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Con el tiempo, los días parecían recuperar un ritmo más estable, Manuel y Mayte encontraron en su tiempo juntos en la oficina un refugio para mantenerse conectados y, al mismo tiempo seguir intentando concebir un hijo, cada encuentro estaba lleno de cariño y deseo, se volvía una forma de acercarse más a su sueño de ser padres, las dificultades en la empresa comenzaron a superarse gradualmente y aunque los retos seguían presentes, la presencia de ellos en la oficina aportaba un nuevo sentido de esperanza y determinación, sus esfuerzos en lo personal y profesional comenzaban a dar frutos, y la idea de formar una familia se mantenía como un faro en medio de los desafíos, ambos se sentían más unidos que nunca, y a pesar de los altibajos estaban decididos a enfrentar cualquier obstáculo juntos, la posibilidad de un nuevo capítulo en sus vidas les daba fuerzas para seguir adelante, trabajando tanto en sus proyectos como en su deseo compartido de ser padres.

¿Estás muy ocupado?-Preguntó Mayte entrando a la oficina y Manuel asintió sin levantar la vista-Creí que tendrías un poco de tiempo para tu esposa-Dijo dejando sobre sus papeles su tanga y Manuel la miró sorprendido con un brillo travieso en los ojos y con una sonrisa la tomó con una mano mientras que con la otra la atraía hacia él.

¿Así qué tienes una manera de hacerme dejar el trabajo?-Dijo Manuel con una sonrisa de complicidad, mientras se levantaba de su silla y acercaba a Mayte hacia él.

-Mayte rió suavemente sintiendo la conexión entre ellos-Solo pensé que podríamos aprovechar un momento a solas-Dijo ella con un tono juguetón y Manuel la besó con ternura deslizando sus manos bajo el vestido de Mayte acariciando sus muslos con una mezcla de ternura y deseo, dejando claro que la prioridad era disfrutar de su compañía.

Me encanta cómo te luce ese vestido-Le dijo Manuel al oido en un susurro.

-Mayte sonrió sintiendo el calor de su toque y el cariño en sus palabras, su mirada se encontró con la de Manuel y acarició su barba-Me gusta cuando me miras así-Dijo suavemente disfrutando del contacto y Manuel sintiendo la suavidad de sus caricias dejó escapar un suspiro de satisfacción y la atrajo más cerca de él.

Me tienes tonto, mi amor y tú lo sabes-Dijo Manuel mirándola con deseo y Mayte con una sonrisa satisfecha continuó acariciando su barba y lo miró a los ojos disfrutando de la conexión profunda que compartían en ese instante.

Mayte colocó sus manos en sus hombros y le dió un leve empujón obligándolo a sentarse por voluntad propia, después se sentó sobre él mientras se miraban a los ojos, sus labios se buscaban con necesidad Manuel desabrochó su pantalón y la miró a los ojos entrando en ella comenzando con un vaivén lento, Manuel sujetaba sus manos a su cadera guiando sus movimientos y ayudándole a mantener un ritmo que se ajustaba a sus deseos, sus toques eran firmes y cálidos intensificando el ritmo entre ambos mientras Mayte temblaba ligeramente sobre él con una cadencia que mostraba su placer, sus respiraciones se entrecortaban con cada movimiento pero la sensación de la cercanía y el contacto profundo provocaban un éxtasis que se reflejaba en su rostro y en sus pequeños gemidos.

Manuel aprovechó el momento para quitarle completamente el vestido, desnudándola y exponiéndola ante él, mientras sus labios recorrían sus pechos con ternura y pasión, sus manos acariciaban su espalda sintiendo la suavidad de su piel y la forma en que se estremecía bajo su toque, Mayte se entregaba a la sensación dejándose llevar por el deseo y el placer que él le proporcionaba.

Me encantas-Manuel murmuraba contra la piel de Mayte con su voz llena de ternura y pasión, lo que la hacía estremecer y gemir suavemente mientras él continuaba explorando cada rincón de su cuerpo, Mayte respondía a cada toque con mayor intensidad dejándose llevar por el placer que él le brindaba.

Me encanta sentirte así, completo-Susurró Mayte al oído de Manuel, lo que elevó aún más la pasión de Manuel pues esas palabras llenas de deseo encendieron una llama más ardiente entre ellos, Manuel intensificó su ritmo y presión sintiendo una conexión aún más profunda mientras Mayte respondía a cada movimiento con susurros y gemidos de satisfacción.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora