III. PARTE SINGAPORE 1.5

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Cuando llego a su piso, algo dentro de mí se quiebra, como si mis pies se negaran a seguir avanzando. Sin pensarlo, doy media vuelta y regreso a mi habitación. Las palabras de Oliver siguen retumbando en mi cabeza, cada una más pesada que la anterior. Hablo con Grace

"Dime si no estás bien, me regreso."
"Disfruta, hablamos mañana. Sé que Oliver está allá."

Me quito el vestido con manos temblorosas y me pongo una pijama, tratando de encontrar algo de consuelo en la rutina.

Por alguna razón que no logro entender del todo, una tristeza profunda me invade. Oliver no está. Después de tantos años compartiendo todo con él, la idea de que no me hablara, de que no estuviera conmigo, me hace sentir como si me desmoronara por dentro.
No puedo dormir. Doy vueltas en la cama, tratando de encontrar una posición que me permita descansar, pero mi mente no me lo permite. Cada vez que cierro los ojos, me despierto asustada, con el corazón latiendo a mil por hora. Algo en mi interior me dice que no todo está bien, que no puedo seguir ignorando lo que siento.

Me siento en el borde de la cama, con la mirada perdida en la oscuridad de la habitación. Sé dónde está Oliver, sé cuál es su habitación. Mi mente me dice que no debería, pero mis piernas se mueven solas. Me levanto y salgo, descalza, bajando por los pasillos en completo silencio.

Cuando llego, el sonido de su voz detrás de la puerta me paraliza. Está hablando con alguien. Me acerco, y no tarda en quedar claro: está con Kristen. Las risas bajas y las palabras susurradas me atraviesan el pecho como un puñal. Mis manos tiemblan, y por un segundo, pienso en entrar, en enfrentar lo que temo. Pero no lo hago. Me quedo ahí, en silencio, escuchando cómo mi mundo parece desmoronarse detrás de esa puerta.

                              ****

-Lucía tienes que levantarte

-Pasó la noche con el

-Que no pasó la noche - dice Grace convencida - Lo vi desoidiendola

-Seguro pasó algo

Grace me sacude los hombros, me levanto soñolienta, es dia de carrera.

-Lucía estas así porque estas hasta las trancas enamorada de Oliver

Frunzo el ceño, si que lo amo pero ¿Estaba asi de enamorada? Grace sonríe y me peina el cabello.

-Un baño y un mensaje de buenos días a los niños, vamos al paddock

A regañadientes me levanto y me alisto, y aunque siento una tristeza enorme tengo que recomponerme. Salgo con Grace en su auto alquilado y llegamos al paddock.

Oliver entra en la oficina y, sin levantar la vista de la tablet, sé que es él. El ambiente cambia de inmediato, cargado de una tensión invisible. No levanto la mirada al principio, concentrada en lo que tengo que hacer. Si él quiere jugar a ser frío, yo puedo serlo aún más.

—Hola —dice él, sin emoción, casi como si fuese un trámite.

—Hola —respondo, con la misma indiferencia, sin apartar la vista de la pantalla.

Un silencio pesado se instala entre nosotros. Finalmente, cierro la tablet y me levanto, caminando hacia la mesa donde están los documentos de la carrera. Él se cruza de brazos, observándome, pero no dice nada. Perfecto.

—Tenemos una agenda apretada hoy, antes de la carrera—digo, con voz firme, pasando por alto cualquier conversación personal. Extiendo un documento y continúo—. La reunión con el equipo es a las nueve. Tienes una entrevista con los medios a las diez, y a las doce hay un briefing con los ingenieros.

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora