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Los días pasaban y Gerardo buscaba cualquier pretexto para estar cerca de Mayte, ella lo notaba y no podía negar que él era guapo pero su corazón aún pertenecía a Manuel a pesar de todo, ella aun respetaba su matrimonio incluso aunque Manuel no lo merecía, un día mientras trabajaba en su oficina Manuel entró y le pidió un favor.

Mayte, necesito que acompañes a Gerardo al rancho para revisar unas cosas de la empresa ¿Podrías hacerlo?-Preguntó Manuel con un tono neutral y Mayte asintió aunque no le hacía gracia la idea de estar más tiempo con Gerardo pero sabía que era por trabajo.

Claro, Manuel, no hay problema-Respondió Mayte haciendo un mohín.

Mayte y Gerardo hicieron el recorrido en el rancho y terminaron rápidamente con todos los asuntos pendientes, decidieron tomarse un tiempo por separado para descansar antes de regresar a la ciudad, Mayte montó a Cartero su caballo favorito y se dirigió al río, allí se quitó la ropa y se zambulló en el agua refrescante disfrutando de un momento de soledad y tranquilidad.

Gerardo, por su parte no quería parecer insistente pero al ver que Mayte había ido a montar decidió seguirla a una distancia prudente, cuando llegó al río quedó maravillado al verla en poca ropa nadando con algo de gracia, sin llamar la atención se deshizo de su ropa y entró al agua.

¡Gerardo! ¿Qué haces aquí?-Exclamó Mayte sorprendida.

No pude resistirme a la tentación de acompañarte-Dijo él sonriendo nadando hacia ella.

La cercanía de Gerardo la puso nerviosa pero antes de que pudiera reaccionar, él la besó, al principio Mayte estaba muy sorprendida pero pronto le correspondió, sin embargo la realidad la golpeó y se separó bruscamente, nadando hacía la orilla y salió del río con rapidez.

Lo siento, Mayte, no quería incomodarte-Dijo Gerardo avergonzado.

No, eso no estuvo bien, estoy casada con Manuel, con tu primo Gerardo-Respondió Mayte vistiéndose rápidamente-Debo irme-Montó a Cartero quien comenzó a trotar rápidamente y regresó al rancho.

Al llegar, le pidió al chofer que la llevara a la ciudad, su mente navegaba a la vez que Manuel la había invitado a nadar llenándola de culpa y rabia, al llegar a la ciudad se dirigió directamente a la empresa necesitaba ver a Manuel, decirle lo que había pasado no quería que se enterara por alguien más, Gerardo por su parte sintiéndose culpable subió a su camioneta y se dirigió a la ciudad temiendo que Mayte hablara con Manuel pero para sorpresa de ambos, lo que Mayte encontró en la oficina la dejó una vez más decepcionada, Manuel estaba sentado en su silla con la cabeza reclinada jadeando mientras Camila, su nueva secretaria, estaba de rodillas dándole ciertas atenciones.

Una vez más me decepcionas, Mijares-Dijo Mayte con voz firme saliendo de la oficina antes de que Manuel pudiera reaccionar.

Camino rápidamente hacía elevador y bajo tan rápido como pudo hacía al estacionamiento, al abrirse el elevador se encontró con Gerardo.

Mayte, necesitamos hablar-Dijo Gerardo mirándola con preocupación en los ojos.

Sí, sácame de aquí-Respondió Mayte mirándolo con desesperación.

¿Necesitas que te lleve a algún lado?-Preguntó Gerardo con preocupación.

Solo sácame de aquí, por favor-Dijo Mayte mirándolo fijamente y el asintió.

Mayte aceptó ir con él en su camioneta, mientras Gerardo conducía el silencio entre ellos era pesado, Mayte miraba por la ventana tratando de procesar todo lo que había ocurrido.

Mayte, lo siento por lo que pasó en el río, no debí besarte-Dijo Gerardo rompiendo el silencio.

No te preocupes, Gerardo-Respondió Mayte sin dirigirle la mirada-Creo que las cosas simplemente...se complicaron-Dijo ella con un suspiro.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora