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Seis meses habían pasado desde que Manuel y Mayte se habían casado, y la relación entre ellos había evolucionado de manera sorprendentemente natural, eran esposos jugando a ser mejores amigos que compartían besos y caricias cuando les apetecía, Manuel disfrutaba enormemente de trabajar al lado de Mayte aunque a veces encontraba difícil resistir el deseo que ella despertaba en él, por su parte Mayte se sentía bastante cómoda y feliz con Manuel, había decidido darle una sorpresa, mientras Manuel estaba en su despacho revisando algunos documentos con el ceño fruncido por el estrés, Mayte entró con una sonrisa traviesa.

Tengo una sorpresa para ti-Dijo Mayte acercándose a él, Manuel levantó la vista y al verla su expresión se suavizó, giró su silla e inclinó su cuerpo para permitir que Mayte se sentara sobre sus piernas.

¿De qué se trata?-Peguntó Manuel con curiosidad y una chispa de alegría en los ojos.

En una semana, saldremos a conocer la Patagonia-Dijo Mayte mirándolo con emoción, Manuel sonrió ampliamente y atrapó los labios de Mayte en un beso apasionado.

Maytis, esa es una gran sorpresa-Dijo emocionado mientras sus manos acariciaban suavemente su espalda.

Bueno, quise sorprenderte un poco, hemos tenido mucho trabajo y merecemos unas vacaciones-Respondió Mayte sonriéndole mientras acariciaba su mejilla.

Me encanta-Dijo Manuel sonriendo mientras acomodaba un mechón de su cabello detrás de su oreja-Has pensado en todo, como siempre-Dijo mirándola con una enorme sonrisa.

Intento hacerlo-Dijo Mayte inclinándose para darle otro beso-Además, creo que nos vendrá bien alejarnos un poco de aquí y desconectar-Dijo limpiando el rastro de labial que había dejado sobre sus labios.

Tienes razón, necesitamos un descanso-Dijo Manuel relajándose un poco-Gracias por esto, no sabes cuanto lo aprecio, Mayte-Dijo mirándola a los ojos.

No hay de qué, nos lo merecemos-Respondió ella sonriendo.

Manuel se recostó en la silla sintiendo el alivio de tener algo emocionante que esperar ademas de tanto trabajo por resolver, Mayte se levantó de sus piernas y se sentó en la esquina del escritorio mirando a Manuel con cariño.

¿Cómo van las cosas aquí?-Preguntó ella señalando los documentos que Manuel había estado revisando.

Un poco estresantes pero nada que no pueda manejar-Respondió Manuel suspirando-A veces siento que el trabajo nunca termina-Dijo mirándola mientras hacía un mohín.

Bueno, por eso necesitamos esas vacaciones-Dijo Mayte riendo suavemente-Podemos trabajar duro hasta el último día y luego olvidarnos de todo por un tiempo-Dijo guiñándole un ojo.

Suena perfecto-Dijo Manuel mirándola con admiración-Eres increíble, ¿lo sabías?-Dijo mirándola con una enorme sonrisa.

Tú también lo eres, Manuel-Respondió Mayte sonriéndole con ternura.

Pasaron el resto del día trabajando juntos con una nueva energía y emoción por el viaje que se acercaba, la idea de explorar un lugar nuevo y de compartir nuevas experiencias les alimentaba un poco la ilusión a ambos de saber que a pesar de las circunstancias inusuales de su matrimonio estaban construyendo algo sólido y sobre todo especial.



...

La semana pasó rápidamente entre el trabajo que debían resolver y los preparativos para el viaje, una tarde antes de partir Manuel le pidió a Mayte que lo ayudara a hacer la maleta, ambos se encontraban en la habitación de Manuel seleccionando la ropa que llevarían.

¿Qué te parece esta camisa?-Preguntó Manuel probándose una de las camisas que había sacado del armario.

Mayte quien ya sentía el calor subiendo por su rostro no pudo evitar mirarlo con deseo y Manuel notó la forma en que lo observaba y sonrió con diversión acercándose a ella lentamente con la camisa desabrochada y la besó, el beso fue tan intenso que Mayte nerviosa tropezó con la cama y ambos cayeron sobre ella sin separarse, Mayte disfrutaba de la cercanía de Manuel y él aprovechando que ella llevaba un vestido deslizó sus manos por sus piernas acariciándola suavemente.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora