Esencias Mágicas [Completa]

15.El Despertar Del Origen

Richard después de esa noche visitó por ultima vez la lápida de Clara, al regresar de aquel panteón se topó con un rostro muy conocido y corrió para abrazar a aquella persona.

— ¡Mamá, te extrañe bastante! tenía pensado regresar pronto, ya término todo, pero... —su mamá se veía triste y muy preocupada, tomó a richy de las mejillas y lo examinó de todos lados.

— ¿¡No te paso nada malo!? te veo en muy perfecto estado, ¿te sientes bien? —terminó abrazándolo y recostándolo en su pecho— ay... si mamá, estoy bien, mis heridas ya sanaron por completo, creo que fue una nueva habilidad mientras sucedió todo aquello... —.

— Me alegra bastante, hijo, veo que Lía y tú tienen planes así que antes de que puedan partir quiero mostrarte algo fantástico que sé que te encantará y te protegerá más de lo que imaginas —el chico se volvió curioso y se dejó llevar del brazo por su madre al patio principal de la academia.

Al salir vieron un gran letrero que decía:

¡¡VÁMOS DRAGONES!!

Ya que en este año estarían jugando contra las demás academias de los diferentes continentes y el chico estrella, Kenny Darkfrost, sería el que los llevaría a ser los campeones del deporte creado por el mago Ronald, Fireball, un juego que se valía de estrategia y supervivencia, algo que no era fácil estando en el campo que fue diseñado para ello, y más difícil aun congeniando con las bestias que se incluían.

Su madre también había estudiado ahí, así que sabía exactamente de qué se trataba jugar Fireball, se colocó en el centro del jardín en un círculo de tierra suave, alrededor de ese círculo solo había césped, sacó su collar, el cristal de cuarzo blanco que le había entregado a él, que gracias a ese collar logró regresar teletransportado a su sala, lo dejó caer para después aplastarlo, el sonido del cristal rompiéndose fue acompañado de un rostro confuso de parte de su hijo.

— ¿Mamá? ¿por qué hiciste eso? —ella muy tranquila contestó sonriendo— guarda silencio, shhh.

Del zapato de su mama salió humo, mucho humo blanco que no tardo en elevarse sin ser guiado por el viento en línea recta a las alturas, una vez en la cima el vapor tomó riendas en su vuelo, comenzó a moverse lentamente tomando una forma de lombriz, a esa lombriz le salían garras, patas y para terminar unas grandes alas, voló por último a lo más alto que pudo para caer en picada, el humo se esparcía mostrando una reptil figura que dio un rugido, metros antes de aterrizar, abrió las alas y su cuerpo se levantó un poco para caer sobre sus garras traseras, ya firme en el suelo Richard lo contempló, era un gran, sano y auténtico dragón de escamas blancas, que volteó a los lados y agacho su cabeza para recibir unas caricias de su dueña.

— ¡Es fantástico! —dio un grito de ovación— ¿para qué una hechicera retirada necesita tener un dragón así? —.

— Su nombre es Cloud, tu papá y yo lo hemos criado casi desde que nos conocimos, nunca sabes cuándo te hará falta un dragón, hijo, si mis cálculos no fallan, este guapetón debe tener 20 años, aun es joven, pero es muy fuerte y es por eso que quiero que lo tengas, Cloud te será fiel y comprende el lenguaje de los humanos, puede hasta ser más inteligente que ustedes, una criatura mágica siempre lo será.