III. PARTE BAKU 1.2

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Alexandra se esconde detrás de mis piernas cuando Reyes le abre los brazos. Carlos, mi pequeño, está en el patio hablando animadamente con su abuelo.

-Ve a saludar a la abuela.

-Me da miedo, mami. ¿Y la abuela Terri?

Trago grueso.

-Esta es otra abuela.

Sale de su escondite y camina con timidez. Reyes me mira y parece tener los ojos húmedos, a punto de llorar.

-Es preciosa. Hola, soy Reyes, la abuela.

-Abuela -dice Alexandra, con los dedos metidos en la boca.

Reyes sonríe y se sacude la nariz. Cierra los ojos y mueve la cabeza.

-Soy la mamá de tu padre. Y el abuelo está afuera con tu hermano.

Ella se queda mirando al señor Sainz, que camina hacia nosotros. Él me mira, solo asintiendo, y se agacha para ver a Alexandra.

-Soy el abuelo, Carlos.

-¡Son muchos Carlos!

Carlos, a mi lado, se ríe y me mira. Me regala una cálida sonrisa porque sabe que estoy incómoda.

-Como el abuelo, mami.

-Sí, mi amor.

Reyes me mira y asiente, comprensiva. Hay un poco de tensión hasta que, unos minutos después, Sandra se los lleva al patio.

-Debo irme.

-Mi padre quiere hablar sobre lo de los apellidos.

-No creo que sea un asunto de tu padre.

Reyes sale de la cocina y aplaude una sola vez, como si quisiera romper la tensión.

-Lucía -dice-, qué alegría volver a verte, y con sorpresas.

-Reyes...

-Toma asiento.

Me siento frente a ellos. Carlos se sienta a mi lado y sus padres, al frente.

-Es increíble cómo te escondiste todos estos años -dice su madre-. No te voy a juzgar por lo que hiciste.

-No creo que sea un asunto que deba discutir con ustedes.

-Son Bearman -dice el señor Sainz-. Eso no puede ser.

-Estoy dispuesta a cooperar en todo para el cambio de apellidos.

Alza las cejas, frustrado. Claro que quiere que mi hijo y mi pequeña sean Sainz.

-No quiero que estresen a Lu con eso -dice Carlos-. Lo haremos a final de temporada, también los niños se estresan.

-Lucía, ¿por qué no hablaste conmigo?

-¿Iba a cambiar lo que él sentía por Judith?

-Ah, justo a tiempo -dice alguien entrando por la puerta.

Es Ana, la prometida de Carlos. Al verme, se contrae, pero rápidamente se sienta en medio de Carlos y de mí.

-¿Y los niños?

-¿Perdón?

-Creía que era apropiado que también conocieran a Ana.

-Ana, cariño, ¿crees que nos puedes dar un momento?

Se queda un momento confundida, pero asiente. Le da un beso a Carlos y tengo que quitarme el cabello que me ha dejado en el hombro.

-Mis hijos no tienen que estar vinculados con ella.

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora