Romani: Buenos días, equipo de Chaldea -dice en un tono animado para intentar levantar los ánimos del grupo-. ¿Dónde está Gudako?
Tn: Se tomó otro descanso.
Olga: Esa chica de nuevo. Da Vinci, ¿podrías darle una mano al Master? Solo esta vez.
Romani: ¿Estás segura, directora? No creo que...
L da Vinci: ¿Are? Por tu tono de voz parece que no confiaras en mí, Romani-kun.
Romani: Solo me preocupo. Has sido de mucha ayuda en Chaldea desde la incineración de la humanidad.
L da Vinci: Qué amable de tu parte.
Mashu: El doctor tiene razón, Da Vinci-san. Tu ayuda ha sido beneficiosa en cada singularidad, aunque no lo parezca.
L da Vinci: Haces que me sonroje. Está bien, tendré cuidado.
Romani: En dicho caso, es hora de que vayan a la siguiente singularidad, la antigua Jerusalén.
Tema de fondo
En la singularidad
-En un enorme desierto se podía observar a una persona caminando hacia un enorme reino a la distancia.-
???: Espere, mi señor, ya estoy en camino.
-En otra zona del desierto, una mujer estaba en busca de alguien que conoce.-
???: Hummm... Ese aro de luz se ve cada vez más grande.