59. Dignó

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Hace varias semanas, Minas, octavo de One, estaba luchando contra Ian Elliott, logrando derrotarlo fácilmente luego de múltiples estocadas con sus espadas.

Aunque no lo había matado, logró dejarlo colgado de un árbol sin problemas, escuchando sus gemidos ante el dolor.

Cada uno de los enemigos de Minas no duraba más que unos minutos, así de bueno era ante cualquier rival. Incluso un Elliott no podía hacer nada, teniendo más de cincuenta heridas mortales hasta que el blood drone se aburriera y se largara.

Fue entonces que, cuando Doll le ofreció unirse a su rebelión, Minas aceptó. No porque odiaba a su padre, sino porque deseaba enfrentar a un rival digno y, luego de disfrutar toda la pelea, poder morir en sus manos de forma épica.

Ese es su más grande deseo, morir en mano ese alma gemela que lo derrote en un duelo.

Hasta ahora, había hecho algunas misiones para Doll en secreto. Sin embargo, en ninguna había encontrado un rival lo suficientemente poderoso.

Es por eso que, cuando Doll, siendo controlada por el SOLVER, le dijo que Kai Elliott, el más peligroso de los Elliott, llegaría hacia ellos, no dudó en prometer que lo atacaría.

Y, el momento había llegado. Sin embargo, primero le disparó en la cabeza al maniquí, disfrutando los gritos de su compañero, para luego cambiar su mano por un gancho y lanzarse rampante, introduciendo el gancho en el pecho del anciano y empezando a elevarse.

Los mataría uno por uno, terminando con Kai Elliott.

Luego de eso, Minas lanzó al cuerpo con una potencia aterradora sobre la nieve alta, hundiendo el cuerpo hasta el fondo.

—Bueno, eso fue sencillo —dijo, hasta que vio como la cabeza de Sanit se asomaba débilmente por el hueco, dándole un disparo sin mirar—. Demasiado sencillo, hora del plato fuerte.

—¡Oye! —grito, levantándose nuevamente—. ¿¡Acaso intentaste matarme, infeliz!?

Mina giró su cabeza, viendo al barbón nuevamente de pie y gritándole.

—¿¡Acaso no te di!? —dijo, examinando cómo el hueco en su pecho se empezaba a cerrar—. Oh, si, si lo hace, allí es donde tú regimiento tiene su chip de inmortalidad. Entonces, ¿Porque no estás muerto?

—¿Ese chip? No lo tengo desde hace mucho tiempo, mi regeneración no tiene nada que ver con ningún chip.

—Entonces, ¿Eres un clon de Ian?

—¡No me compares a ese malparido experimento! —dijo, sondeando como doña ofendida—. En fin, normalmente no me meto en peleas, pero tú mataste a Issac.

—... ¿El maniquí?

—Si, mataste a mi mejor amiga, ¿Sabes las cosas que pasamos? Luchamos en la guerra contra las 10.000 cucarachas, y casi ganamos. Allí es donde perdí las piernas, cuando me atropellaron.

—... Viejo, era un maniquí y tú aún tienes tus piernas —dijo, cruzando los brazos—. Mira, yo solo vivo para entretenerme y disfrutar. Disfruté cuando me dijeron que Valder había muerto y planeo disfrutar cuando mi padre sea derrotado por sus hijos. Vine aquí por entretenimiento, y si tú no eres capaz de dármelo, entonces no mereces mi tiempo.

Esas palabras impactaron en Sanit casi tanto como la muerte de Issac.

—¿No merezco tu tiempo?

—Exacto. Solo mirate, un anciano decrépito y loco. Ni siquiera trae vestimenta y apestas a cucarachas. No sé quién eras para demostrar ese ego que tienes, pero sin duda no debes de ser ni la sombra de ese alguien —dijo, mientras que su pantalla mostraba un desprecio que Sanit nunca había visto y una superioridad que le quemaba el alma—. Tu me das vergüenza.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora