Hace sesenta años.
El patriarca de la familia Elliott se preparaba para operar a su primogénita: Alice Elliott.
Pasó una mano por su hermoso cabello, blanco como la nieve. Incluso durmiendo, ella parecía un ángel. Sus labios mostraban lo último que sintió antes de que la anestesia surcara efecto: confianza, absoluta confianza en su padre.
Ella era su primer y más grande éxito. Una humana tan hermosa como poderosa, la mejor de su raza, incluso mejor que él. Sin embargo, había un problema: su tiempo de vida era increíblemente corto. Su débil corazón nunca llegaría a la mitad del viaje, mucho menos hasta Copper 9.
Alice no deseaba esto; quería apoyar a la compañía, terminar el trabajo por el que fue creada y hacer que su padre estuviera orgulloso.
Por eso, cuando él le propuso cambiar su corazón por uno más fuerte, no dudó ni un momento. Deseaba llegar a Copper 9, ver a la humanidad encontrar un nuevo hogar, y sobre todo, quería ver crecer a sus hermanos, poder jugar con ellos y dejar una cálida huella en sus vidas. Confiaba en que su padre podía salvarla, tal como le había prometido.
James realmente planeaba cumplir esa promesa. Sin embargo, se dio cuenta de una verdad devastadora.
—Otra falla —murmuró, intercalando su mirada entre la imagen del monitor y el cuerpo de su hija—. Un tumor, un tumor en el cerebro.
—Qué tragedia, jaja.
—Me quedan dos opciones —explicó James con calma—. En la primera, la despierto y le digo la verdad. En la segunda, opero el cerebro. Dime los pros y los contras.
—Si eliges la primera, ella podrá disfrutar la poca vida que le queda, despedirse de sus hermanos e irse en...
—Hablo de los pros y contras para la compañía y nuestro objetivo.
—Oh... ya veo. Eres muy frío, James. Bueno, ella podrá seguir luchando, incluso si una parte de su cerebro es totalmente biónica. De hecho, eso te daría más control sobre ella; podrías controlar sus emociones, su actitud, su forma de ser. La marioneta perfecta.
—Siempre me gustaron las marionetas. Cuando era niño, les incrustaba hilos a los worker drones y los hacía bailar. Aún recuerdo cuando empecé a aprender de mecánica; un control remoto es mucho más eficiente que los hilos. Buenos tiempos, buenos tiempos.
—Sí, eso creo...
—Me pregunto si controlar a Alice será parecido. Oh, tal vez deba remover algunas cosas más.
—Eso sería muy cruel a ojos de los demás humanos.
—Tienes razón... ¡Ya sé! Puedo programar su mente para que ella misma tenga la idea de mejorarse. Nadie sospechará, todos creerán que tuvo la idea y ganaré a un guerrero aún más fuerte y manipulable. Es perfecto.
—Excepto por el hecho de que tu hija perderá el control de sí misma, atrapada en su mente, tomando decisiones que no quiere y lastimando a las personas que aprecia. Llorando por dentro, en una celda infernal en su mente.
—... ¿No es lo mismo que tú haces? ¿Cuál es la diferencia?
—La diferencia es que no son mis hijos... James, ¿te puedo preguntar algo?
—Claro.
—¿Acaso no sientes nada?
—... ¿Qué?
—Alice, la niña que creaste y criaste, la que te ama como a un padre, está aquí, muriendo, pidiendo tu ayuda, y tú, en vez de sentir pena o compasión, solo hablas de cómo esto es una oportunidad para convertirla en una mejor marioneta. En todos mis años de existencia, nunca vi a un padre que no sintiera nada al ver a su hijo morir.
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Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]
FanfictionUn AU que responde la pregunta: ¿Qué pasaría si la humanidad fuera el villano en Murder Drones?