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Por la mañana, Manuel se dirigió a la habitación de Mayte a despertarla, pero al verla tan tranquila durmiendo no sabia cómo hacerlo así que la despertó moviéndola suavemente.

Buenos días, ¿lista para una pequeña aventura?-Preguntó Manuel con una sonrisa en los labios y Mayte lo miró con los ojos entrecerrados por el sueño.

¿Qué clase de aventura?-Murmuró intentando despejarse.

Vamos a ver el amanecer cerca del río, es algo que no te puedes perder-Respondió Manuel con entusiasmo.

Aunque tenía mucho sueño, Mayte se puso de pie y se cambió rápidamente, juntos se dirigieron al establo donde Cartero los esperaba, Manuel ensilló al caballo con destreza y la ayudó a subir, luego subió él detrás de ella, aunque al principio Mayte estaba un poco nerviosa se fue relajando con el trote lento del caballo mientras la voz ronca de Manuel le hablaba suavemente al oído sobre las tierras y la historia del rancho.

Este lugar ha pertenecido a mi familia por generaciones -Dijo Manuel sonriendo-Aquí aprendi a montar, a cuidar el ganado y también a apreciar la tranquilidad del campo-Dijo suspirando y Mayte sonrió sintiéndose más cómoda con cada palabra que él decía mientras el caballo trotaba lentamente.

Finalmente, llegaron al río justo cuando el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, Manuel bajó primero y la ayudó a descender del caballo, se sentaron en la orilla y Mayte no podía apartar la vista del espectacular amanecer, estaba fascinada.

Es hermoso-Susurró Mayte con los ojos llenos de asombro y Manuel la miró satisfecho de ver su reacción.

Lo es, siempre vengo aquí cuando necesito despejar mi mente-Dijo Manuel mirando el sol que se elevaba lentamente.

Después de un rato de estar admirando el amanecer, Manuel se volvió hacia ella con una sonrisa traviesa.

¿Te gustaría nadar en el río?-Preguntó con sus ojos brillando con una pizca de diversión.

¿Nadar en el río?-Mayte lo miró incrédula haciéndolo reír.

No pasa nada, yo te cuidaré-Dijo Manuel tranquilizándola con una sonrisa.

No es eso, solo que no sabia que nadaríamos-Respondió Mayte sintiéndose un poco nerviosa.

Te presto mi camisa si te da pena que te vea en ropa interior-Propuso Manuel con una sonrisa tranquilizadora y Mayte asintió aceptando la oferta.

Manuel se quitó la camisa y se la dio, luego se dio media vuelta y se quitó las botas y los pantalones mientras tanto Mayte comenzó a desvestirse rápidamente mirando a Manuel entrar al rio así que se apresuro, Manuel al girar no pudo evitar admirar la figura de Mayte en su lencería negra antes de que ella la cubriera rápidamente con su camisa, lo que hizo que él sonriera.

¿Estás lista?-Preguntó Manuel mirándola entrar al agua y salpicándola juguetonamente con agua.

¡Oye!-Exclamó Mayte riendo lanzándole agua comenzando una guerra entre los dos.

Reían a carcajadas lanzándose agua el uno al otro hasta que Manuel se acercó y la atrapó entre sus brazos.

Basta, May-Dijo Manuel riendo mirándola a los ojos-No puedo más-Dijo apretando su agarre pues Mayte intentaba luchar pero quedaron cara a cara con sus rostros a solo centímetros de distancia, Manuel no pudo contener su impulso y la besó.

-Mayte pasó sus manos por su cuello respondiendo al beso intensamente, al finalizar el beso Mayte escondió su rostro sonrojado en el cuello de Manuel haciéndolo sonreír.

No pude evitar besarte-Le susurró Manuel y Mayte se rió suavemente aún escondida en su cuello.

Tú eres mi esposo, después de todo-Dijo Mayte sonriendo.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora