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Capítulo 38: El Fugitivo Part-9

Capítulo 38: El Fugitivo Part-9

La mañana había llegado más rápido de lo que Fénix esperaba. Su cuerpo se sentía pesado, agotado, y su mente aún más. Se encontraba en el baño de la habitación de Enid Corp, lavándose la cara, dejando que el agua fría corriera por su piel pálida, tratando de despejarse. Su reflejo en el espejo parecía más cansado de lo habitual, como si cada noche se volviera más difícil para él sostener su propia existencia.

Mientras se secaba la cara con una toalla, sintió un escalofrío recorrer su espalda. No estaba solo.

Gélido: (apareciendo tras él, apoyado contra la pared del baño, con una sonrisa sarcástica) "Bonita noche tuviste, Fénix. ¿No me vas a contar cómo estuvo?"

Fénix apenas levantó la mirada hacia el espejo. Intentó ignorarlo, pero sabía que Gélido nunca lo dejaba en paz por mucho tiempo.

Fénix: (frunciendo el ceño) "No tengo nada que decirte, Gélido. Lo que hago o dejo de hacer no es asunto tuyo."

Gélido: (riendo con malicia) "Vamos, vamos... No seas tan reservado. Todos sabemos que fue una noche de pasión con Enid. ¿O me equivoco?"

Fénix apretó la mandíbula, resistiendo la tentación de responder. En lugar de eso, volvió su atención al espejo, fijando su mirada en sus propios ojos. Fue entonces cuando lo vio: una especie de gusano negro, retorciéndose por su pupila como una sombra sinuosa. Una parte de él se estremeció, pero otra... otra parte no lo consideró importante.

Gélido: (acercándose lentamente) "¿Qué piensas hacer cuando ese pequeño invitado crezca, Fénix? Porque está claro que no piensa quedarse tranquilo."

Fénix no respondió de inmediato. Siguió mirando fijamente al espejo, observando cómo el gusano simbiótico se movía por su ojo y luego desaparecía, dejando atrás un ligero rastro oscuro que pronto se desvaneció.

Fénix: (con voz fría) "No importa. Puedo manejarlo."

Gélido: (sonriendo aún más, de manera burlona) "¿Manejarlo? Fénix, estás siendo más arrogante de lo habitual. Ese bicho dentro de ti... está creciendo. Y tú sabes que solo hay tanto espacio dentro de ti. ¿Qué crees que va a pasar cuando no tenga más lugar para expandirse?"

Fénix: (mirando fijamente a Gélido a través del reflejo) "Ya te lo dije... puedo manejarlo."

Gélido dejó escapar una risa breve, como si disfrutara de la situación. Se acercó un poco más, inclinándose hacia Fénix, casi susurrando en su oído.

Gélido: "Sabes que te estás mintiendo a ti mismo, ¿verdad? Eventualmente, ese simbionte va a necesitar más que tu cuerpo. ¿Y cuando llegue ese momento? ¿Qué crees que va a pasar cuando te consuma desde adentro, cuando quiera más... más espacio, más poder?"

Fénix apartó la mirada del espejo, irritado. Sentía la presión dentro de su cabeza, como si algo estuviera a punto de romperse, de explotar.

Fénix: (con voz contenida) "Haré lo que sea necesario. Si llega ese momento... lo solucionaré."

Gélido: (riendo con un tono burlón) "Oh, claro... 'lo solucionarás'. Como si fuera tan simple, ¿no? Pero dime, Fénix... ¿realmente estás preparado para enfrentarte a ti mismo? Porque, créeme, ese simbionte no tiene intenciones de quedarse callado por mucho tiempo."

De repente, Gélido desapareció tan rápido como había aparecido, dejando una sensación de frío en el aire. Fénix respiró hondo, tratando de calmarse. Se miró de nuevo al espejo, buscando algún rastro del simbionte en sus ojos, pero no vio nada esta vez.