Barcelona 1.3

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El miércoles y jueves hice un gran esfuerzo para concentrarme en mi trabajo. Estuve con Carlos el jueves en una entrevista con la prensa, teníamos tanto trabajo encima que dejé que mi mente no se involucrara en lo que había pasado el martes. Cuando Carlos intentaba acercarse rápidamente lo ignoraba. Tenía que olvidar lo que había pasado entre nosotros. Entre tanto trabajo, me había acercado más a Oliver e incluso el jueves cenamos juntos y ninguno de los dos mencionó algo. Tenía mensajes de Carlos pero los ignoraba. Sabía perfectamente que Carlos me lastimaría, estaba cegado por un amor no correspondido.

Es viernes y estoy lista para la práctica. Después de arreglarme, llamo rápidamente a mi padre, quien probablemente ya esté en el hotel. Al salir, me encuentro con Carlos en el pasillo. Cierro los ojos por un momento antes de abrir la puerta.-

¿Quieres que te lleve? - me pregunta Carlos.

-No, gracias -mi sonrisa es gélida mientras lo miro a los ojos-. Nos vemos en el paddock.

-Lucía, por favor, eres mi relaciones públicas. No podemos seguir así todo el tiempo -su tono es urgente, casi suplicante.

-Eso es lo que hago -aprieto el botón del elevador con fuerza, haciendo que las puertas se cierren bruscamente-. No quiero que haya nada personal entre nosotros."

Carlos se acerca a mí, me toma de la mano y me obliga a mirarlo.

-Lucía, vamos, no le ruego a nadie, pero odio que no me hables.

-Tienes suficiente con Judith. 

Carlos se acerca y me alza la barbilla

-¿Celosa?

El elevador se abre y mi padre aparece. Me separo de Carlos y al verme, me abraza. Confundido, Carlos se queda observando.

-¡Oh, Cerezita! - Mi padre me da un beso en la frente-. ¡Estabas demorando!

-¡Papá! - Sonrío-. Ya iba a bajar. Papá, mira, es Carlos Sainz.

Carlos sonríe y estrecha su mano. Mi padre, encantado, se presenta.

-Señor Garrido, tiene usted una hija excepcional.

-Oh, siempre lo he sabido. - Mi padre dice-. ¡Es perfecta!

-¡Papá!

-Te veo en el paddock- Miro a Carlos- Nos vemos

Carlos asiente. Mi padre y yo entramos al elevador.

Carlos baja y sonríe. Mi padre y yo caminamos hacia el bus de transporte mientras le entrego su pase del paddock.

Estoy en el garaje de Carlos mientras él da una breve entrevista para Daz España. Judith se pasea con Charles y ninguno se acerca a Carlos. Judith se acerca a mí. El viernes de práctica está lleno y hay miles de fotógrafos.

-Judith - sonrío-. No he podido casi hablar contigo.

-No te preocupes. ¿Todo bien?

-Sí. -Miro a Carlos- Carlos está bien, es lo importante.

-¿Me acompañas a mi oficina?

-Claro.

Me acerco a Carlos cuando termina la entrevista.

-Regreso en un momento, iré con Judith a la oficina.

-Vale, no demores.

-¿Por que?-sonrío -¿No puedes estar lejos de mi?

Sonríe y me guiña el ojo, soy una completa tanto al sentir que casi me derrito.

Sacudo la cabeza, Judith me hace una señal y la sigo. Entramos al paddock y nos dirigimos a una sala de reuniones.

-Lucía, lamento lo que pasó el martes -dice Judith-. Yo tuve que hablar con Charles.

-Hiciste bien, podría haber sido peor.

Judith suspira.

-¿Pasa algo entre ustedes?

Sus ojos muestran un poco de preocupación, pero no es personal. Creo.

-No sucedió nada, tranquila.

-No creas que me molesta -dice sonriendo-. Solo ten cuidado.

Asiento.

Sofía entra con la respiración entrecortada, señala su tablet y mira a Judith preocupada.

-Un periodista de Daz ha dicho que escuchó un rumor en el paddock sobre un romance a escondidas entre Carlos y tú, Judith -dice, mirándome fijamente.

Judith ojea la tablet y bufea molesta.

-No es posible -dice-. Es una maldita pesadilla, ya empezaron estos rumores malditos.

Escucho que Charles la necesita; su radio suena y ella sale sin decir nada. Salgo detrás de ella y la veo discutir con Charles; nunca los había visto discutir y él parece visiblemente molesto. Me dirijo al garaje, donde Carlos se prepara para dar la primera vuelta.

Estoy con papá en el Paddock Club Mirando y  observando las prácticas, pero no puedo concentrarme lo suficiente. No Dejo de pensar en Carlos y al finalizar las prácticas busco a Carlos en su habitación.

-Lucía, no te vi en el garaje -se acerca-. ¿Dónde estabas?

-¿Por qué la prensa habla de un romance entre tú y Judith?

-No lo sé. ¿No eres tú quien se encarga de eso? -Carlos alza una ceja, sin mostrarse molesto por la pregunta.

-Les dirás a la prensa que es mentira si te preguntan, ¿verdad?

Se acerca a mí y sonríe.

-Lo haré.

-Carlos, te estoy hablando como tu directora de imagen.

Carlos toma mi tablet y la coloca en un sofá, luego me sienta en sus piernas y me peina el cabello.

-¿Estás celosa? -me pregunta.

-No, Carlos, quiero que te concentres.

-Ahora no puedo.

Acaricia mi mejilla y me da un tierno beso en los labios.

-¿Cenamos?

-Ceno con mi padre, lo siento

-Entonces te veo después de la cena

-Carlos...

-¿Qué? - me examina - ¿Qué te preocupa?

-No quiero que me lastime es mejor no...

-Oh vamos sabes que no es serio - dice

Me levanto de sus piernas y tomo mi tablet. Estoy harta, está jugando conmigo.

-No me vuelvas a besar.

-Lucía -se acerca-, conoces mis sentimientos por ella.

-¿Y qué quieres que haga? -alzo la voz-. ¿Que sea tu comodín? Eres un idiota, Sainz.

Abre la boca y frunce el ceño.

-Lucía, quiero que la pasemos bien.

Río con incredulidad. ¡Pero quién se cree que es!

-Vamos, hay que dar declaraciones.

-Lucía -me detiene-, dime qué quieres tú.

-No quiero nada de un hombre que está enamorado de otra.

-Lucia no puedo darte eso y lo sabes

-Entonces déjame en paz y dile a tu modelo que te consuele

Cierro la puerta detrás de mí y cierro los ojos. ¿Cómo fui tan tonta? Sofía me mira y sacude la cabeza. Carlos sale y ambos caminamos hacia el área de prensa, ninguno dice una palabra.  Mintras habla con la prensa, lo grabo y me concentro aunque por dentro me estoy rompiendo a pedazos. 

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora