III. PARTE BAKU 1.1

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Mi padre se lleva las manos a la cabeza al escucharme hablar de que nos vamos, y se queda un momento mirando el suelo.

—¿Estás segura?

—Sí —respondo, mirando mis dedos—. Papá, no puedo seguir así.

—Está bien.

Me toma la mano y la besa. Sonríe con desgano, pero al ver a Alex entrar con Sandra, su expresión cambia.

—¡Abuelo!

Ambos corren a abrazarlo, y él, feliz, los llena de besos. Por un momento veo sus ojos húmedos, y siento un vacío en mi corazón. Sé que mi padre no querrá que viajemos.

—Hija, los voy a extrañar mucho.

—Hemos conocido a papá —dice Carlos.

Sonrío al escuchar a mi hijo hablar. Sandra y Sofía, también vendrán. Llegaremos para el Gran Premio de Bakú, retrasados por mi renuncia.

—Hija, ella adora a Oliver.

Sonrío, mi padre no sabe que ahora soy su novia. Al ver mi sonrojo, lo nota de inmediato.

—Me alegra que lo tengas a él, es un buen muchacho. Cuídalo.

Esa tarde es diferente, especial. Mi padre se queda a cenar con Oliver y todos tenemos una cena de despedida. Mientras cenamos, Carlos no deja de enviarme mensajes, insistiendo en que le avise cuando lleguemos.

                           ****

Cuando el jet aterriza en Bakú, ya casi oscureciendo, mis pequeños están completamente dormidos. Al bajar las escaleras, Oliver me ve y corre a abrazarme. Sandra se adelanta con los niños hacia la camioneta.

—Ya te echaba de menos, princesa.

—Y yo a ti.

Sonríe, y me da un tierno beso en los labios. De camino hacia el hotel, Oliver parece bastante animado y no deja de sonreír.

—Espero que te sientas bien aquí, y los niños también.

—Yo también —suspiro—. Espero que ahora sí todo marche mejor.

—Lucía —me mira—, siempre quise que estuviéramos cerca

Me sonrojo al escucharlo. Oliver lleva años esperando por mí, por un “sí” o por tomarme de la mano sin escondernos. Cuando llegamos al hotel, me sorprendo al ver a fotógrafos afuera.

—Ollie, hay muchos paparazzi.

—No deberían estar aquí.

—Los niños…

—Tranquila —dice—. No los van a exponer.

Al salir de la camioneta, Oliver me toma de la mano e inmediatamente las cámaras nos rodean. Espero a mis hijos, y Oliver carga a Alex, que aún duerme. Carlos va despierto, y aunque intento cubrirle la cara, no sé si tendré suerte. La seguridad de Oliver actúa rápido y nos ayuda a evitar la avalancha de cámaras.

—Estarán contigo a donde vayas, igual para Sandra y los niños.

—Ollie...

Subimos al ascensor y Alex, medio dormida, se despierta y se aferra aún más a Oliver. Sonrío al ver su hermoso gesto. Carlos sigue despierto, pero sus ojitos luchan por no cerrarse.

—Señora, déme a los niños y descanse. Yo los dormiré.

—No, Sandra. Está bien, dormirán con nosotros.

—Como quiera, señora.

Sofía lleva consigo la muñeca que le regalé para Navidad. Me despido de Sandra y Ollie, y entramos a la suite. Los niños se suben rápidamente a la cama, totalmente agotados. Oliver y yo no tardamos en caer profundamente dormidos en sus brazos.

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora