Al día siguiente
-Tn estaba acompañando a Rengoku en su vigilancia rutinaria.-
Hombre: Buenos días, Rengoku-sama.
Mujer: Que los dioses lo bendigan, Rengoku-sama.
Tn: Todos parecen admirarte.
Rengoku: Es parte de ser conocido, Fujimaru Shonen, pero lo importante es intentar cumplir con tu deber.
Hombres: Bestia demoníaca.
Rengoku: Como ahora.
-Una bestia demoníaca en forma de león se dirige hacia uno de los hombres del lugar.-
Rengoku: Quédate aquí, Fujimaru Shonen. -Corre hacia la bestia demoníaca que iba a matar a aquel hombre- Respiración de la llama, primera postura, Mar de Fuego.
Tn: Ohhh... -Se había quedado sorprendido por la demostración del poder de Rengoku.-
Rengoku: ¿Se encuentran bien?
Hombre: Sí, gracias por permitir ver a mi recién nacido un día más, Rengoku-sama.
-Al oír que lo llamaban sama, Rengoku comienza a reír de manera simpática.-
Rengoku:
Rengoku: No soy ningún dios, soy un humano igual que ustedes. Nací como humano, morí como humano y aun en mi nueva vida seguiré protegiéndolos como el humano que soy.
Tn: Y encima humilde... Rengoku-san... ¿Qué tipo de magia usó?
Rengoku: ¿Magia? Esto no es magia, Fujimaru Shonen, es una técnica de respiración.
Tn: ¿Respiración, como el hamon?
Rengoku: No sé qué es el hamon que mencionas, pero déjame resumírtelo.
Tn: ¿Qué es un pilar?
Rengoku: Hummm... Supongo que tendré que explicártelo de forma más completa. Los pilares son los cazadores de demonios más poderosos. Yo, en mi caso, soy el pilar de la llama.
Tn: ¿No será del fuego?
Rengoku: Ya hubo uno con esa denominación, el primer pilar, el que inventó las respiraciones. Pero esa historia te la contaré después.