Luego de una semana de conquistar colonias y demás, los regimientos regresan a la nave JcJenson para un merecido descanso, reabastecerse de suministros y recuperar sus números.
Un día perfecto para que los soldados sobrevivientes puedan ver a sus familias, si es que aún tienen, y pasar un buen momento lejos de la guerra contra los demonios de hierro.
Todos tienen planes.
Alice, El Ángel, se encerraría en su laboratorio para experimentar con las nuevas tecnologías que descubrió en las colonias, además de experimentar tanto con humanos como con worker drones y murder drones capturados.
La idea de poder crear Centinelas con las habilidades de los murder drones le emociona.
Petra quería aumentar el tamaño de sus músculos. Ella había secuestrado murder drones y worker drones, a quienes pensaba encerrar en una jaula con ella para molerlos a golpes.
Jason solo iba a leer sus libros de su inmensa biblioteca, absorbiendo conocimiento, y también deseaba hablar con su padre, si es que le daba permiso de matar a todo su regimiento y empezar uno desde cero, uno más... digno. El Elliott ni se molestó en pedirle a su regimiento que se fuera cuando hizo esa llamada.
Kai aún ni siquiera había salido a luchar en contra de los worker drones, pues estaba buscando las colonias más importantes para empezar dando un buen primer golpe al enemigo. Él se quedaría a terminar de planear su estrategia y elegir finalmente una colonia.
Ian pasaría la primera hora en el sauna, luego iría a probarse nuevos y elegantes trajes para la batalla y, al final, planeaba pasar una buena noche con las más hermosas doncellas que había en su regimiento. Entre ellas estaba Flor, su escudera y mano derecha, la más hermosa Guerrera Real y, en palabras de Ian, un buen y delicado juguete.
Zack planeaba liberar múltiples murder drones capturados en las recámaras de sus soldados para, según él, afinar sus sentidos y volverlos más fuertes y poderosos.
Los Elliott tenían su día planeado, pero no eran los únicos.
Cada Elliott tenía su escudero, un soldado más viejo y capaz, al menos en la mayoría de los casos, el cual se encargaba de aconsejarle, entrenar a las tropas y, en pocas palabras, ser su mano derecha.
Los Escudos aprovecharían este día lejos de sus Elliott para reunirse en su lugar secreto. Una taberna, no era muy grande, de hecho, hacía mucho tiempo que nadie venía a ese lugar por una fuga. Un lugar ideal. Solo arreglaron la fuga en secreto y frenaron el aire tóxico, formando así la base secreta de su club: el club "¡Jódete Elliott!".
Un lugar seguro en donde los escuderos podían ahogar sus penas en alcohol. Y ahora que la guerra había iniciado, lo necesitaban más que nunca.
—¡PTM! —se quejó Trasher, escudero de Petra—. ¡Esta loca me va a sacar canas verdes si sigue así!
—No creo que sea para tanto —dijo Morgun, escudero de Jason, tomando un trago de vino que empezó a chorrear por un hueco en su espalda.
—¡La otra vez estábamos cara a cara con un ejército de demonios de hierro, con las defensas de la colonia arriba y con la mitad de nuestras armas destruidas por la última batalla! ¿Y sabes qué hizo esta pendeja? ¿Lo sabes?
—Ordenó atacar directamente...
—¡Ordenó atacar directamente! ¡Maldita sea, Petra! ¿No sabe pensar? Ni siquiera nos dijo que primero cargáramos los tanques para intentar abrir un hueco, ella quería que rompiéramos las paredes de la colonia a golpes.
—¿Y funcionó?
—Sí, lo más pendejo de todo. Claro, luego de perder, como mínimo, 1,500 soldados porque estaban como idiotas golpeando una pared mientras nos disparaban —Trasher tomó la mitad de la botella que acababa de destapar—. Gracias al cielo que pude hacer que Petra entrara en razón y trajéramos los tanques, pero aun así, mil quinientas personas... ¿Por qué no pudo tocarme un Elliott como el tuyo?
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Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]
FanfictionUn AU que responde la pregunta: ¿Qué pasaría si la humanidad fuera el villano en Murder Drones?