Capítulo 54:El Incidente en Washington-6

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Capítulo 54:El Incidente en Washington-6

Interior - Casa Blanca - Sala de Reuniones

La atmósfera en la Casa Blanca es densa y cargada de tensión. En la sala de reuniones, el presidente, Enid, Vanessa y Lucian están enfrentándose a Tharos, quien ha revelado su presencia con una calma inquietante. El simbionte a su lado se retuerce y ondula como una sombra viviente, proyectando un aura de amenaza inminente.

Tharos: "Bueno, supongo que ya es hora de que todos entiendan la verdad. En realidad, yo no estoy aquí... no del modo que ustedes creen."

El simbionte alrededor de Tharos comienza a cambiar, moviéndose de manera extraña. Lentamente, la figura de Tharos se transforma, revelando una figura completamente diferente, oscura y gélida, con un rostro que no muestra más que pura maldad: Gélido, el verdadero titiritero detrás de todo.

Gélido: "Sí, Tharos no es más que un peón en este juego. Yo soy Gélido, el verdadero arquitecto de esta obra maestra. Mis planes han sido meticulosamente orquestados para llegar a este momento exacto. Y ahora, solo queda una hora para la liberación del gas."

El equipo de Fénix observa con incredulidad y terror. La revelación de Gélido cambia por completo el panorama. Vanessa se inclina hacia Enid.

Vanessa: "Esto cambia todo, Enid... si el control de Tharos es obra de Gélido, nuestras posibilidades acaban de reducirse."

Enid: "Debemos mantener la calma. Fénix y Marcus deberían estar llegando en cualquier momento. Ellos sabrán qué hacer."

Gélido continúa hablando, sus palabras frías y calculadas.

Gélido: "Es casi poético, ¿no? Cómo el destino los ha traído aquí para presenciar el final de una era. El gas será liberado, y no habrá marcha atrás. Todos sus esfuerzos... todas sus luchas... han sido en vano."

De repente, la puerta de la sala de reuniones se abre de golpe, y allí está Fénix, parado con su característico porte, aunque con el rostro marcado por el cansancio de las últimas horas.

Fénix: "Bueno, bueno, parece que me he perdido de una fiesta interesante. Hola, Gélido... o debería decir Tharos, o quien demonios seas. Estoy un poco confundido, pero no te preocupes. Vine preparado para el show."

Gélido lo observa con una mirada imperturbable, mientras Fénix mantiene su tono sarcástico pero formal.

Fénix: "Digamos que he tenido tiempo de practicar mis entradas dramáticas. Y veo que no has cambiado mucho, Gélido. Todavía haciendo de villano melodramático con monólogos excesivos."

Antes de que Gélido pueda responder, un ruido fuerte suena desde el techo. Marcus cae de una de las ventilaciones, aterrizando justo detrás de Gélido. Sin dudarlo, toma una estaca de madera y la clava directamente en el corazón de Gélido.

Gélido apenas se inmuta. La estaca no le hace ni cosquillas. Él solo sonríe de manera fría.

Gélido: "¿Es esto lo mejor que pueden hacer? Realmente esperaba algo más emocionante."

Marcus retrocede, claramente sorprendido por la falta de efecto. Fénix, sin embargo, se limita a soltar una risa ligera.

Fénix: "Ambos sabemos cómo termina esta canción, ¿verdad, Gélido? Al final, solo puede quedar uno. Así que, ¿por qué no nos ahorramos más discursos y comenzamos la fiesta?"

Gélido sonríe, sus ojos fríos fijos en Fénix.

Gélido: "Exactamente. Estoy de acuerdo."

Fénix se gira hacia Enid, Vanessa y Lucian, con un tono más serio.

Fénix: "Escuchen, ustedes tres. Esto está a punto de ponerse muy feo, y no quiero que ninguno de ustedes salga lastimado. Marcus y yo nos encargaremos de esto. Es hora de que se retiren."

Enid abre la boca para protestar, pero ve la determinación en los ojos de Fénix. Asiente, sabiendo que quedarse solo los pondría en peligro.

Enid: "Ten cuidado, Fénix."

Lucian y Vanessa también asienten, y juntos, los tres se retiran de la sala, sabiendo que es mejor confiar en Fénix y Marcus en este momento crítico.

Interior - Casa Blanca - Sala de Reuniones

La atmósfera es tensa y cargada de energía. La sala de reuniones de la Casa Blanca se convierte en el escenario de un enfrentamiento inesperado y brutal. Fénix y Marcus se enfrentan a Gélido, quien todavía usa el cuerpo de Tharos como su avatar, con su simbionte retorciéndose en el aire, listo para atacar.

Gélido sonríe con una calma inquietante mientras su simbionte se agita como una bestia enloquecida. Sin previo aviso, un tentáculo negro como la noche se lanza hacia Fénix con velocidad mortal.

Fénix, siempre ágil y preparado, se mueve en el último segundo, esquivando el ataque por un pelo. Pero mientras gira para recuperarse, otro tentáculo surge del costado opuesto y lo golpea con fuerza en el torso, lanzándolo contra la pared. El impacto es tan fuerte que la pared se agrieta bajo la fuerza de su cuerpo.

Marcus, sin perder el tiempo, apunta con precisión y dispara una serie de balas de plata directo al corazón de Tharos. Las balas impactan con un sonido seco, y Tharos retrocede con un gruñido, claramente afectado por el dolor.

Marcus ve la oportunidad y, en un movimiento rápido, su brazo derecho se transforma. Su carne se convierte en garras afiladas como cuchillas, reluciendo bajo la luz fluorescente de la sala. Con una velocidad sorprendente, se lanza hacia Tharos y, con un corte limpio, atraviesa su cuello, separando su cabeza del cuerpo.

Por un momento, parece que han ganado. La cabeza de Tharos cuelga hacia un lado, casi completamente desprendida, solo unida por finos hilos de carne y simbionte. Pero en lugar de caer, la cabeza comienza a retorcerse y moverse como si estuviera viva, arrastrándose de vuelta hacia su cuerpo.

Tharos/Gélido suelta una risa escalofriante.

Gélido (desde el cuerpo de Tharos): "¿De verdad creyeron que sería tan fácil? Necesitan más que eso para acabar conmigo."

De repente, un tentáculo gigante emerge de su espalda y golpea a Marcus con fuerza, lanzándolo hacia Fénix, quien apenas ha tenido tiempo de recuperarse. Ambos hombres caen al suelo, derribados por la fuerza del golpe.

Fénix, con una mueca de dolor, se incorpora lentamente, ayudando a Marcus a levantarse.

Fénix: "Bueno, parece que cortar la cabeza no es suficiente. Esto va a ser complicado."

Marcus, sacudiéndose el polvo de la chaqueta, asiente, con una sonrisa de pura determinación.

Marcus: "Me alegra que no hayas perdido tu sentido del humor. Pero si vamos a salir de esta, necesitamos un nuevo plan."

Gélido, en el cuerpo de Tharos, sigue avanzando lentamente hacia ellos, su cabeza finalmente volviendo a su posición original como si nada hubiera pasado.

Gélido: "El tiempo corre, y yo no tengo intención de detenerme. A las seis en punto, el mundo cambiará para siempre. ¿Realmente creen que pueden detenerme?"

Los tentáculos del simbionte se retuercen y alargan, listos para lanzar un nuevo ataque devastador. Fénix y Marcus intercambian una mirada rápida; saben que esto va a ser una lucha ardua, pero ninguna palabra es necesaria para expresar la determinación que ambos sienten.

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