Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]

71. ¡EXTRAS!

Cuando SOLVER entró al cuerpo de CYN por primera vez.

—¡Luego de cien años atrapado, finalmente podré ver cómo mi recipiente se ve!

CYN estaba limpiando su pantalla como una niña grande (estaba muy orgullosa de eso), cuando SOLVER aparece.

—Oh, hola... ¿Quién eres?

—... ¿Cuántos años tienes?

—Ocho... ¿Por qué?

—¡Todavía eres una mocosa! ¿Cómo te llamas?

—CYN

—¡Y encima suena como pendeja! —se deprime en virus destructor de mundos.

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En el pasado, en una noche de juegos de mesa entre One, Khan, Nori y Yeva.

—Jugar esta basura es un insulto a mi inteligencia —se quejo Yeva con amargura—, pongo ocho verde.

—No seas una amargada, Yeva, solo diviertete —dijo One—. Pongo dos amarillo.

—¡Ja! —grito Khan, poniendo su última carta—. ¡Les gane, pendejos!

—Ah, me dices pendejo, pero anoche solo decías "¡Dame mas, One, same más!"

—¡Prometiste que nunca dirías eso!

Mientras que la pareja de drones peleaban, Nori estaba haciendo una casita con sus cartas.

—Me gusta la noche de juegos :3

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En la nave, antes de llegar a Copper 9, los escuderos jugaban al mismo juego.

—¡Chicos, juguemos uno! —dijo Flor con ilusión.

—Mejor no, que luego Trasher se altera —dijo Astrid.

—No, no me altero, vamos a jugar.

Se acomodan.

—Muy bien. Empiezo con siete verdes —dijo Flor.

—Pongo cuatro verdes —dijo Morgun.

—Pongo cuatro azul —dice William.

—Pongo uno azul —dijo Sandra.

—¡Me lleva, no tengo nada! ... Bueno, tomo una... No, tomo otra... Tampoco, ¡Carajo! —Trasher empieza a tomar cartas hasta que le toca una, Astrid se aguanta las risas—. Bien, pongo nueve azul.

—Reversa —dijo Astrid—, pero es porque no tengo nada.

—¡Carajo! —vuelve a tomar carta por carta, tomando un total de 8 cartas—. ¡Finalmente, nueve verdes!

—Nueve rojo.

—Cuatro rojo.

—Cuatro amarillo.

—Reversa.

—¡Carajo, era mi turno!

—Calmate, Trasher, que así es el juego.

—Descuida, que te hago justicia... Toma cuatro.

—Yo también tengo un toma cuatro.

—Yo tengo dos. Y dime, Trasher, ¿tienes?

Mira sus cartas en silencio. —¡NO TENGO!

—¡Chupa doce!

—¡Aaaaahhhhhhhhhh! —toma sus hachas, rompe la mesa en dos—. ¡Los voy a matar, hijos de puta!