3. La apuesta de los Elliott

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La nave se estrelló como un meteorito incandescente sobre la nieve, provocando un enorme cráter en la tierra. Si los pasajeros no estuvieran seguros en sus cápsulas de suelo, de seguro hubieran sentido el impacto.

Solo cuando pasó un rato de inactividad y la nave detectó que no había peligro cerca, las cápsulas se abrieron, liberando a los siete humanos del sueño profundo.

Tessa noto de inmediato que, aunque sus trajes de todos eran blancos, todos tenían diferentes símbolos en el hombro que marcaban el regimiento de dónde venían.

Por ejemplo, ella tenía un siete en su hombro, demostrando no solo que su regimiento aún no decidía un logo épico como los otros, sino que venía del séptimo y último regimiento de la humanidad.

Ella fue la primera en despertarse, a los otros les tomó un poco más de tiempo, pero al final, todos salieron de sus cápsulas y luego de la nave en llamas.

—Irreparable —dijo el soldado del regimiento número uno—. Que desgracia, ahora necesitamos robar una nave de los worker drones si queremos volver a la nave.

—Eso no será necesario —dijo el soldado del quinto regimiento—. Estoy más que seguro que los Elliott nos dejaron todo el material necesario en alguna parte de la nave o, a lo mejor, al terminar la misión vendrá otra a recogernos.

—Eso, oh, tal vez simplemente nos dejaron aquí a morir —dijo el soldado del tercer regimiento—. No me sorprendería, a la compañía les importa poco o nada la vida de sus empleados.

—Pero qué pesimista —dijo el soldado del sexto seguimiento—. Anímate, si nos mandaron a esta misión es porque somos los mejores, ¿no crees?

—Si, los mejores —dijo Tessa, ganándose la mirada de los otros soldados—. Eh, ¿Pasa algo?

—Tu... ¿No eres un poco joven para ser un soldado? Oh, ¿Solo eres una enana? —dijo el soldado del quinto regimiento en forma de burla—. Digo, eres muy pequeña y...

—¿Por qué no te callas la boca? —le grita Tessa.

—Oh, valla, pequeña y rabiosa, jsjs.

—Ya basta —dijo el soldado del cuarto regimiento, acercándose a Tessa y examinando con cuidado—. ¿Cual es tu nombre, soldado?

—Eh, bueno, ¿Eso importa?

El quinto acercó su cabeza a Tessa, mirándola de una forma que le penetraba el alma y le incomodaba. Tessa intentó mirar a otro lado, pero no pudo, terminando por ceder.

—¡Está bien, está bien! Soy Tessa... Elliott.

—Ja, lo sabía... un momento, ¿Dijiste Elliott?

De inmediato, el soldado del primero, el cuarto, el quinto y el sexto se arrodillaron ante Tessa. Los otros solo se quedaron mirándola, ocultando el desprecio tras sus cascos.

—¿Qué creen que hacen, tontos? —les regala el quinto—. Es una Elliott, es de la realeza, ¡Arrodillarse!

—¡No! —interrumpió Tessa rascándose la nuca—. No es necesario que se arrodillen, en serio, el día de hoy solo soy otra soldado en este escuadrón.

—Pero tu no eres cualquier soldado, eres una Elliott, tu familia es dueña de JcJenson, literalmente eres una de líderes de la humanidad... ¿Qué haces aquí para iniciar? Debe de ser un error, ¿Porque el señor James mandaría a una de sus hijos a una misión tan peligrosa?

—Tal vez es justamente por ellos que la manda, necesitamos a un Elliott para asegurar la victoria.

—Si querían asegurar la victoria, ¿Porque mandaron a la más joven? ¿Por qué no mandar a uno de sus hermanos mayores? Cómo mi Elliott, Ian.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora