Capítulo 56:El Incidente en Washington-8

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Capítulo 56:El Incidente en Washington-8

Escena - Un Campo Infinito

Fénix se encuentra en medio de un vasto campo que parece extenderse hacia el horizonte sin final. La hierba es de un verde brillante, movida por una brisa suave que acaricia el rostro de Fénix. El cielo es de un azul cristalino, sin una sola nube que lo perturbe. Todo parece calmo y sereno, pero hay algo inquietante en la tranquilidad. No hay sonidos, excepto el susurro del viento y el latido distante de su propio corazón.

Fénix, tambaleante, se pone de pie, sacudiendo la cabeza para despejarla del aturdimiento. Se lleva la mano al pecho donde deberían estar las heridas en forma de X, pero no hay rastro de sangre ni dolor. Su ropa, desgarrada y manchada de sangre hace apenas unos momentos, ahora está intacta.

Fénix: "Bueno, esto es nuevo... ¿Dónde diablos estoy? ¿En el campo de las margaritas? ¿O en la antesala del infierno?"

Mientras da unos pasos hacia adelante, observando el extraño entorno, nota a un joven de pie a unos metros de distancia. El joven tiene el cabello rubio y corto, sus ojos son de un azul intenso que parece brillar incluso a la luz del día. Viste una simple camisa blanca y jeans, su figura emana una tranquilidad que contrasta con el caos en el que Fénix se encontraba momentos antes.

El joven sonríe con un aire despreocupado, como si estuviera esperando a que Fénix lo notara.

Joven: "Finalmente, has llegado."

Fénix frunce el ceño, sus ojos se estrechan mientras evalúa al extraño. Su instinto le dice que esté en guardia, pero algo en el ambiente lo desarma. En un tono lleno de su típico sarcasmo, responde:

Fénix: "¿Llegado? ¿A dónde, rubito? ¿Esto es alguna clase de maldito retiro espiritual? Porque si es así, no pagué la entrada."

El joven se ríe ligeramente, un sonido cálido y casi contagioso.

Joven: "Digamos que este lugar es... un limbo, entre la vida y la muerte."

Fénix sonríe, pero su sonrisa no llega a sus ojos. Da un paso más cerca del joven, observándolo con atención.

Fénix: "Un limbo, ¿eh? Y dime, chico de ojos bonitos, ¿quién eres tú? ¿El guía turístico de los casi muertos?"

El joven mantiene su sonrisa, su semblante calmado y relajado.

Joven: "Puedes llamarme Elliot. Estoy aquí para hablar contigo, para aclarar algunas cosas."

Fénix suelta una carcajada irónica.

Fénix: "¿Aclarar algunas cosas? Bueno, Elliot, si es acerca de ese golpe de Tharos que casi me corta en dos, te diré que ya lo entendí: 'No subestimes al psicópata con un simbionte'. Lección aprendida."

Elliot se mantiene tranquilo, observando a Fénix con una paciencia infinita.

Elliot: "No estás muerto, Fénix. Aún no."

Fénix levanta una ceja, un toque de escepticismo evidente en su expresión.

Fénix: "¿No estoy muerto? Con las heridas que tenía, no estoy tan seguro. Pero bien, chico zen, ilumíname. ¿Por qué estoy aquí y no en el purgatorio o en cualquier otro lugar al que debería ir?"

Elliot da un paso hacia adelante, su expresión volviéndose un poco más seria.

Elliot: "Estás aquí porque tu conciencia aún se aferra a la vida. Tienes una batalla que todavía no ha terminado. Y porque hay algo que necesitas recordar."

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