Capítulo 24: El Funeral en África
Lugar: El funeral tiene lugar en un pequeño pueblo en la región occidental de África, en una funeraria de estilo colonial, decrépita pero imponente. Las paredes de la funeraria están desgastadas, con grietas que muestran la antigüedad del edificio. Dentro, hay un ambiente sombrío y solemne, con ventanas altas cubiertas por cortinas pesadas que apenas dejan entrar la luz. Las lámparas de techo, hechas de hierro forjado, lanzan una tenue luz amarillenta que apenas ilumina el espacio. Las bancas de madera están alineadas frente al ataúd, que descansa sobre una plataforma elevada decorada con flores y telas tradicionales africanas.
El aire está impregnado de incienso y el olor a tierra húmeda, mezclado con el aroma de las flores. El lugar es claustrofóbico, con techos bajos que acentúan la sensación de opresión. La multitud está vestida de negro, algunos en trajes formales y otros con ropa tradicional africana. Murmullos bajos llenan el espacio, con rostros serios y lágrimas silenciosas cayendo por las mejillas de los asistentes.
Fénix y Alucard están sentados en la parte trasera de la sala, intentando pasar desapercibidos entre la multitud. Fénix, vestido con un traje negro ajustado, se siente incómodo, moviéndose ligeramente en su asiento. Alucard, en contraste, parece completamente relajado, incluso disfrutando del ambiente lúgubre.
Fénix (en voz baja, sarcástico): "¿Por qué diablos estamos en un funeral en medio de África? Ni siquiera sabemos quién es el muerto."
Alucard (sonriendo con su típica calma): "Porque a veces, Fénix, es en estos lugares donde encuentras las respuestas que no sabías que buscabas. Además, ¿quién dice que no puede ser... entretenido?"
Fénix (arqueando una ceja): "¿Entretenerte en un funeral? Me pregunto qué tipo de infancia tuviste."
Alucard (ignorando la pregunta, con su mirada fija en el ataúd): "Este lugar tiene una historia, Fénix. No se trata del hombre que yace en esa caja, sino de lo que representa. A veces, para entender el presente, hay que enterrar el pasado."
El orador en la parte delantera de la sala empieza a hablar, su voz profunda y resonante. Describe la vida del fallecido, un hombre cuya identidad es completamente irrelevante para Fénix y Alucard. Sin embargo, Alucard escucha con atención, como si cada palabra fuera crucial.
Fénix (susurrando, impaciente): "¿Y cuál es exactamente nuestra parte en todo esto? Porque hasta ahora, todo esto parece un desperdicio de tiempo."
Alucard (con una sonrisa enigmática): "Paciencia, mi joven amigo. Todo a su debido tiempo. Quizás esta ceremonia nos brinde la oportunidad de conocer a alguien... interesante."
Fénix suspira, resignado a seguir el juego de Alucard, aunque no entiende completamente lo que está pasando. Mientras tanto, la ceremonia continúa, y Alucard mantiene su mirada fija en el ataúd, como si estuviera esperando un desenlace que solo él comprende.
Alucard (sin apartar la vista del frente, en tono calmado): "Recuerda, Fénix, a veces es el lugar menos esperado donde se encuentran las respuestas más grandes."
Fénix (murmurando para sí mismo): "Espero que esta 'respuesta' valga la pena..."
La ceremonia continúa en la funeraria mientras Fénix sigue inquieto en su asiento. Justo cuando el orador comienza a cerrar su discurso, Alucard se levanta silenciosamente, dejando su asiento en la parte trasera del salón. Sin decir una palabra, comienza a caminar hacia la salida.
Fénix lo observa, sorprendido por el movimiento repentino. Sin pensarlo dos veces, se pone de pie y lo sigue, sin llamar la atención de los demás asistentes. Salen de la funeraria y se encuentran bajo el cielo nocturno africano, con las estrellas brillando intensamente sobre ellos.
Fénix (acelerando el paso para alcanzarlo): "¿Qué pasa ahora? ¿Te aburriste del funeral o es que el muerto no era lo suficientemente interesante para ti?"
Alucard (sin detenerse, con una sonrisa burlona): "El muerto no era el motivo por el que vinimos aquí. Pero, como todo en la vida, este lugar cumplió su propósito. Ahora, es hora de continuar con nuestro verdadero objetivo."
Fénix (frunciendo el ceño): "¿Y cuál es ese objetivo? Sigues hablándome en acertijos."
Alucard finalmente se detiene, girando sobre sus talones para enfrentar a Fénix. Su rostro, iluminado por la tenue luz de las farolas, muestra una seriedad inusual.
Alucard: "Vamos a despertar a un viejo amigo. Alguien que ha estado descansando durante demasiado tiempo... y que tiene una historia que vale la pena recordar."
Fénix (cruzando los brazos, escéptico): "¿Amigo, eh?
Alucard (con una mirada distante, como si recordara algo lejano): "Este 'amigo' es alguien que conocí hace mucho tiempo, durante una de las épocas más oscuras de la humanidad. Estaba involucrado en la Segunda Guerra Mundial, pero no como la mayoría de los otros jugadores en ese conflicto."
Fénix (interesado pero aún desconfiado): "¿Así que es un soldado o algo así? No te veo siendo del tipo que hace amigos en la guerra."
Alucard (con una risa corta): "No, no un soldado. Más bien, un ser... único. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el mundo estaba al borde del abismo, algunos seres antiguos fueron convocados para luchar, no por un país, sino por su propia supervivencia. Él era uno de esos seres."
Fénix (arqueando una ceja): "¿Estás diciendo que tu amigo es un monstruo de guerra?"
Alucard (mirando a Fénix con seriedad): "Monstruo... quizás. Pero no en el sentido en que lo imaginas. Era alguien que entendía el caos de la guerra como pocos, alguien que estaba dispuesto a hacer lo necesario para preservar su propia existencia y la de su especie. Lo conocí en Europa, en las sombras de un conflicto que el mundo nunca llegó a conocer."
Alucard (con una sonrisa sombría): "Después de que la guerra terminó, decidió que el mundo ya no era digno de su presencia. Se retiró, se escondió, y ha estado durmiendo desde entonces. Pero el mundo ha cambiado, y es hora de que despierte nuevamente."
Fénix asimila la información mientras caminan por un estrecho sendero de tierra que los aleja de la funeraria y los lleva hacia un vehículo aparcado en la oscuridad.
Fénix (con una ligera sonrisa): "¿Y qué piensas que hará cuando lo despiertes? ¿Nos va a dar las gracias por sacarlo de su cómoda siesta?"
Alucard (abriendo la puerta del vehículo y subiendo a él): "Eso es lo interesante, Fénix. No tengo idea de cómo reaccionará. Pero no podemos darnos el lujo de dejar a un ser tan poderoso dormido mientras el mundo cambia a su alrededor."
Fénix se sube al vehículo, cerrando la puerta tras de sí, y se ajusta en su asiento, su mente corriendo con preguntas.
Fénix (mientras el vehículo arranca y se dirige a su próximo destino): "¿Y qué te hizo confiar en él en primer lugar? Parece que haces amigos en los lugares más inesperados."
Alucard (con una sonrisa): "A veces, el enemigo de tu enemigo puede ser tu aliado más valioso. Nos encontramos en un momento de necesidad mutua. Él tenía el poder, yo tenía la astucia. Y juntos, logramos sobrevivir a la guerra. Ahora, veremos si esa alianza puede renacer en estos tiempos oscuros."
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code/fenix
Werewolffenix un lycan de un ejercito lycan que fue destruido hace unos cuantos años es reclutado por una organizacion para que sirva en el frente de batalla