II. PARTE. MÉXICO 1.4

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Estoy sentada junto a Oliver en mi oficina antes de que empiece la carrera. Oliver habla, pero yo estoy completamente perdida en mis pensamientos y en lo que había pasado en la mañana con Carlos y Judith. Dentro de mí, siento que Carlos me ha fallado.

—¿Lucía? —Oliver me toca el brazo—. ¿Estás bien?

Siento muchísimas ganas de llorar, de recostar mi cabeza en su hombro y desahogarme, pero no, tengo que cumplir con mi trabajo. Sin embargo, estoy segura de algo: hoy es mi último gran premio porque Carlos jamás dejará de quererla. Ella seguirá siendo su gran amor imposible.

—¿Es un futbolista? —me pregunta Oliver—. El invitado del paddock de Ferrari hoy.

—Sí —miro la agenda—, Pablo Gavi, es español.

—Genial —dice sin mucho ánimo—. Estás diferente, pareces triste.

Tengo pocas ganas de trabajar y aún menos de hablar. Oliver se me queda viendo.

—¿Tu embarazo está bien?

Asiento, él no lo sabe.

—Serán mellizos.

Sus ojos se abren como platos y sonríe, aunque su expresión cambia de inmediato.

—Pues vamos a conocer a Pablo.

Sacudo la cabeza divertida y cuando salimos, veo a Carlos discutir en una esquina con Judith. Paso junto a ellos sin importar y salimos del hospitality. Cuando llegamos al garaje, veo a Pablo conversar con Charles. Trago saliva al ver la sonrisa de Charles cuando me ve. Gavi gira y me mira, frunce el ceño un momento y vuelve a mirarme. Oliver me toma de la mano sorpresivamente y caminamos hacia ellos.

—Oliver —dice Ollie presentándose—. Bienvenido.

Pablo sonríe y mueve su cabeza para mirarme. Su mirada es tan notable que Oliver y Charles lo notan.

—Tú debes ser Lucía —dice Gavi en español.

—Sí, disculpa por no presentarme antes.

Le ofrezco mi mano, pero me planta dos besos en la mejilla y eso lo captura la cámara.

—No me han dado la vuelta por el paddock —dice—. ¿Me la darías?

—¿No habías dicho que...? —Charles me mira—. Sí, claro.

—Falta una hora para la carrera —dice Ollie—. Tenemos agenda.

—Pero es el invitado —dice Charles—. Adelante.

Sonrío amablemente. Oliver me mira y hace un puchero. Gavi se acerca a mí y caminamos por los pits. Tiene la atención de las cámaras y, aunque es muy amable, no deja de mirarme.

—Lucía Garrido —dice—. Me emocionaba conocerte.

—¿Ah, sí?

—Novia de Carlos Sainz y relaciones públicas de Ollie. Debe ser algo difícil.

—Sí que lo es —nos detenemos en los pits de Carlos—. Lo sé manejar.

Él se acomoda el cabello hacia un lado, me mira y sonríe.

—Eres muy bonita y perdón si te incomodo.

—Oh, no te preocupes —sonrío—. Si tú lo dices.

—¿Ah, no lo crees?

Me quedo viéndolo un momento y noto lo guapo que es. Joder, claro que es guapo.

—¿No te gusta el fútbol?

—¿Se me nota? —me río—. Prefiero las carreras.

—Pues un día deberías venir a verme jugar.

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora