20. Instinto

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—¿Crees que nos encuentren? —preguntó J, escuchando los sonidos cada vez más cercanos de los soldados marchando tras las paredes—. Se oyen más cerca a cada momento.

—Descuida. Le di a Zack el regimiento organizado, con los escuadrones listos para cazar a los intrusos y un plan diseñado con la menor cantidad de bajas posible —respondió Sandra, mientras evaluaba la situación—. Me gustaría decir que ninguna, pero no encontré ninguna utilidad en V. Los escuderos somos quienes organizamos el regimiento para que el Elliott solo tenga que aparecer, lucirse y divertirse matando. Pero Zack no me escuchó. Cuando le dije que preparé todo, él me reclamó, desorganizó todo a su manera y me mandó sola a morir contra uno de los intrusos, "si me creía tan capaz". Por suerte, tú eras ese intruso. —Sandra lanzó una rápida mirada a Tessa, quien sonrió—. No sé cómo organizó todo Zack, pero no me preocuparía en lo más mínimo. Él creerá que sus instintos son suficientes y formará un gran grupo que lo seguirá para buscar a V, dejando descuidados a los otros. Eso no le servirá de nada, no cuando estamos en el basurero de la humanidad; el olor a sangre, aceite y metal ocultan el rastro de tu amiga. Solo debemos evitar que sea el grupo de Zack quien nos encuentre, que probablemente está dando vueltas como un idiota en este momento.

—¿Y si nos encuentra alguno de los otros grupos? —preguntó Tessa con inquietud.

—Mi señora Tessa, eres una Elliott, su Elliott. Créeme que me he encargado de dejarles una buena impresión de ti, a diferencia de tus hermanos. No se atreverían a hacer nada imprudente, mucho menos conmigo a tu lado. Solo da la orden, y marcharán contigo sin dudarlo.

Tessa asintió, aunque la realidad era que estaba aterrada. No sabía cómo comunicarse con humanos, eran demasiado complicados para ella. Los drones, por otro lado, eran más simples de entender, y después de años conviviendo con ellos, no se sentía capaz de liderar a otra raza. Los humanos le resultaban caóticos.

Pronto, se toparon con uno de los grupos. Un centenar de soldados humanos, quienes inmediatamente apuntaron con sus rifles láser.

Sandra logró calmarlos, pero cuando llegó el momento de que Tessa les explicara su plan, no pudo hablar. El pánico se apoderó de ella. Sentía como si miles de ojos la observasen, esperando que cometiera un error. La ansiedad la paralizaba, y los murmullos crecían entre los soldados, quienes comenzaban a dudar de su liderazgo.

Sandra estaba a punto de intervenir cuando otra voz rompió el incómodo silencio.

Para sorpresa de todos, J, el drone que acompañaba a Tessa, dio un paso adelante. Al principio, los soldados lo apuntaron por protocolo, pero con su serenidad y firmeza logró que los soldados del séptimo regimiento lo escucharan. Contra todo pronóstico, aceptaron seguir el plan que J explicó en lugar de Tessa. El cansancio de los soldados por las decisiones impulsivas de los Elliott también jugó a su favor, pero el mérito de J era indudable.

—Debo admitirlo, tu novia es impresionante —dijo Sandra, dándole un codazo a Tessa para sacarla de su trance.

—Sí, sin duda lo es —respondió Tessa con orgullo, observando a J regresar a su lado—. Gracias, J.

—Me alegra haberte ayudado. Sé que odias hablar en público.

—Bien... ¿Podrías dar esa misma charla cuando nos encontremos con otros soldados?

—¡Por supuesto!

Y así, grupo tras grupo, Tessa, Sandra y J comenzaron a reunir a los soldados del séptimo regimiento, formando un ejército de más de 3.000 soldados, quienes ahora seguían el plan de Tessa, convencidos de que serían liberados y llevados hasta su colonia.

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Mientras tanto, V también se había encontrado con grupos de soldados a los que masacro. Al final de los comía, algunos aún relativamente vivos, quienes tuvieron la desgraciada de presenciar el interior de la murder drone.

Batalla por Copper 9 || [MURDER DRONES AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora