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Mayte y Manuel se embarcaron en su viaje a Grecia, decididos a disfrutar de su luna de miel, a su llegada el panorama que los recibió fue impresionante el mar Egeo de un azul intenso, las casas blancas con techos azules y las colinas cubiertas de vegetación exuberante, quedaron maravillados con la belleza del lugar, sus costas cristalinas y la arquitectura blanca y azul que caracterizaba a las islas griegas, se instalaron en un lujoso hotel con vista al mar, en una habitación decorada con un estilo minimalista pero acogedor, que invitaba a la relajación.

La primera noche, después de un día de exploración y descanso, Manuel se acercó a Mayte con una sonrisa.

Mayte, quería decirte algo-Dijo Manuel llamando su atención-Sé que nuestra noche de bodas no fue lo que ninguno de los dos esperaba-Hizo una pausa un poco nervioso-Terminamos ebrios y riéndonos sin parar-Dijo sonriendo apenado-Así que quería compensarte por eso, ya que toda boda tiene su noche de bodas quise prepararte algo especial esta noche-Dijo con suavidad observándola y Mayte lo miró con curiosidad levantando una ceja.

¿De verdad?¿Y qué tienes en mente?-Preguntó Mayte intrigada tratando de ocultar su sorpresa.

-Manuel sonrió tomándola de la mano-Ven conmigo, te va a gustar-Dijo guiándola fuera del hotel y Mayte sonrió sintiendo una mezcla de gratitud y curiosidad.

Caminando por las estrechas calles adoquinadas, Manuel la llevó a un restaurante exclusivo con una impresionante vista panorámica de la costa, el lugar estaba decorado con luces tenues y velas creando una ambiente íntimo, se sentaron en una mesa junto a una ventana que daba directamente al mar, donde el reflejo de la luna en el agua creaba un paisaje casi irreal.

Esto es maravilloso, gracias por esto, Manuel-Dijo Mayte mirando a su alrededor y luego a él con una sonrisa sincera.

Me alegra que te guste, quería hacer algo especial-Dijo Manuel mirándola a los ojos-Quiero que estos días sean especiales para ambos aunque sé que esto no es una situación ideal pero al menos podemos crear buenos recuerdos juntos-Dijo levantando su copa para brindar.

La cena fue un festín de delicias griegas con platos mediterráneos exquisitos y vino griego que complementaba perfectamente la comida, conversaron sobre sus vidas, sus sueños y sus expectativas sobre los próximos cinco años aunque al principio no había esa facilidad de comunicarse, la rigidez inicial se disipó con cada risa y cada anécdota que compartían, descubrieron que eran muy diferentes pero que que tenían mucho en común y más allá del acuerdo forzado comenzaban a disfrutar de la compañía del otro.

...

Durante la semana, encontraron un equilibrio entre el trabajo y los paseos explorando las maravillas de Grecia, por las mañanas, trabajaban en home office desde la terraza de su habitación aprovechando la brisa marina y el paisaje inspirador, por las tardes exploraban las islas visitando sitios arqueológicos como el Partenón de Atenas y las ruinas de Delfos, caminando por las estrechas calles de Santorini y Mykonos, disfrutando de la gastronomía local en pequeños restaurantes escondidos mientras paseaban por las callejuelas pintorescas, en esos momentos de relajación comenzaron a conocerse mejor, sus conversaciones fluyeron con naturalidad, Manuel descubrió que Mayte tenía un sentido del humor agudo y una pasión por la historia y la cultura, Mayte por su parte encontró en Manuel a un hombre atento con intereses profundos y una habilidad sorprendente para hacerla reír.

La ultima tarde que les quedaba de Luna de miel, mientras caminaban por la playa ambos se miraban intercambiando sonrisas sin duda sería fácil cumplir con el trato, ambos se sentían cómodos con el otro y estaban comenzando a ser una especie de mejores amigos.

Sabes, al principio pensé que cinco años sería una eternidad pero ahora empiezo a pensar que pasarán volando-Dijo Manuel mirando el horizonte mientras sonreía ligeramente y Mayte sonrió con sus pies descalzos hundiéndose en la arena cálida.

El tratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora