14. Los instintos de V

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El escuadrón de Nori finalmente llegó a la entrada secreta que tanto se jactaba de descubrir. Para desgracia de Tessa, cuyas piernas ya colapsaban por la agotadora caminata, esa entrada estaba situada en el ducto donde JcJanson arrojaba todos los desechos generados por los humanos, no sin antes ser acumulados e incinerados.

Los worker drones podían desactivar su sistema de olfato con facilidad, una ventaja con la que la humana no contaba. Existían trajes especializados para los encargados de la basura, pero el suyo no era uno de ellos. Sumado a que tanto su traje como su cuerpo estaban gravemente deteriorados tras siete años en Copper 9, Tessa soportaba un dolor insoportable solo por el hecho de mantenerse de pie.

Naturalmente, llegaron al final del pasillo.

Había un enorme tubo cilíndrico metalico que colgaba del techo y desprendía un hedor aún más intenso que el resto del lugar.

—Ese ducto debería llevarnos al interior de la nave. Al otro lado probablemente haya dos guardias o más. Aquí es donde entran los murder drones. Una de ustedes debe infiltrarse y, con sigilo, eliminar a los guardias y ocultar los cuerpos. Después, los demás murder drones nos transportarán. ¿Ha quedado claro?

—¡Sí, señora!

—Me gusta tu entusiasmo, pero trata de decirlo más bajo, cariño.

—Oh, lo siento, ma. Sí, señora.

—Bien. CYN me llevará a mí. Uno de tus murder drones tendrá que hacer el trabajo sucio.

Tessa asintió. Miró un momento a J y luego a V, no tardó mucho en deducir quién estaría dispuesta a matar a dos humanos.

—¿De verdad estás de acuerdo con esto, Tessa? —murmuró J, observando cómo V sonreía cuando Tessa le dio la señal de que subiera por el ducto.

Tessa se aseguró de que Nori y CYN no la escucharan antes de responder. —Descuida, J, la humanidad ha destruido muchos murder drones; es justo que dos de ellos mueran. Además, recuerda, es por un bien mayor. Una vez que la energia desaparezca, tanto la humanidad como los drones no tendrán más opción que dejar el rencor atrás y poner fin a la guerra.

—Sí, recuerdo el plan. Me refiero a si estás segura de que V sea quien los elimine. Sabes cómo se pone con estos temas.

—Lo sé, por eso es perfecta para el trabajo, es una asesina natural.

—Sí, pero... —J se lleva los dedos a la pantalla— A ver, es como ponerle una hamburguesa enfrente a alguien que ha estado a dieta durante años, comiendo solo verduras. ¿No crees que el sujeto, en este caso V, podría tener una recaída?

—... Creo que no entiendo la metáfora... Además, ¿no me dijiste que debo tener más confianza en V? Bueno, estoy confiando de que ella puede con esto.

J gritó internamente.

—J, descuida, sé lo que hago. Dime, ¿acaso alguna vez me he equivocado?

—Muchas veces, y esos errores casi nos matan en más de una ocasión.

—Sí, pero seguimos vivos, y eso es lo que importa. Oh dime, ¿tienes una mejor idea?

J imaginó que ella misma podría encargarse de eliminar a los humanos, mientras que V sería quien cargara a Tessa. No solo evitaría el riesgo de que V volviera a sentir emoción por la matanza, sino que también le demostraría que, a pesar de todo, Tessa confiaba en V. Quería proponerlo, pero al ver a la humana tan segura de sus palabras, decidió guardar su opinión.

—Espero que sepas lo que haces.

—Siempre lo sé.

V subió tan rápido como su motor se lo permitía. En el trayecto, había múltiples ventiladores cuyo propósito era triturar la basura, sin importar su tamaño o dureza. V los atravesó a tal velocidad que las aspas no tuvieron oportunidad de alcanzarla. Excepto una, que atrapó con su garra y, con una fuerza demoledora, arrancó la hélice, lanzándola contra las otras que había esquivado, explotándolas y dejando que cayeran. Sonrió ante el desastre causado antes de continuar.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora