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Al día siguiente, Mayte se encontró en su oficina rodeada por la calmada rutina de trabajo que solía marcar sus días, sin embargo su tranquilidad se vio interrumpida cuándo entró un mensajero con un elegante arreglo de flores, Mayte sorprendida observó cómo el ramo de rosas y lirios blancos se acomodaba delicadamente sobre su escritorio, junto a las flores había una tarjeta que capturó su atención y la inquietud se apoderó de ella y se acercó a leer el mensaje.

"Si te hubieras casado conmigo, no habría tenido ojos para ninguna otra mujer."

- G.

Las palabras de la tarjeta resonaban en su cabeza con un eco que se repetía una y otra vez, mientras Mayte intentaba procesar el mensaje, la puerta de su oficina se abrió y Gerardo entró con una sonrisa.

¿Te gustaron las flores?-Preguntó Gerardo mirando a Mayte con una expresión que mezclaba ternura y una leve arrogancia y Mayte aún procesando el impacto de las palabras asintió con una sonrisa forzada.

Son preciosas-Dijo Mayte tratando de ocultar la confusión en su voz y Gerardo se acercó un poco más con un gesto natural y casual.

Jamás te harán falta los detalles de mi parte-Dijo Gerardo con una mirada que no dejaba lugar a dudas sobre su interés, salió de la oficina dejando a Mayte sola con sus pensamientos.

Mientras Gerardo se alejaba, Mayte se quedó con la mente nublada, la intrusión en su espacio emocional por parte de Gerardo había dejado una marca profunda, la combinación de las flores, el mensaje y el comportamiento de Gerardo aumentaban la intensidad de la tensión interna que sentía, aunque sabía que lo que había hecho era incorrecto, la atención y los gestos de Gerardo estaban desafiando sus sentimientos y emociones dejándola en una encrucijada entre la culpa y una tentadora ilusión.

...

Con el paso de los días, la presencia constante de Gerardo se hacía cada vez más notoria en la vida de Mayte, no pasaba un día sin que recibiera un detalle de su parte, ya fueran flores, chocolates, o pequeños regalos que mostraban su atención y dedicación, Gerardo también organizaba pequeñas comidas en la oficina donde se aseguraba de que los momentos que estuvieran juntos fueran agradables y llenos de conversaciones interesante, cada encuentro con Gerardo estaba lleno de atenciones y gestos que aunque Mayte intentaba ignorar comenzaban a despertar en ella una curiosidad que no podía negar, Gerardo sabía cómo hacerla sentir especial cómo ponerle una sonrisa en el rostro y cómo mostrar interés genuino en su vida, en sus preocupaciones y en su trabajo, durante una de las comidas en la oficina mientras charlaban sobre temas triviales.

¿Cómo has estado?-Dijo Gerardo inclinándose hacia ella-Últimamente te he visto más animada-Dijo con una sonrisa.

Estoy bien, gracias-Dijo Mayte con sinceridad-Todo ha estado un poco caótico pero trato de mantenerme ocupada-Dijo mirándola a los ojos intentando sonreír a pesar de la carga emocional que llevaba.

Bueno, me alegra saber que estás bien-Dijo Gerardo asintiendo-Me he dado cuenta de que las cosas no han sido fáciles para ti últimamente y solo quiero que sepas que estoy aquí para lo que necesites-Dijo tomando un sorbo de su bebida.

Aunque las palabras de Gerardo eran amables y su comportamiento considerado, Mayte no podía evitar sentir una mezcla de gratitud y culpa, su corazón a pesar de la atracción que sentía hacia Gerardo seguía perteneciendo a Manuel, sabía que en el fondo sus sentimientos hacia Manuel no se habían desvanecido aunque ella tratara de convencerse de lo contrario, las muestras constantes de cariño y atención de Gerardo estaban comenzando a ganarse un lugar en su corazón pero el conflicto interno seguía latente, Mayte se encontraba atrapada entre el deseo de dejarse llevar por la atención de Gerardo y el amor persistente que sentía por Manuel era una batalla que se estaba volviendo cada vez más difícil de manejar.



...

En la oficina, el ambiente entre Manuel y Mayte se había vuelto frío casi no intercambiaban palabras y cuando lo hacían era con un tono cortante, Manuel pasaba largos días sumido en su trabajo tratando de escapar de la culpa que sentía mientras Mayte aunque herida mantenía una fachada de indiferencia, la distancia entre ellos era inmensa y su relación se había reducido a una mera coexistencia bajo el mismo techo, Mayte estaba en un lugar complicado emocionalmente atrapada entre la traición y el dolor que sentía hacia Manuel y los sentimientos confusos que había desarrollado por Gerardo, en un intento por cambiar su perspectiva y escapar de la tristeza aceptó la invitación de Gerardo para acompañarlo a un congreso en Puerto Vallarta, el viaje parecía una oportunidad perfecta para desconectar y reflexionar sobre su vida.

En Puerto Vallarta, la atmósfera era completamente diferente a la de la ciudad, el mar azul y el sol brillante ofrecían un contraste refrescante con la frialdad que había experimentado en casa mientras caminaban por la playa, el sonido relajante de las olas y la brisa marina ayudaban a despejar las nubes que oscurecían los pensamientos de Mayte, una tarde tras pasar el día explorando el pintoresco puerto, Gerardo y Mayte se encontraron en la playa al atardecer, el cielo estaba teñido de tonos cálidos y dorados, la luz suave envolvía todo en un resplandor cálido, decidieron sentarse en la arena disfrutando de la belleza del paisaje, la calma del lugar hicieron que Gerardo se sintiera más valiente.

Mayte, tenemos que aclarar lo que hay entre nosotros-Dijo Gerardo con la voz tensa pero sincera mientras miraba al horizonte intentando encontrar las palabras correctas y Mayte lo miró con sorpresa.

¿Qué significa "entre nosotros"?-Preguntó Mayte con una sonrisa revelando una mezcla de curiosidad y humor.

-Gerardo la miró con una mezcla de seriedad y una chispa de diversión ante su reacción-Pues que somos tan diferentes en todo que corremos el riesgo de enamorarnos-Respondió con una sonrisa juguetona tratando de aligerar el tono de la conversación.

Mayte soltó una risa suave sintiendo una conexión inesperada con Gerardo, su risa era una mezcla de alivio y tristeza una liberación de las tensiones acumuladas.

Tú sí que vas al grano, ¿eh?-Dijo Mayte mirando a Gerardo con una mezcla de admiración y diversión.

-Gerardo se encogió de hombros con una sonrisa encantadora y su mirada fija en ella-Bueno, el mundo ya se encarga de dar las vueltas, ¿no?-Dijo dejando que sus palabras flotaran en el aire mientras miraba el mar.

-Mayte asintió lentamente con su mano aún en la de Gerardo sintiendo una conexión que hacía tiempo no experimentaba-Me gusta, me gusta esa forma de ver la vida que tienes-Admitió con una sonrisa sincera sintiendo un cálido resplandor en su pecho.

Ambos se quedaron en silencio disfrutando de su compañía, que había un entendimiento mutuo eran evidentes, Gerardo no solo había mostrado interés y apoyo sino que también le había ofrecido a Mayte una sensación de apreciación y aceptación que ella había anhelado durante mucho tiempo, mientras el sol se ponía en el horizonte tiñendo el cielo de anaranjados y rosas, Mayte y Gerardo continuaron caminando por la playa cada paso marcando el inicio de una nueva fase en sus vidas, aunque el amor que Mayte sentía por Manuel seguía presente, la conexión que había encontrado con Gerardo ofrecía una nueva perspectiva y por primera vez en mucho tiempo Mayte se permitió explorar la posibilidad de un futuro diferente.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora