Quiero que me mires- Carlos Sainz

Maranello 1.4

Charles y yo estamos sentados en la sala viendo una película. Se ríe viendo lo que ve: es una película muy vieja de Adam Sandler.

—¿Qué te sucedió en la mejilla? —me pregunto.

—Tu esposa —respondo.

—¿Qué? —me mira sorprendido—. ¿De verdad?

—Se molestó porque estuve aquí anoche.

—Oh, no —se lleva las manos a la cara—. No puedo creer que haya hecho eso.

—No pasa nada.

—Sí pasa —me mira—. Discúlpame.

Sacudo la cabeza, divertida.

—Puedes tener tu fiesta tranquilo. Yo estaré en mi habitación.

—No, de ninguna manera —dice—. Claro que estarás abajo.

—Son puros chicos.

—No, vendrán dos amigas. Puedes hablar con ellas. Judith casi no habla con ellas.

—No puedo imaginar por qué.

—Porque Judith es muy celosa.

—Oh —me río—. Yo también lo soy.

Charles y yo seguimos viendo la película y nos reímos un rato. De pronto siento un poco de alegría en medio de lo que sucede con Carlos. Charles no parece tener ninguna mala intención y es muy divertido estar con él.

—Es Carlos —dice Charles—. Ha venido dos veces a buscarte.

—¿De verdad?

—Sí —se ríe—. Pero no puede entrar.

Me acomodo en el sofá.

—¿Y el pequeño Charles?

—Está con mi madre. Hablo con él todos los días —me mira—. No quiero que nos vea así, a mí y a su madre.

—Charles —lo miro—. Ustedes hacen una linda pareja.

—No lo dudes —dice—. La amo. No tienes idea de lo mucho que me costó estar con ella —dice con nostalgia—. Pero ahora todo es demasiado raro.

Se pasa una mano por la cara.

—Parece un mal sueño —dice—. Todo iba bien, pero desde que Carlos empezó una relación contigo, todo parece complicado y no tiene nada que ver con nosotros, y eso es lo que me molesta.

—Tranquilo —lo consuelo—. Para mí también es difícil. Estoy muy enamorada de él.

—Lo sé —se ríe—. También éramos buenos amigos antes. De hecho, aquel tema con Judith estaba un poco superado.

Asiento, no quiero agobiarlo más. Seguimos viendo la película hasta que unos minutos después caigo totalmente dormida en el sofá.

                                🏁🏁

Me despierto en la cama de la habitación por el sonido que viene de abajo. Se escuchan voces y un poco de música. Me incorporo en la cama y observo que esta es la habitación de Charles. Mierda. Me levanto rápidamente y me voy a la mía. ¿Pero cómo llegué aquí? Me doy un baño, me arreglo y me coloco un vestido corto de flores, unas sandalias bajas y suelto mi cabello. Me miro en el espejo y alguien interrumpe en la puerta. Charles se asoma.

—Perdón, ¿me quedé dormida en tu habitación?

Charles entra con un vaso en la mano y sonríe.

—No, te quedaste dormida en el sofá y te llevé a mi habitación.