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Por la mañana, al despertar Mayte sonrió al ver a Manuel abrazado a su cadera durmiendo plácidamente sin nada puesto, acarició su mejilla y pasó sus dedos por su cabello sintiendo una mezcla de emociones que la abrumaban, Manuel era un cabrón en toda la extensión de la palabra pero era un cabrón al que no había dejado de amar en ningún momento para su buena o mala suerte.

Mientras lo miraba recordó todos los momentos difíciles que habían pasado juntos, las traiciones y los desencuentros pero también recordó los momentos felices, las risas y las promesas de amor eterno y eso la hizo suspirar sintiendo el peso de su amor y sus dudas.

¿Qué haré contigo, Manuel?-Murmuró en voz baja sin esperar respuesta y le dió un beso corto sobre los labios.

Manuel se movió ligeramente acomodándose más cerca de ella, Mayte lo observó por un momento más antes de decidir levantarse con cuidado para no despertarlo, se deslizó fuera de la cama, poniéndose una bata y caminando hacia el baño, frente al espejo se miró a sí misma notando los chupetones que Manuel le había dejado por todo el cuerpo, tocó uno de ellos y una sonrisa apareció en su rostro, a pesar de todo había algo reconfortante en saber que Manuel aún la deseaba tanto y el dejar esas marcas era evidente que quería "marcar territorio".

Después de una ducha rápida, bajó a la cocina para preparar café, mientras el aroma del café llenaba el aire de toda la cocina Mayte se perdió en sus pensamientos tratando de decidir qué pasos tomar, sabía que necesitaban hablar, aclarar sus sentimientos y resolver sus problemas pero también sabía que no sería fácil, ninguna conversación incómoda era fácil y menos la que ellos necesitaban tener, Manuel apareció en la cocina poco después con el cabello despeinado y una expresión adormilada, se acercó a ella y la rodeó con sus brazos besándola en el cuello.

Buenos días-Murmuró contra su piel.

Buenos días-Respondió Mayte girándose para mirarlo.

Se quedaron en silencio por un momento simplemente disfrutando de la cercanía, Manuel tomó una taza de café y se sentó en la barra de la cocina observando a Mayte.

Anoche fue...-Intentó decir Manuel pero Mayte lo interrumpió.

Fue intenso, lo sé-Dijo Mayte sentándose frente a él-Pero también sabemos que tenemos mucho de qué hablar-Dijo mirándolo fijamente y Manuel asintió tomando un sorbo de café.

Tienes razón, hay muchas cosas que debemos resolver pero quiero que sepas que estoy dispuesto a hacer lo que sea necesario para arreglar las cosas entre nosotros-Dijo Manuel mirándola a los ojos.

Yo también quiero arreglar las
cosas-Respondió Mayte tomando su mano-Pero necesitamos ser sinceros y enfrentar nuestros problemas juntos-Dijo mirándolo a los ojos y Manuel apretó su mano asintiendo.

Lo haremos, Mayte...lo haremos juntos-Prometió.

Y así, mientras el sol de la mañana iluminaba la cocina, ambos decidieron que a pesar de los obstáculos y las dificultades que tendrían lucharían por su amor y por recuperar el matrimonio que una vez habían soñado tener.

Ahora quiero que me digas por qué chingados me dejaste así-Dijo Mayte desatando su bata y dejando su cuerpo al descubierto solo para Manuel.

-Manuel sonrió al ver todos los chupetones que le había dejado.

No te rías Mijares, que estoy molesta por eso-Dijo mirándolo con molestia.

-Manuel se acercó a ella, sus ojos recorriendo su piel marcada por su pasión.

A mí no me molesta ver los chupetones que dejé en mi mujer-Dijo Manuel acercándose a ella mientras que con sus ojos recorría la piel marcada de Mayte por su pasión y un poco de celos-¿Sabes qué sí me molesta?-Dijo acercándose más-Ver otros que...-Mayte lo calló con un beso tomando su rostro con sus manos.

La pasión y el deseo entre ellos se encendieron al instante, Manuel la levantó y la colocó sobre la barra de la cocina, en un movimiento rápido bajó su boxer y la penetro provocando que Mayte arquease la espalda y soltara un gemido de placer.

Manuel...-Jadeó ella aferrándose a sus hombros.

Manuel se movió con desesperación, el deseo y la necesidad apoderándose de él, cada embestida era un recordatorio de la pasión que aún ardía entre ellos.

Mayte, eres mía-Susurró Manuel contra su piel besando su cuello marcándola una vez más.

Mayte lo miró a los ojos encontrando en ellos la misma mezcla de amor y furia que sentía en su propio corazón, se aferró a él dejándose llevar por el momento por el deseo que los consumía.

Siempre tuya, Manuel-Respondió Mayte jadeando.

La intensidad del momento los envolvió llevándolos al borde del éxtasis, Mayte sintió cómo sus cuerpos se movían al unísono, cómo cada embestida de Manuel la acercaba más al clímax, los gemidos de ambos llenaron la cocina uniendo sus voces en una sinfonía de placer, finalmente alcanzaron el climax juntos, sus cuerpos temblaban de placer, Manuel la abrazó con fuerza besando su frente mientras ambos recuperaban el aliento, Mayte lo miró con tanto amor sentía que aun había un poco de esperanza para ellos.

No me dejes sin ti otra vez-Susurró Manuel acariciando su rostro y la besó suavemente en los labios.

No te preocupes, no lo haré-Prometió Mayte sonriéndole.

Después de eso desayunaron tranquilamente en la cocina, disfrutando de la comida y de la compañía, había una serenidad en el aire que hacía tiempo no sentían.

Manuel, ¿podrías conseguirme una pastilla anticonceptiva?-Pidió Mayte rompiendo el silencio y Manuel la miró dudando en hacerlo-Por favor, no nos cuidamos y corremos el riesgo de...-Manuel la interrumpió.

Yo quiero correrlo-Dijo Manuel con una seguridad en sus ojos.

Para ti es muy fácil pero para mí no-Respondió Mayte con firmeza-Te lo pido de favor-Dijo mirándolo fijamente.

-Manuel suspiró y asintió-Iré a la farmacia por pastillas y por condones-Dijo levantándose de la mesa.

Mayte recordó de repente cuando Manuel habia buscado en su pantalón en la noche anterior y una molestia comenzó a crecer en su interior.

¿Por qué buscabas protección anoche si nosotros no tenemos nada de eso aqui?-Pregunto mirándolo fijamente.

Manuel se quedó quieto un momento midiendo sus palabras y finalmente se acercó a ella y tomó su mano.

No querrás saberlo mi amor, hay cosas que es mejor no hablarlas para no lastimarnos, ¿no crees?-Dijo mirándola con una mezcla de sinceridad y cautela.

Mayte asintió lentamente no muy convencida pero sabía que insistir solo abriría más heridas.

Está bien, Manuel-Dijo finalmente soltando un suspiro.

Manuel se inclinó y le dio un beso suave en la frente antes de salir hacia la farmacia, Mayte lo observó marcharse y su mente estaba llena de preguntas sin respuesta, sabía que su relación estaba en un punto crítico y que aunque los momentos de pasión eran intensos necesitaban trabajar en la confianza y la comunicación si querían realmente sanar y avanzar juntos.

Mientras Manuel estaba fuera, Mayte se quedó en la cocina reflexionando sobre todo lo que había pasado, las dudas y los miedos seguían presentes pero también una chispa de esperanza, quizás después de todo aún podían encontrar un camino de regreso el uno al otro, si ambos estaban dispuestos a intentarlo.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora