El trato

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Al llegar a la fiesta, Manuel y Mayte fueron recibidos con vítores y aplausos, la recepción se celebraba en un elegante salón decorado con flores blancas y doradas, la atmósfera estaba llena de alegría y emoción, los invitados se acomodaron en las mesas esperando ansiosos el inicio de las celebraciones, ellos ya convertidos en esposos ante todas las leyes se dirigieron al centro del salón, ambos habían decidido no beber alcohol esa noche, Mayte por su embarazo y Manuel para asegurarse de estar completamente atento a ella, en su lugar decidieron disfrutar de la velada con agua y jugos frescos.

El DJ anunció el primer vals de la noche, y las luces se atenuaron para crear un ambiente íntimo y romántico, la melodía "Que nada nos separe" comenzó a sonar, Manuel extendió su mano hacia Mayte con una sonrisa cálida, ella aceptó su invitación y juntos comenzaron a bailar en el centro del salón, Mayte se apoyó en el pecho de Manuel, él la sostuvo con ternura guiándola con pasos suaves y seguros mientras sus ojos se encontraban, la conexión entre ellos era evidente, el vals se convirtió en un momento especial no solo para ellos, sino también para los invitados que los observaban conmovidos.

¿No te parece increíble todo esto?-Susurró Manuel al oído de Mayte con su voz llena de emoción mientras sus ojos brillaban de admiración por ella.

Sí, es perfecto-Respondió Mayte con una sonrisa-No podría pedir más-Dijo mirándolo a los ojos, su mirada era intensa y llena de gratitud-Este es nuestro momento-Dijo mientras acariciaba suavemente su rostro.

La letra de la canción hablaba de amor eterno y de la promesa de estar juntos sin importar las dificultades, mientras bailaban Manuel acariciaba suavemente la espalda de Mayte sintiendo la suavidad de su vestido y el creciente bulto de su barriga, a su vez ella lo miraba con sus ojos llenos de gratitud y felicidad, su amor evidente en cada gesto.

Te amo más de lo que puedo decir-Susurró Manuel antes de besarla en la frente con ternura.

Yo también te amo, Gracias por hacerme sentir tan especial, amor-Respondió Mayte con los ojos brillando de felicidad ajustándose más cerca de él.

Algunos de los invitados con lágrimas en los ojos miraban la escena con ternura, el primer vals de esposos quedó grabado en la memoria de todos como un símbolo del amor que comenzaba un nuevo capítulo lleno de promesas y sueños compartidos, pero para Manuel y Mayte no solo fue un símbolo del amor que los unía, sino también una promesa silenciosa de que su unión estaba destinada a superar cualquier obstáculo, era un recordatorio de la fuerza y pureza de su amor.

La fiesta continuó, la pista de baile estaba llena, los amigos y familiares disfrutaban de cada momento, brindando y felicitándolos, a pesar de la falta de alcohol por parte de los novios fue bastante divertido ver a los demás compartir la alegría de su unión, la pista de baile estaba llena de risas y música, mientras los invitados disfrutaban del festín y de la celebración.

Uno de los momentos más esperados y tradicionales llegó cuando Manuel con una sonrisa juguetona se acercó a Mayte para bailar una pieza especialmente dedicada a ella, el baile fue una mezcla de sensualidad y jugueteo con movimientos suaves pero seguros, Manuel cautivó a los presentes mientras Mayte lo observaba con sus ojos llenos de brillo y un leve rubor en las mejillas, las risas y murmullos de admiración inundaban el salón pero para ella solo existía Manuel y su baile, aunque un poco cohibida por la mirada de los invitados, disfrutó cada segundo.

Poco después, llegó el tradicional momento de quitar la liga, Manuel con un toque de picardía en su mirada se arrodilló ante Mayte, con delicadeza comenzó a levantar el vestido de Mayte exponiendo suavemente sus muslos, sus manos recorrían con ternura la suave piel de su esposa y con una mirada cómplice se deslizó bajo el vestido posicionándose entre sus piernas, las risas y los aplausos de los invitados llenaron el salón, algunos sacaban sus teléfonos para capturar el momento.