61. Una batalla imposible de ganar.

52 12 74
                                    

El escuadrón de Escudos Esmeraldas pasó por pasillos metálicos por, al menos, dos horas, entrando en cada habitación que encontraban y matando a cada blood drone con que se encontraban; aunque, más bien, era Kai quien masacraba a los blood drone, mientras que las otras dos soldados tenían otras tareas.

Por ejemplo, Astrid era la encargada de abrir las compuertas de hierro. De hecho, era la única en todo el regimiento en poder hacerlo; Kai había prohibido rotundamente que cualquiera que se relacionara con las inteligencias artificiales que tanto odiaba se relacionarán con el regimiento, no confía en ellos. Como consecuencia, el conocimiento de los ingenieros del regimiento era muy limitado y ni de chiste podrían forzar una de las puertas de alguna colonia.

Para esta tarea Astrid si o si necesitaba utilizar su brazo robótico. Entonces, para que Kai no se entere, Monika tenía la responsabilidad de distraer el tiempo suficiente para que Astrid pudiera hacer su trabajo. Aunque, para ser justos, no era nada complicado distraer al Elliott.

—Lo lamento, mi señor Kai, juro que creí ver otro pasillo.

—Monika, te aprecio como a todos mis soldados, pero era la misma mancha de aceite seco de hace otros tres "pasillo", ni se porque te sigo acompañando —al girar la esquina, Kai nota que la compuerta ha sido abierta—. Oh, vaya, buen trabajo, Astrid, ¿cómo lo hiciste?

—Eh... Como siempre, buena suerte cortando el cable correcto y todo eso —Astrid ocultó su mano metálica dentro de su guante blanco, antes de finalmente entrar por la compuerta y ser seguido por sus compañeros—. Oigan, si es que se llevaron a Eve, seguramente habrá otros worker drones pequeños como ella por aquí

—Supongo....

—¿Qué haremos si los encontramos?

—Oh, muy fácil, los eliminaremos —Astrid se detiene en seco, toma a Kai del brazo y lo gira hacia ella—. Eh... ¿Dije algo malo?

—¿Cómo que vamos a eliminarlos?

—Bueno, son los enemigos, los demonios de hierro, ¿no?

—No hemos eliminado a worker drones desde hace meses, desde que Eve salió de su cápsula.

—Si, porque desde hace meses que solo encontramos colonias habitadas por blood drones.

—Pero, ellos son literalmente como Eve.

—No, no lo son. Eve creció con nosotros, los humanos, ellos crecieron con los demonios de hierro, quién sabe qué perversas costumbres tienen.

—Kai, Eve pasó con nosotros solos unos meses. Además, ella hablaba fluido el español desde que salió de su cápsula, dudo que hayamos influenciado tanto en ella...

—Bueno, eso fue hiriente.

—Me refiero a que, tal vez, ahora que los worker drones dejaron de ser una amenaza, podríamos, no lo sé, ¿ayudarlos?

—¿Ayudarlos?

—Ya sabes, llevarlos a la colonia junto a Eve, no masacrarlos... Porque, a este punto, ¿qué sentido tiene?

—Los demonios de hierro son los malos, destruyeron la tierra y ahora intentaron apoderarse de Copper 9, le lavaron el cerebro a Tessa y encima secuestraron a Eve. ¡Esto es por venganza!

—Repito, Eve es un demonio de hierro.

—Si, pero...

—¡Pero nada! Mira, entiendo tu enojo, pero con el pasar de la guerra cada vez está más claro de que los worker drones están lejos de ser una amenaza, ni siquiera los murder drones lo son. Y si los blood drones secuestraron a tantos worker drones de corta edad, eso significa que ni siquiera están en el mismo bando.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora