10. La primera batalla.

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De entre todos los símbolos, la flecha terminó apuntando a la calavera.

—Los muertos vivientes —murmuró James, dejando la copa a un lado y murmuró a su asistente—. Dile a Jason que tiene trabajo.

De inmediato, el asistente corrió por pasillos y escaleras hasta llegar a la habitación del tercer hijo mayor de los Elliott.

Su puerta estaba hecha de roca, como si fuera una tumba, y se abría empujando. Una vez dentro, solo había un delgado camino de piedra que llevaba al medio de la habitación, donde estaba la cómoda y dorada cama de Jason.

—Mi señor Jason —dijo el asistente, intentando avanzar rápido sin caerse en el pozo que los rodeaba—. Usted ha sido convocado por su padre para iniciar el primer combate.

Jason se incorporó lentamente, empuñó el machete que tenía clavado en su pecho y avanzó hasta estar cara a cara con el mensajero, quien dio unos pasos hacia atrás.

—¿Órdenes de mi padre? Bueno, habrá que avanzar —con la parte no filosa, Jason tocó una campana y luego miró a los fosos que rodeaban la habitación—. ¡Arriba, buenos para nada, carne putrefacta! ¡Tienen trabajo, ganen el derecho de servir a uno de los Elliott!

El general salió de la habitación. El asistente quedó desconcertado por un momento, ¿a quién diablos le gritó?

Hasta que lo escuchó. Quejidos y gruñidos desde los pozos que rodeaban la habitación. Estos fueron aumentando gradualmente hasta que el primero de los muertos vivientes salió.

Mientras tanto, los Murder Drones estaban preparándose para lo que viniera.

—Bien, apenas abran más compuertas, les disparamos con las armas y listo —ordenó Z.

—Eh, mi señor, gastamos toda la energía en el primer ataque, no tenemos nada para lanzar un segundo ataque —dijo uno de los Drones.

—Oh, ¿esa Nori no nos dejó varias baterías?

—Sí, pero disparamos por más de una hora, ya no nos queda nada. Además, no existen tantos de esos recursos en Copper 9 y la mayoría se utilizan para mantener las colonias en funcionamiento.

—Oh, bueno... En ese caso, tengo una idea: abran las compuertas, déjenlos entrar.

—¿Qué? Pero, mi señor, el portero dejó una nota que literalmente decía: "Las puertas son para mantenerse cerradas, no las abran".

—Lo sé, pero si no van de frente, irán por otro lado. Es mejor darles un camino y que crucen por allí. Ya sabes, como animales... Yo sé lo que hago, hazme caso, no voy a olvidar mi plan solo porque un worker drone me lo aconseje.

Las compuertas fueron abiertas, sin embargo, esto hizo que los Murder Drones notaran que al frente de la nave no había ninguna escotilla o una zona por donde el ejército pudiera bajar. Entonces, ¿dónde?

La respuesta vino con un estruendo muy similar al de uno de sus cañones. Desde arriba, una cápsula gris con el símbolo del tercer regimiento en la compuerta cayó directamente frente a la puerta principal.

Z dio la orden y múltiples cañones de brazo fueron disparados, logrando abrir la cápsula y levantar otra nube de humo.

Esta vez no tuvieron que esperar mucho, pues un soldado de los muertos vivientes salió del humo y empezó a correr con cuchillo en mano, con la intención de matar al Murder Drone más cercano.

Este no tuvo problemas en atraparlo por el casco y quebrar el cristal, dejando que el aire saliera. Sin embargo, lo que sorprendió es que eso no detuvo al soldado, el cual no dejó de intentar insertar su cuchillo en el pecho blindado del Murder Drone.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora