El trato

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El día de la boda de Isabel y Renaud había llegado, Mayte y Manuel quienes llegaron temprano para prepararse para la ceremonia, al entrar en la hacienda, Mayte se quedó asombrada por la decoración, la hacienda de los Bernard en Querétaro se había transformado en un espectáculo de ensueño, la entrada estaba adornada con una alfombra blanca y pétalos de rosa esparcidos, y una serie de luces cálidas colgaban de los árboles, creando un ambiente mágico al atardecer.

¡Es impresionante, Renaud ha hecho un trabajo increíble!-Dijo Mayte admirando los arreglos florales en tonos blanco y dorado que adornaban cada rincón.

Sí, se nota que ha puesto mucho esfuerzo en esto-Respondió Manuel abrazándola atrás acariciando su panza que comenzaba a ser más visible-Estoy feliz de que estemos aquí para celebrarlo con ellos-Dijo besándola en el cuello.

...

La ceremonia estaba programada para al aire libre, el cielo despejado ofrecía el telón de fondo perfecto, Isabel radiante en su vestido de novia, se encontraba en la antesala esperando a Renaud quien ya había pasado por el pasillo vestido con un elegante traje negro.

¡Gracias por venir! No sé qué haría sin ustedes-Dijo Isabel acercándose a Mayte y Manuel con una sonrisa nerviosa pero brillante-Tú te ves hermosa, Chi y  Manuel estás impecable-Dijo  Isabel abrazando a Mayte.

Nos alegra estar aquí para compartir este día contigo, todo está perfecto, Renaud debe estar muy feliz-Respondió Manuel dándole un cálido abrazo a Isabel.

¡Gracias por todo su apoyo! Este día significa mucho para nosotros-Dijo Isabel visiblemente emocionado con una sonrisa amplia y lagrimas de felicidad en sus ojos.

El evento comenzó con la entrada de los invitados al área de recepción, la ceremonia se llevó a cabo bajo un elegante arco de flores blancas y verdes, mientras los suaves acordes de un cuarteto de cuerdas llenaban el aire, Isabel caminó hacia el altar tomada del brazo de su padre con la mirada fija en Renaud.

Después de la introducción de la ceremonia, llegó el momento que los votos se intercambiaran.

Prometo amarte y apoyarte en cada paso que demos juntos, eres mi mejor amigo y mi amor-Dijo Isabel mirando a Renaud con lágrimas en los ojos.

Prometo ser tu compañero en cada aventura, ser tu refugio en tiempos difíciles y amarte con todo mi corazón-Respondió Renaud con voz firme y amorosa.

Después de que se pronunciaron los votos, los recién casados se besaron y se dirigieron a la recepción, donde una elegante cena estaba servida, los invitados disfrutaron de cócteles y aperitivos mientras el sol se ponía y la luz cálida de las lámparas creaba un ambiente acogedor.

Vamos a bailar, amor-Dijo Manuel tomando de la mano a Mayte de la mano y la guió hacia la pista de baile-Este es un momento especial-Dijo sonriendo mientras la conducía hacia la pista.

Claro, me encantaría-Respondió Mayte sintiendo cómo la emoción del momento los envolvía.

Te ves increíble esta noche, estoy tan feliz de estar aquí contigo-Dijo Manuel mientras bailaban abrazándola tiernamente.

Y yo también estoy feliz, Gracias por estar a mi lado en este día-Dijo Mayte sonriendo apoyando la cabeza en su pecho.

La fiesta continuó con el primer baile de los recién casados, seguido de una animada pista de baile llena de risas y alegría, Isabel y Renaud bailaron juntos rodeados de amigos y familiares que celebraban con ellos, la noche fue un éxito llena de felicidad, amor y celebración, Manuel y Mayte abrazados y disfrutando de la música se sintieron agradecidos por el amor y la amistad que compartían con Isabel y Renaud, al final de la noche cuando el cielo estrellado iluminaba la hacienda, los dos sabían que este era un recuerdo que atesorarían por siempre.

Mi amor estoy agotada y tus hijos dicen que ya es hora de dormir-Dijo Mayte haciendo un puchero y Manuel miró a Mayte con ternura notando el cansancio en sus ojos y la manera en que su vientre prominente empezaba a cansarla, se acercó y la abrazó colocando un beso suave en su frente.

Lo sé, vamos a descansar, amor-Dijo Manuel mirándola con ternura-Solo me gustaría que supieras cuánto te admiro por todo lo que estás haciendo, no puedo esperar para tener a nuestros pequeños aquí con nosotros-Dijo Manuel con una sonrisa comprensiva.

Gracias, me siento afortunada de tenerte a mi lado, ahora, solo quiero descansar-Dijo Mayte sonriendo sintiendo el calor y el apoyo en sus palabras.

Manuel la tomó de la mano y la condujo suavemente hacia su habitación, ayudándola a acomodarse en la cama, se sentó a su lado acariciando su barriga y susurrándole palabras de cariño.

Descansa, voy a estar aquí contigo, amor-Dijo Manuel mientras Mayte se acomodaba bajo las sábanas.

Te quiero, Manuel-Susurró Mayte mientras se dejaba llevar por la sensación de seguridad y amor que él le brindaba.

Yo también te quiero-Respondió Manuel dándole un último beso antes de que ella cerrara los ojos y se dejara llevar por el sueño con la promesa de un futuro lleno de amor y aventuras juntos.

Manuel se sentó en una silla junto a la cama observando a Mayte con una mezcla de admiración y amor, las suaves respiraciones de ella acompañadas por el leve movimiento de su vientre, le recordaban el milagro que estaban a punto de experimentar, cada pequeño movimiento y cada susurro de sus sueños eran un recordatorio de lo especial que era este momento en sus vidas, mientras la miraba dormir, Manuel pensaba en todo el camino que habían recorrido juntos, desde el primer anillo de compromiso hasta la noticia de los trillizos, recordaba los momentos de alegría, las dificultades y cómo habían superado todo, siempre apoyándose mutuamente, ahora estaba a punto de dar el siguiente gran paso en su vida y no podía estar más agradecido de compartirlo con ella.

Eres increíble, no puedo esperar a conocer a nuestros pequeños, prometo que estaré a tu lado en cada paso del camino-Susurró Manuel acariciando suavemente la mano que reposaba sobre la manta, Manuel continuaba observando, sintiendo una profunda gratitud y emoción por el futuro que les esperaba, se recostó cuidadosamente a su lado procurando no despertarla, la abrazó con ternura rodeando su cuerpo con sus brazos protectores, sintió el cálido peso de su esposa junto a él y el ritmo calmado de su respiración que le transmitía una paz profunda, le pasó un brazo por la cintura y con su otro brazo acarició su vientre sintiendo la pequeña prominencia que indicaba la presencia de sus futuros hijos, Manuel se sumergió en una sensación de completa serenidad con el corazón lleno de amor por la nueva etapa que estaban a punto de comenzar.

Mientras la abrazaba, Manuel dejó que sus pensamientos vagaran hacia el futuro imaginando los días que vendrían, los momentos compartidos con su familia en crecimiento y se permitió un momento de reflexión agradeciendo a la vida por haberles dado esta oportunidad de ser padres juntos, con una sonrisa en los labios y el corazón rebosante de amor, Manuel cerró los ojos dispuesto a sumirse en un sueño tranquilo junto a la mujer que amaba y que estaba a punto de hacerle el regalo más maravilloso de todos.