III. PARTE. BAKU 1.4

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Es día de carreras y estoy muriendo de emoción en el garaje junto al equipo de trabajo; todo es tensión. Los ingenieros y los estrategas de Oliver están atentos a cualquier situación, pero mi piloto le ha quitado la posición a Carlos y solo faltan tres vueltas. Mis manos sudan, ni siquiera quiero mirar, pero cuando escucho que ha cruzado la bandera de cuadros, salto de emoción. Todo el equipo se abraza. Baku es un circuito callejero y es aún más emocionante.

Salgo del garaje y espero a que mi piloto llegue. Oliver se lanza sobre sus ingenieros y sonríe feliz. Me cuelo entre los ingenieros y, con una de sus manos, me atrae hacia él y me besa. Sonrío, encantada de poder vivir este momento con él. No deja de mirarme y sonreír. Cuando sube al podio, me busca con la mirada; entonces me ve, me sonríe y celebra su victoria.

Cuando por fin todo termina, lo espero en el motorhome y me toma por sorpresa en la recepción. Me abraza por las caderas, me alza en el aire, me besa y toma mi cara entre sus manos.

—Es para ti, mi amor.

—Felicidades —lo beso—. Es increíble poder vivir esto contigo.

—¡Tío Oliver!

Los niños salen de mi oficina a abrazarlo, y a Oliver le brillan los ojos. Carlos, que ya se ha quitado la camiseta de Mercedes, lleva puesta una mía, que le queda como pijama. Oliver se ríe divertido al verle.

—¡Tío Ollie ha ganado!

—Tío Oliver, felicidades —dice Alex, abrazándolo.

Sonrío y tomo una foto. Siento una leve sensación de nostalgia. Miro hacia afuera y veo a Carlos observando desde lejos. Se queda un momento viendo a los niños con Oliver y me envía un mensaje:

"Quizás no me necesiten tanto."

Asiente y sigue caminando.

—Carlos —me agacho hacia los niños—. Papá también ha ganado, ¿no quieres felicitarlo?

Asiente sonriendo. Vuelvo a ponerle la camiseta de Mercedes y salimos afuera. Oliver sostiene a Alex en sus brazos mientras ella juega con su cabello.

—¡Papi!

Carlos se detiene y mira hacia atrás. Mi pequeño me mira, y yo asiento. Mi hijo corre hacia su padre y Carlos lo atrapa en un abrazo. Mis ojos se llenan de lágrimas. Oliver, a mi lado, besa mi cabello y baja a Alex al suelo.

—Ve, pequeña, tú también —le dice Oliver.

Alex se queda mirando a Oliver y sacude la cabeza.

—Me quedo contigo y con mi mami. ¿Hermanito ya no nos quiere?

Me siento completamente quebrada, pero no quiero arruinar el momento de Oliver. Tomo a Alex del brazo y caminamos hacia Carlos.

—Felicidades, papi.

Carlos se limpia las lágrimas y la abraza.

—Felicidades, Carlos.

—Gracias.

Me mira y traga saliva.

—Yo… si quieres, me quedo esta noche con él, así celebras con Oliver.

—No sé si Alex quiera… ya sabes.

Carlos mira a Alexandra con una sonrisa.

—Si llora, se la llevaré a Sandra, iremos a casa de mi padre.

—Vale —sonrío—. Avísame cualquier cosa. Le diré a Sandra que vaya.

—Puedes hacerlo, pero para que se divierta.

Quiero que me mires- Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora