada de sus pasados y se la pasaban meditando y teniendo esta retroalimentación sobre los principios de los ideales de los monjes Aquamoon.

Se buscaban, ya que la compañía del otro les agradaba y tenían un objetivo en común: el conocimiento. Richard quería ponerse a prueba porque se sentía listo para enfrentar sus miedos, pesadillas e inseguridades y Meredith veía en los ojos del muchacho su hambre por saber y querer continuar con su propósito y ella estaba encantada por ayudarle, pero al mismo tiempo, se simpatizaban lo suficiente como para estar la mayoría de los días juntos.

La estadía en el templo de los Aquamoon era insoportablemente pacífica, si no tenías tus razones el tiempo se te pasaría lento. Hasta que una noche Richard le hizo saber algo a Meme, así le apodaba de cariño a Meredith, y ella le decía Michi.

—Es de mi agrado informarle que ya estoy listo para comprender qué es el gris definitivo.

—¿Ah, si? mis felicitaciones, joven michi, debo reconocer que aprende muy rápido.

Durante sus conversaciones a veces echaban risitas y jugaban con el sarcasmo como si fuera pelota de tenis, se sentía la química en el aire.

—Así es, ya verás que meme estará orgullosa, pero no le digas porque quiero que sea una sorpresa.

—Oh, esta bien no le diré. Buena noche tenga usted.

—Buena noche tenga usted.

Su armonía era contagiosa y desde que se frecuentaban se comportaban de la misma forma con su exterior, pero la conexión era innegable, su origen era desconocido, pero les funcionaba.

Él sabía tan poco de Meredith y ella lo leía como un libro abierto. La experiencia, madurez y sabiduría de Meredith era algo presente hasta en su respiración. Richard estaba tan acostumbrado a fluir de manera turbia en su océano mental, que apreciaba la calma de donde sea que viniera. Y la mujer estaba tan acostumbrada a lo desorganizado y falso de las personas que olvidó lo básico de la convivencia, sobre poniendo psicoanálisis en todas las personas.

Aquella persona que no temiera en ser ella misma con sus errores y miedos, sería aceptada por Meredith. —Sé que es mi problema, y por eso mismo me alejé de los demás y estoy trabajando en ello —dijo Richard a las primeras semanas. Meme supo en ese momento que él era su zona de confort, no tendría que estar sobre analizando las cosas. Con Richard nada es tibio, siempre están en los extremos, sin dejar nada a la duda. Tenía inseguridades, pero no por lo que sintiera, si no por lo que quería alcanzar.

Richard estaba insensibilizándose a su frustración constante al sentir la presión cuando sus temores y presiones lo invadían con forme pasaban los días. Los insultos dejaban de tener creatividad y las palabras se repetían, la oscuridad terminaba siendo la misma y su umbral de resiliencia creció, ya que el dolor seguía siendo el mismo, nunca disminuyó. La aceptación del muchacho ante sus errores era cautivadora y reconfortante, su sonrisa era cálida y sus ojos tenía franqueza y decisión. Sin embargo, después de lograr que la energía se desbordara y fuera inestable, lo que seguía era domarla y usarla a voluntad.

—Tengo que informarte que desde el momento en el que sepas qué es el gris definitivo no podrás mejorar o avanzar en el templo de los Aquamoon. Los monjes lo sabrán y te pedirán que... continúes con tu proceso.

—¿Quiere decir que ya no te veré?

—Tus objetivos son mas grandes que mi compañía. Y estoy orgullosa de tu progreso, es admirable.