Infierno en Berlín-19
Fénix, oculto en las sombras del bosque nevado, observaba a Alex mientras este suplicaba por su vida. La risa burlona de Alex aún resonaba en sus oídos, pero en ese momento, Fénix sintió que el tiempo se detenía. El aire era frío y pesado, pero su corazón ardía de rabia.
Con una voz fría y calculadora, Fénix habló, asegurándose de que Alex no pudiera verlo. "¿De verdad crees que mereces compasión? Después de haber asesinado a tantos, de haber destrozado vidas sin un segundo de duda. Y ahora, aquí estás, suplicando como un perro herido."
Una pausa cargada de tensión llenó el aire, y Fénix continuó, "¿De verdad piensas que voy a perdonarte por lo que le hiciste a Alucard? Él me enseñó a controlar este poder, y tú, con tu egoísmo, lo arrojaste a la muerte. ¡Y Anna! ¿Acaso creías que no sentiría nada por su pérdida?"
La voz de Fénix se hizo más intensa, cada palabra un golpe directo al corazón de Alex. "No tengo ninguna intención de mostrarte misericordia. A ti, que te crees indestructible, que solo quieres una buena pelea. ¡Eres un monstruo! Y no hay forma de que me retracte. No hay forma de que olvide lo que has hecho."
Fénix se acercó un poco más, disfrutando de la incertidumbre que sentía en Alex. "No te confundas, Alex. No estás en una batalla justa. Estás en la última pelea de tu vida. Estoy aquí para asegurarme de que sientas el dolor que has infligido a otros. Así que sigue suplicando. Cada palabra solo me motiva más a acabar contigo."
El temor se apoderó de Alex, y Fénix pudo sentir cómo su mente se llenaba de dudas y ansiedad. "Eres solo un cobarde, escondido detrás de la fachada de un villano. Pero ahora, frente a la muerte, no eres más que un niño asustado, rogando por una oportunidad que no mereces."
Mientras la risa y el terror se entrelazaban en la mente de Alex, Fénix se preparaba para acabar con él. "Así que, dime, ¿quién se atreve a desafiar a su propio destino? ¿El monstruo o el hombre que nunca fue realmente fuerte?"
Alex, sintiendo cómo el pánico lo invadía, intentó retroceder, pero la oscuridad lo rodeaba. Su mente corría con pensamientos confusos mientras intentaba encontrar una salida. La voz de Fénix resonó en su mente como un eco burlón. "¿Tienes alguna última palabra antes de que termine esto?"
Con un último esfuerzo desesperado, Alex se giró, su mirada llena de furia y miedo. Su voz temblaba mientras gritaba: "¡Rogers!" y trató de cortar el cuello de Fénix con un movimiento rápido. Sin embargo, Fénix había anticipado el ataque.
Con una agilidad impresionante, Fénix esquivó el golpe, y de repente, el escenario cambió. Las sombras se desvanecieron, y ambos se encontraron de vuelta en las calles de Berlín. La atmósfera era tensa, y el frío del aire cortante contrastaba con el calor de la pelea.
Alex, estampado contra una pared, respiraba con dificultad mientras Fénix se colocaba frente a él. La mirada de Fénix era seria, una mezcla de determinación y tristeza. Sus heridas eran visibles, marcadas en su rostro de forma desgarradora.
Una línea roja, de la ceja izquierda de Fénix hasta el borde de su ojo derecho, formaba una X inquietante que daba a su expresión un aire de sufrimiento. La herida brillaba con la sangre que aún manaba, contrastando con su piel pálida. La segunda herida, más pequeña, cortaba la parte final de su labio, dejando al descubierto un diente en el lado izquierdo de su boca. Era una herida que no solo le daba un aspecto salvaje, sino que también reflejaba su lucha y resistencia.
Fénix lo miró fijamente, y en sus ojos se podía ver la intensidad del momento. "Esta es la última vez que intentas escapar, Alex," dijo con firmeza, como si cada palabra estuviera cargada de significado. "No habrá más oportunidades. Este es tu final."
Alex, sintiendo el peso de sus acciones y la inminencia de su destino, se dio cuenta de que había llegado al límite. El silencio entre ellos se volvió palpable, una pausa que preludiaba el desenlace de su enfrentamiento.
En ese instante, una balloneta apareció de la nada, atravesando el aire con una velocidad mortal. Se clavó con precisión en la cabeza de Alex, quien emitió un sonido ahogado, como un último susurro. Su cuerpo comenzó a desmoronarse, convirtiéndose en polvo ante la mirada atónita de Fénix.
Fénix, aún en shock por lo que acababa de suceder, se giró rápidamente para enfrentar a Darem, que se había materializado de las sombras. Su presencia era amenazante, y su sonrisa burlona solo aumentaba la tensión en el ambiente. Fénix no estaba de buen humor; la pérdida de Alex, aunque no le provocara tristeza, solo añadía leña al fuego de su furia.
"¿Qué crees que haces, Darem?" Fénix lo miró con desdén, la ira ardiendo en sus ojos. "Esa era mi presa, no la tuya."
Darem se encogió de hombros con despreocupación. "¿Y qué? La vida es un juego, Fénix. Él no era más que un peón en este tablero. La verdadera caza siempre ha sido entre tú y yo."
Fénix apretó los puños, su cuerpo tenso. "No estoy interesado en tus juegos. Venir aquí y robarme mi presa es un acto de desesperación. ¿Qué es lo que realmente quieres, Darem?"
"Oh, vamos," Darem respondió, su tono ligero. "Sabes que esto es parte del trato. Una buena pelea. Pero tú, Fénix, siempre te pones en medio. No entiendes que este es un juego más grande que tú."
Fénix se acercó, la rabia burbujeando dentro de él. "El juego termina aquí. No serás quien me detenga. Estoy cansado de tus intervenciones."
Darem sonrió, disfrutando del desafío. "¿Cansado? Te veo más vivo que nunca. Pero, ¿y si te dijera que Alex estaba destinado a convertirse en algo más? El potencial que tenía... Y tú lo dejaste escapar."
Fénix lo miró fijamente. "No me importa el potencial de Alex. Lo que me importa es que ahora estás aquí, y te aseguro que no te dejaré escapar tan fácilmente."
Darem alzó las manos, simulando rendición. "Está bien, está bien. Pero recuerda, Fénix, este juego apenas comienza. Y te prometo que será un espectáculo digno de ver."
La tensión entre ellos se palpaba en el aire, cada palabra cargada de hostilidad. Fénix sabía que esta no era la última vez que se encontrarían, y la promesa de un enfrentamiento inminente solo intensificaba su determinación. "No me hagas perder más tiempo, Darem. Si has venido a pelear, entonces que así sea."
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code/fenix
Manusia Serigalafenix un lycan de un ejercito lycan que fue destruido hace unos cuantos años es reclutado por una organizacion para que sirva en el frente de batalla