90.Presencia Invisible

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Richard comenzó a confundirse por lo que vio en la bodega. Cajas con gemas de las que supo que tenían como efecto el utilizar la esencia mágica de su respectiva elementália, ahí, en ese lugar, almacenadas, en grandes cantidades, como si fueran huevos de gallina a inventariar.

—¿Y estas son de los Seedwood? —preguntó Richard a Danity, que para sorpresa de él si tenía conocimiento de esa gema.

—Si, te permite usar el don del árbol padre, es muy rara y completamente custodiada por los robles de los Seedwoods, sin embargo, aquí las hay a grandes cantidades.

—¿Deberíamos de estar tranquilos al saber que el concejo mundial almacena estas gemas?

—Sinceramente, no lo sé.

—Las demás gemas fungen igual, con su poder de donde provienen.

Decidieron seguir avanzando hasta llegar a una puerta con escaleras a la zona inferior, con todo valor bajaron las escaleras, caminaron un par de habitaciones hasta llegar a una puerta doble de roble. Richard sabía que del otro lado había serios problemas.

—Chicas, —susurraba Richard preocupado—. Detrás de esa puerta no es seguro, nos descubrirán aun que estemos invisibles.

—¿Cómo dices? pero detrás de esa puerta puede estar mi hermano —dijo Vitaly, angustiada por las palabras del chico, si venían de él, entonces significaban un problema.

—¿Están seguras que esta bodega le pertenece al concejo mundial? —Richy preguntó por última vez, intentando asimilar que todas esas cosas estén custodiadas por, supuestamente, el pilar entre el mundo mágico y los gríseos.

Vitaly abrió la boca y soltó una sílaba, pero calló al escuchar pisadas de gente que venía del piso de arriba, el corazón se le aceleró y les advirtió a los chicos.

—Viene gente, chicos, alejémonos del camino.

—¿Dices que viene gente? ¿Cómo sabes?

—¿No escuchan las pisadas?

Los sentidos de Vitaly se amplificaron por el Fericolvo.

—Pues no —dijo Danity.

—¡Pero se escuchan muy fuerte!

—Esta bien, esta bien —dijo Richard susurrando —. Péguense a los muros, rápido. 

Ugaldy descendió las escaleras de piedra con cada paso resonando con un eco apagado en el corredor estrecho y apenas iluminado por antorchas con llamas firmes. La atmósfera se puso densa y cargada de una energía opresiva, acentuada por las paredes de piedra desnuda que parecían absorber la luz. Al final de la escalera, un estrecho pasillo se extendía hacia una habitación mediana, sin muebles, donde Ugaldy se detuvo frente a la imponente puerta doble de roble. La madera oscura de la puerta emanaba una energía terrorífica y pulsante, como si el propio material estuviera imbuido de poder malicioso. A su lado, dos de sus supervisores esperaban con semblantes graves, sus ojos reflejaban la misma oscuridad que la puerta, pero todo esto pasó desapercibido por Richard, ya que estaba demasiado extrañado de ver a Ugaldy sereno, como si no fuera la primera vez que ya había visitado ese lugar.

Uno de los supervisores, un hombre de aspecto severo con una cicatriz que le cruzaba la mejilla, rompió el silencio con una voz baja y controlada.

—Señor Ugaldy, hemos avanzado con la distribución del Fericolvo. Los cargamentos están listos para ser enviados a los puntos de entrega acordados. Sin embargo, ha habido algunas complicaciones menores con los transportistas. Un par de ellos empezaron a hacer demasiadas preguntas. Los hemos gestionado, pero puede que necesitemos reconsiderar la seguridad en los próximos envíos.

Esencias Mágicas [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora